Estaba una hoja de papel sobre una mesa junto a otras hojas iguales a ella, cuando una pluma bañada en negrísima tinta, la manchó llenándola de palabras.
"¿No podrías haberme ahorrado esta humillación?" -dijo enojada la hoja de papel a la tinta- "tu negro infernal me ha arruinado para siempre!".
"No te he ensuciado" -repuso la tinta- "te he vestido de palabras, desde ahora ya no eres una hoja de papel sino un mensaje, custodias el pensamiento del hombre y te has convertido en algo precioso".
En efecto, ordenando el despacho, alguien vió aquellas hojas esparcidas y las juntó para arrojarlas al fuego. Pero reparó en la hoja "sucia" de tinta y la devolvió a su lugar porque llevaba bien visible, el mensaje de la palabra. Luego, arrojó las demás al fuego.
"¿No podrías haberme ahorrado esta humillación?" -dijo enojada la hoja de papel a la tinta- "tu negro infernal me ha arruinado para siempre!".
"No te he ensuciado" -repuso la tinta- "te he vestido de palabras, desde ahora ya no eres una hoja de papel sino un mensaje, custodias el pensamiento del hombre y te has convertido en algo precioso".
En efecto, ordenando el despacho, alguien vió aquellas hojas esparcidas y las juntó para arrojarlas al fuego. Pero reparó en la hoja "sucia" de tinta y la devolvió a su lugar porque llevaba bien visible, el mensaje de la palabra. Luego, arrojó las demás al fuego.
3 comentarios:
Muy lindo!
Saludos!
Muy bonito Keru, a veces las cosas que "nos manchan" en la vida, nos hacen crecer y madurar como seres humanos aunque en un principio sólo se vea lo negro de la mancha.
Un besote :)
Nancy
@ Patylu: Gracias!
@ Nancy: Que bonita reflexión, fijate que no le había visto ese lado. Eres toda una poeta amiga!
Publicar un comentario