Según la Wikipedia un blog es: un sitio web periódicamente actualizado que recopila cronológicamente textos o artículos de uno o varios autores donde el autor conserva siempre la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente. El término blog proviene de las palabras web y log ('log' en inglés = diario). El término bitácora se utiliza preferentemente cuando el autor escribe sobre su vida propia como si fuese un diario, pero publicado en Internet en línea. En la descripción explica algo todavía más interesante: Habitualmente, en cada artículo de un blog, los lectores pueden escribir sus comentarios y el autor darles respuesta, de forma que es posible establecer un diálogo. No obstante es necesario precisar que ésta es una opción que depende de la decisión que tome al respecto el autor del blog, pues las herramientas permiten diseñar blogs en los cuales no todos los internautas -o incluso ninguno- puedan participar.
Es muy entretenido leer blogs, dejar comentarios, recibir respuestas y hacer de algunos de ellos nuestra lectura favorita. Me imagino que la mayoría de los que escribimos uno, empezamos de ésta manera aunque no a todo el mundo le pique el gusanillo de la escritura por informal que ésta parezca. Pero, ¿qué hay detrás de un post?
Primero que nada tiempo, aunque si bien es cierto que para algunos bloggers dotados el hacer un post es una tarea casi mágica en la que una idea sale directamente del pensamiento al teclado en cuestión de segundos, el momento de postear se convierte en un elemento importante. La mayoría (empleados que lo hacen desde sus oficinas), le roban minutos al trabajo, otros a los quehaceres domésticos, al programa de televisión favorito, a atender a los hijos y/o al marido, al hocio. Con la práctica los contratiempos se van desvaneciendo y se va creando un estilo de vida, al que cada uno le damos el valor que más satisfacciones nos deje.
También el contenido es importante, de ahí depende el estilo del sitio: chistes, confidencias, proyecciones, mentiras, verdades, noticias, música, hijos, tecnología y muchos miles de etcéteras. De los que yo leo, me he dado cuenta que los que hablan de su forma personal de vida, son los más visitados y comentados. Y claro, nos gusta leer lo que les pasa a otros porque nos sentimos acompañados en ciertas situaciones o identificados con tal o cual persona. Es lindo saber que no somos los únicos que pasamos por pruebas difíciles, que hay gente con una vida que nos gustaría para nosotros, otros con vidas parecidas a la nuestra o simplemente porque nos gusta el "chal".
El tema personal es un arma de doble filo, se pueden recibir halagos, palabras de aliento, estar de acuerdo, en desacuerdo, minimizarlo, engrandecerlo pero ... también se reciben insultos, injusticias, juicios y hasta mentadas de madre. Hay bloggers que despiertan verdaderas pasiones con sus escritos, verdaderas luchas campales en forma de letras defendiendo posiciones y puntos de vista, que no? Al final lo que cuenta es la seguridad con que nos responsabilizamos de lo publicado (bloggers y visitantes) dejando a un lado el temor de lo que se provoque en ambos casos.
En cada post, por muy tecnológico o superficial que parezca, hay un sentimiento inmerso: por lo que nos gusta, por lo que amamos, por lo que odiamos, por lo que nos vale madre, por lo que nos importa ... por todo aquello que nos impulso a escribirlo, pues. Desgraciadamente eso es algo que no se vé, que no toda la gente percibe o que no sabe identificar, pero que casi siempre habla de lo que hay dentro de uno ... de lo que verdaderamente nos mueve.
Los comentarios son punto y a parte, si lo hacemos o si los recibimos, tienen un impacto en mayor o menor grado pero lo tienen ... eso es un hecho. Aunque luego se aparente que no pasa nada, hay veces en las que unos simples renglones con mucho ó poco veneno causan una sensación horrible (me incluyo), que a veces supera en intensidad a los halagos o felicitaciones de aquellos que nos endulzan los ojos al leerlos.
A veces se nos olvida que no cualquiera se atreve a vestir de letras los pensamientos más íntimos y vamos duro a la cabeza juzgando y señalando aún sin tener conocimiento de lo que hablamos o teniendo una interpretación equivocada de las palabras y su inflexión (la desventaja del lenguaje escrito: no tiene más entonación que la que cada quien le quiera dar). Aspecto para pensarse. Yo misma me he tenido que disculpar en algunos blogs en los que comento (por eso no lo hago mucho, por mi falta de tacto) porque luego se malinterpretan las palabras, sobre todo cuando se escriben en forma directa, sin florecitas y corazoncitos. Aunque hay quien estipula todo un decálogo de condiciones para comentar y hasta moderan antes de ser publicadas las opiniones de sus lectores, muy respetable, es el derecho de cada quien. A los trolls, aquellos a quienes no les importa lo que se lee sino generar molestia o polémica, simplemente hay que ignorarlos porque así como vinieron ... así se van.
Escribir un blog personal no siempre es tarea fácil, uno expone sus puntos de vista ante un público virtual que lo mismo te adora o de odia, pero lo más importante es la satisfacción de saberte leído ... de saber que alguien ha estado detrás de cada dirección de I.P. y que en algunas ocasiones despierta ciertas emociones en ellos. Al menos para mí lo es y aunque ultimamente he dejado un poco abandonado mi espacio, no deja de ser una de las cosas que más me gusta hacer en mi tiempo libre. Gracias a todos y cada uno de los que han pasado por aquí, con la intención que sea.
Feliz finde!
Es muy entretenido leer blogs, dejar comentarios, recibir respuestas y hacer de algunos de ellos nuestra lectura favorita. Me imagino que la mayoría de los que escribimos uno, empezamos de ésta manera aunque no a todo el mundo le pique el gusanillo de la escritura por informal que ésta parezca. Pero, ¿qué hay detrás de un post?
Primero que nada tiempo, aunque si bien es cierto que para algunos bloggers dotados el hacer un post es una tarea casi mágica en la que una idea sale directamente del pensamiento al teclado en cuestión de segundos, el momento de postear se convierte en un elemento importante. La mayoría (empleados que lo hacen desde sus oficinas), le roban minutos al trabajo, otros a los quehaceres domésticos, al programa de televisión favorito, a atender a los hijos y/o al marido, al hocio. Con la práctica los contratiempos se van desvaneciendo y se va creando un estilo de vida, al que cada uno le damos el valor que más satisfacciones nos deje.
También el contenido es importante, de ahí depende el estilo del sitio: chistes, confidencias, proyecciones, mentiras, verdades, noticias, música, hijos, tecnología y muchos miles de etcéteras. De los que yo leo, me he dado cuenta que los que hablan de su forma personal de vida, son los más visitados y comentados. Y claro, nos gusta leer lo que les pasa a otros porque nos sentimos acompañados en ciertas situaciones o identificados con tal o cual persona. Es lindo saber que no somos los únicos que pasamos por pruebas difíciles, que hay gente con una vida que nos gustaría para nosotros, otros con vidas parecidas a la nuestra o simplemente porque nos gusta el "chal".
El tema personal es un arma de doble filo, se pueden recibir halagos, palabras de aliento, estar de acuerdo, en desacuerdo, minimizarlo, engrandecerlo pero ... también se reciben insultos, injusticias, juicios y hasta mentadas de madre. Hay bloggers que despiertan verdaderas pasiones con sus escritos, verdaderas luchas campales en forma de letras defendiendo posiciones y puntos de vista, que no? Al final lo que cuenta es la seguridad con que nos responsabilizamos de lo publicado (bloggers y visitantes) dejando a un lado el temor de lo que se provoque en ambos casos.
En cada post, por muy tecnológico o superficial que parezca, hay un sentimiento inmerso: por lo que nos gusta, por lo que amamos, por lo que odiamos, por lo que nos vale madre, por lo que nos importa ... por todo aquello que nos impulso a escribirlo, pues. Desgraciadamente eso es algo que no se vé, que no toda la gente percibe o que no sabe identificar, pero que casi siempre habla de lo que hay dentro de uno ... de lo que verdaderamente nos mueve.
Los comentarios son punto y a parte, si lo hacemos o si los recibimos, tienen un impacto en mayor o menor grado pero lo tienen ... eso es un hecho. Aunque luego se aparente que no pasa nada, hay veces en las que unos simples renglones con mucho ó poco veneno causan una sensación horrible (me incluyo), que a veces supera en intensidad a los halagos o felicitaciones de aquellos que nos endulzan los ojos al leerlos.
A veces se nos olvida que no cualquiera se atreve a vestir de letras los pensamientos más íntimos y vamos duro a la cabeza juzgando y señalando aún sin tener conocimiento de lo que hablamos o teniendo una interpretación equivocada de las palabras y su inflexión (la desventaja del lenguaje escrito: no tiene más entonación que la que cada quien le quiera dar). Aspecto para pensarse. Yo misma me he tenido que disculpar en algunos blogs en los que comento (por eso no lo hago mucho, por mi falta de tacto) porque luego se malinterpretan las palabras, sobre todo cuando se escriben en forma directa, sin florecitas y corazoncitos. Aunque hay quien estipula todo un decálogo de condiciones para comentar y hasta moderan antes de ser publicadas las opiniones de sus lectores, muy respetable, es el derecho de cada quien. A los trolls, aquellos a quienes no les importa lo que se lee sino generar molestia o polémica, simplemente hay que ignorarlos porque así como vinieron ... así se van.
Escribir un blog personal no siempre es tarea fácil, uno expone sus puntos de vista ante un público virtual que lo mismo te adora o de odia, pero lo más importante es la satisfacción de saberte leído ... de saber que alguien ha estado detrás de cada dirección de I.P. y que en algunas ocasiones despierta ciertas emociones en ellos. Al menos para mí lo es y aunque ultimamente he dejado un poco abandonado mi espacio, no deja de ser una de las cosas que más me gusta hacer en mi tiempo libre. Gracias a todos y cada uno de los que han pasado por aquí, con la intención que sea.
Feliz finde!