Además del chocolate, sus bancos, el queso, Heidi y los relojes, existe en Suiza un escabroso atractivo más y no tan conocido: el suicidio asistido legal. Son dos las organizaciones encargadas de éste polemizado procedimiento de ayuda mortal, en la región suizo-francesa está Exit, fundada por Jerôme Sobel; y en la región de habla alemana la pionera Dignitas, a cargo de Ludwig A. Minelli.
El debate ético y moral sobre la vida eterna de las personas, mientras viven, no deja a casi nadie indiferente. Si preguntamos, todo el mundo tiene una opinión: “si quiere morir, está en su derecho” o “hay que vivir la vida hasta el final”, son las dos respuestas más repetidas. Basta una bebida para decir adiós para siempre. Pero existen ciertas condiciones indispensables para tomarse el último trago. La persona que decide morir debe estar lúcida, repetir en el tiempo su decisión, y tener una enfermedad incurable. Si alguien cumple estos requisitos, puede abandonar una vida llena de tristezas, amarguras y desengaños. ¿Legal? En Suiza si… ¿por qué no en los países que conocemos como avanzados?
Según el propio Jérôme Sobel, médico y presidente de Exit "la sociedad actual sí acepta el aborto, que elimina la posibilidad de una vida futura. Sin embargo, no está bien visto el suicidio, ya que no se entiende como un derecho personal de cada persona, su propia libertad para decidir sobre sí mismo". Pero, puestos a suicidarse, mejor en un centro asistido que no las vías del tren o saltar de una azotea. Mientras tanto, el aborto aumenta cada año, la lógica pide que se les prohíba ó se legalice el suicidio asistido, como ocurre en Suiza. Estas formaciones luchan por que sea reconocido "el derecho de todo ser humano a elegir la forma de vivir las últimas etapas de su vida y a una muerte digna y humana". Evitándose así casos como el multicitado Ramón San Pedro en España y más recientemente el de Terri Schiavo en USA.
La diferencia entre Exit y Dignitas radica en que la primera sólo recluta enfermos suizos o personas que tengan cierto tiempo viviendo en dicho país. Mientras Dignitas no tiene restricciones en éste renglón. Sólo en Europa, Holanda y Bélgica han despenalizado la eutanasia activa, siempre en manos de médicos. Se avecinan grandes cambios encabezados por el Reino Unido, donde la Cámara de los Lores acaba de elaborar un proyecto de ley para despenalizarlo hasta ahora, los ingleses venían a morir a Zúrich, pero el Parlamento británico quiere acabar con el turismo de la muerte, más no se sabe de otros países que hayan iniciado movimiento alguno en cuanto a la legalidad del derecho sobre la propia muerte. Pero y ... la Pena Capital? ...ésa es otra historia.
Ya llegó el fin de semana!