julio 16, 2010

Que parte del NO no entiendes?

Con un bebe de brazos, una mujer muy asustada llega al consultorio de su ginecólogo y le dice:

Doctor: por favor ayúdeme, tengo un problema muy serio. Mi bebé aún no cumple un año y ya estoy de nuevo embarazada. No quiero tener hijos en tan poco tiempo, prefiero un espacio mayor entre uno y otro.

El médico le preguntó: Muy bien, ¿qué quiere que yo haga?

Ella respondió: Deseo interrumpir mi embarazo y quiero contar con su ayuda.

El médico se quedó pensando un poco y después de algún tiempo le dice: Creo que tengo un método mejor para solucionar el problema y es menos peligroso para usted.

La mujer sonrió, pensando que el médico aceptaría ayudarla.

Él siguió hablando: Vea señora, para no tener que estar con dos bebés a la vez en tan corto espacio de tiempo, vamos a matar a este niño que está en sus brazos. Así usted tendrá un periodo de descanso hasta que el otro niño nazca. Si vamos a matar, no hay diferencia entre uno y otro de los niños. Y hasta es más fácil sacrificar éste que usted tiene entre sus brazos puesto que usted no correrá ningún riesgo.

La mujer se asustó y dijo: ¡No, doctor! ¡Que horror! ¡Matar a un niño es un crimen!

También pienso lo mismo, señora, pero usted me pareció tan convencida de hacerlo, que por un momento pensé en ayudarla. El médico sonrió y después de algunas consideraciones, vio que su lección surtía efecto. Convenció a la madre que no hay la menor diferencia entre matar un niño que ya nació y matar a uno que está por nacer, y que está vivo en el seno materno.

¡EL CRIMEN ES EXACTAMENTE EL MISMO!

¡DI NO AL ABORTO!

julio 08, 2010

Las mujeres hacen la diferencia


En una ocasión, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, salió a cenar con su esposa Michelle. Llegaron a un restaurante no tan lujoso, querían hacer algo diferente y salir de la rutina. Sentados en la mesa del restaurante, el dueño se acercó a donde se encontraban y les pidió por favor a los guardaespaldas que le permitieran acercase, para saludar a la esposa del presidente. Así lo hizo.

Al retirarse el dueño del restaurante, Obama le pregunta a Michelle:

"¿Cuál es el interés de este hombre en saludarte?". Michelle le responde: "lo que pasa es que en mi adolescencia este hombre estuvo muy enamorado de mi por mucho tiempo".

Obama le dice: "ahhh, quiere decir que si tú te hubieras casado con él y hoy fueras la dueña de este restaurante?"

Michelle le responde: "no cariño, si yo me hubiera casado con este hombre, hoy él seria el presidente de los Estados Unidos".

(vía Mimí)

P.D. Gracias por compartirlo Mimí!

julio 06, 2010

Complicaciones innecesarias


Hablando de más calamidades (esta semana va a serlo completita por el stress del viaje), hoy nos llevamos tremendo susto con unos trámites burocráticos que salieron de última hora. Resulta que mi permiso de residencia en éste país -recordemos que todavía no se me otorga la ciudadanía- se vence precisamente en el período de vacaciones que voy a estar fuera del país.

Asi que el maridis, que para complicarse la vida se pinta el solito, se le ocurrió tramitar la renovación de mi Ausländerausweiss (= permiso de residencia a un extranjero) ésta semana, cuando salimos de vacaciones el sábado próximo. El buen hombre pensaba que en la misma oficina me harían el nuevo y que sería cuestión de minutos para salir triunfante papel en mano.

Pero oh sorpresa!, resulta que precisamente este año cambiaron el formato del documento, a uno en forma de credencial por lo que el tiempo de espera se alargó a seis/ocho semanas. Tómala barbón!

En ese momento preciso, atrás de la ventanilla de la oficina de trámites de la municipalidad, recordé que ya una vez viajé con una copia sellada por la oficina en la que el encargado escribió algo como "renovación en trámite" y la firmó. Entré y salí del país en aquella ocasión y en ningún momento me pidieron el mentadito papel. Así se lo comenté a Don Kerubino, pero las funcionarias me pararon en seco diciéndome que no es posible hacer eso, que tendría que tramitar una Visa Provisional en la oficina central en la capital del Kanton (estado) en el que vivo.

Llamaron ellas a dicha oficina y les confirmaron ese procedimiento. Recomendaron ir hoy mismo, para poder recoger la visa a más tardar el jueves o viernes para poder viajer el sábado. Uff! nomás de pensar que tendría que manejar dos caminos de 50 minutos cada uno y todos los pendientes por hacer que tengo en puerta, me dió un dolorón de cabeza marca ACME.

Me retuvieron mi permiso, me dieron una copia sellada y volvimos a casa. Ahí consultamos los reglamentos para extranjeros y en uno de los artículos de la Ley encontramos que no es necesario viajar con el documento en mano, puesto que en la base de datos del aeropuerto están mis datos debidamente certificados.

Por si fuera poco, el maridis llamó el mismo a la oficina de migración que nos habían dicho en la municipalidad y también le dijeron lo mismo: tendría que tramitar una visa provisional. Eran las 10:00 de la mañana, salté como tapón de sidra a hacer la comida a mis bebés; dí de comer, recogí la cocina y salimos destapados a la capital del estado. El maridis (que de casualidad trabajó hoy en casa) tuvo que cancelar sus juntas telefónicas y dejar sus pendientes laborales en stand by, era más prioritario ayudar a su pobre mujer extranjera.

Llegamos faltando cinco minutos para que abrieran la dependencia, pero los utilizamos en buscar la dichosa oficina que se encontraba en una zona peatonal por lo que nos chutamos a patín un buen de calles empinadas en pleno sol de mediodía.

Todo un show. El problema de no tener actualizado el permiso de residencia se presenta a la hora de regresar a Suiza, pues tengo que comprobar que vivo desde hace once años aquí -palabras textuales de la empleadas municipales que nos madaron hasta allazote. Antes se me había ocurrido la idea de viajar solo con mi pasaporte mexicano y entrar como turista, pero también me bajaron de mi nube: si hacía eso, perderia la residencia de once años y volvería a contar desde cero. Obvio que mi trámite para la naturalización también se iría a la fregada! Bueno, fregada ya estaba.

Luego de entrar en varias oficinas, dimos con la susodicha, esperamos un buen hasta que nos atendieron. Le explicamos la situación a la mujer que nos atendió, una cincuentona muy amable y cooperativa, se rascó la cabeza e hizo una mueca de no gustarle mucho lo que nos iba a decir.

Caminó unos pasos y regresó con un libro grueso en donde nos mostró que por tratarse de México, no se necesita ni visa ni nada, que de solicitarnos algo en la aduana suiza al regreso, el papelito sellado que llevábamos era suficiente. Que queee???? casi le grito a la buena mujer!

En efecto, mi marido nunca había mencionado mi país de origen y ninguna de las cuatro funcionarias que nos habían atendido -tanto municipales como la federal- tampoco habían preguntado. Bueno! ni a mi se me había ocurrido mencionarlo tampoco.

Regresamos como nos fuimos, con las manos vacías y con sentimiento contradictorio de alivio e indignación al mismo tiempo. El maridis no se quiso quedar con el coraje y de regreso a casa pasó de nuevo por la municipalidad para exponer su queja, sobre la incapacidad de las empleadas para hacer su trabajo como se debe.

Yo me quedé pensando que la culpa no había sido de nadie o había sido de todos, pero también se me clavó la espinita de que mi marido no me hizo caso cuando le comenté que ya una vez había viajado solo con la mentada copia sellada. Fin de la aventurita.

En México nos quejamos siempre de la burocracia azteca, de lo ineptos de sus empleados, pero ojo! en el primer mundo no son muy diferentes. Aún en Suiza, uno de los primeros países mundiales, que tal pollo?

Ahí se los dejo de tarea. Aus Wiedersehen!

julio 05, 2010

Yo, la ama de casa

Nunca como en los últimos meses me había portado tan 'ama de casa'. Tal vez los mimos de mi familia por haber sido la más pequeña, me convirtieron en una especie de 'princesita' a la que todo se le daba hecho y que, aunque agradezco ese enorme cariño, después de casada pagué una factura algo cara.

Hasta hace once años me di cuenta que no sabía cocinar, lavar baños, separar ropa por colores y texturas, cuidar y regar una planta, soportar olores fétidos y un sinfín de etcéteras.

Los primeros años de casada fueron duros en ese sentido, el pobre de mi maridis -que a decir verdad él si que estaba bien preparado para llevar una casa- me enseñaba pacientemente y soportaba mis experimentos culinarios. Luego, el interminable ensayo-error y mis muchas ganas de salir adelante, me llevaron poco a poco por el camino correcto.

Ya he confesado aquí -muchas veces- que los quehaceres domésticos no son lo mío, pero también reconozco que sin quererlo, últimamente se me ha ido convirtiendo en una obsesión aquello de la limpieza y el orden. Lo que si no he podido superar, es el planchado de las camisas que a diario, mi marido tiene que usar.

En fin, tampoco es totalmente negro el panorama, he hechado mano de algunos artilugios que me hacen las tareas de la casa menos problemáticas y asi se sobrelleva la situación. Lo que si he notado, es que cada vez me clavo más en ello. Atrás quedaron los interminables recorridos por las zapaterías buscando novedades, o en las tiendas de ropa, ahora casi siempre termino en el departamento de blancos, electrodomésticos o decoración. Que si un nuevo tapete para la entrada, que si un machucador de ajos, que si una colcha con motivos de acuerdo a la temporada, etc. etc.

El sábado próximo salimos de vacaciones a una rica playita y desde la semana pasada me propuse dejar la choza impecable, para no regresar con trabajo a la vista. Entre ésto, ir al gym -ya volví- y las actividades de fin de curso de mis criaturas, se me va el tiempo como agua y nunca son suficientes las 24 horas del día, a pesar de robarle solo cinco para dormir. Me duele todo, hasta el cabello, pero no me quejo porque desde que volví al ejercicio siento como que tengo energía de más.

También me volví vouyerista en la red, porque me en lugar de venir a escribir acá, me entretengo con los chismes de los famosos -de viva voz o letra- en Twitter. En Facebook abandoné todos mis juegos de rol y el resto de internet casi solo lo uso para ver mis series de TV.

Así es como se me cambia la vida, será la edad? será la costumbre? será melón? será sandía? o será la vieja del otro día?