
Durante las vacaciones en Monterrey, mi maridis y yo tuvimos más que algunos desacuerdos y ésto hizo que en un momento dado las cosas se salieran de control, tanto que hasta se me ocurrió la idea de separarnos y así se lo plantee. Nos pasamos durante días en pláticas continuas a puerta cerrada tratando de hallar el meollo del asunto y una solución que no nos llevara a mi idea descabellada. Todo ese tiempo las ideas en mi cabeza daban vueltas peor que un ventilador de carnicería, ya me veía yo buscando trabajo y un lugar donde vivir para mi y mis hijos. También imaginaba las negativas de las empresas por mi edad y el tiempo inactiva dentro de ámbito laboral, el hecho de tener que vivir en la casa materna y los problemas que ésto conlleva, el dolor que representaría para mis hijos no ver de "tiempo completo" a su padre y los constantes viajes transatlánticos de unos y el otro para tal fin.
Gracias a Dios las cosas se solucionaron de la única forma posible: hablando; eso siempre sucede cuando el cariño y el amor permanece intacto y son otros los aspectos que hacen que una relación haga olas. El caso es que llegando a Suiza, me encontré con la sorpresa de ver a una amiga que no corrió con la misma suerte que la mía, ella se casó también con un suizo con el que vivió algunos años, tuvieron un hijo, se divorciaron siete años después del nacimiento de éste y ahora se encuentran en plena batalla legal de divorcio en el peor de los términos.
El hijo de mi amiga, casi de la edad de Christof, siempre fué uno de sus mejores amigos, al grado de verse casi como primos y extrañarse desde el primer día en que él y su madre partieron de vuelta a México tras la separación. Mi amiga vino a visitarme hace unos días, cuando mi hijo la vió le preguntó inmediatamente por el suyo y ésta le contestó que estaba con su papá, de lo más natural Chris no hizo más preguntas... en ese momento.
Hoy quedé de verme de nuevo con mi amiga en un café, tuve que llevar a mis hijos porque no tengo quien me los cuide para éstos menesteres a esa hora de la tarde y en el camino fuí contándole a mi querubín el por qué su amigo no estaría otra vez presente para jugar y saludarse después de tanto tiempo. Le expliqué que sus papás ya no estaban juntos, que por eso su amigo junto con su madre habían regresado a México y que cada verano el niño tiene que venir a ver a su papá, ante la imposibilidad de éste debido a su trabajo. Chris me preguntó por qué ya no estaban juntos y en ese momento se me hizo un nudo en la garganta, solo pude decirle que era porque el amor entre ellos se había acabado y que cuando eso pasa lo mejor es no seguir juntos para no estar peleando todo el día pero que el amor de ellos hacia el hijo seguía siendo el mismo o tal vez más. Le pedí que no mencionara ésto a nadie, que son cosas que no se dicen para no hacer tristes a las personas y en ese momento pareció haberme entendido. De cualquier forma, yo iba un poco nerviosa de que mi angelito cometiera una indiscreción cuando nos encontráramos con mi amiga.
En el camino del estacionamiento al restaurant, oh! coincidencias malditas!, nos encontramos al ex-esposo de mi amiga con el niño. Me paré a saludarle pues no nos habíamos visto desde la seapración hace dos años, los niños se dieron un abrazo enorme y la cara del hombre no era muy amigable que digamos. Apenas preguntarle cómo estaba, mientras los niños jugaban y hablaban como loros, se soltó hablando muy mal de mi amiga. Me dijo cosas muy feas de ella, la culpó de la separación y de todos los problemas que ahora tiene para poder ver a su hijo, cosa que me pareció muy injusta porque siempre he pensado que en un divorcio hasta la culpa se divide en dos partes. Estuvimos platicando casi media hora, aunque en realidad aquello parecía un monólogo por su parte en el que ponía a si mismo como una víctima. Como pude, me deshice muy políticamente sin decir que era a su ex-esposa a la que iba a ver precisamente, y me fuí no sin antes desearle que sus problemas se resolvieran de la mejor forma posible para el niño, ellos se fueron directo al estacionamiento y yo me sentí aliviada de que no se encontraran con mi amiga que solo estaba a unos pasos del lugar.
Una vez en el restaurante, fué Christof quien le dijo a mi amiga el encuentro que acabábamos de tener ante la pregunta inquisidora de ella a cerca de mi tardanza. Me preguntó el tema de la conversación, solo le dije que era obvio de lo que habíamos hablado y que para terminar rápido se notaba que el hombre estaba muy dolido y enojado por la situación. Conté dos o tres detalles de mucha menor importancia para no dejarla con la duda y ésta vez fué ella quien contó otras cuantas cosas de su ex, que tampoco fueron agradables. Mis hijos mientras tanto, estaban sentados en otra mesa con su merienda servida y aparentemente jugaban entre sí.
En el camino de regreso a casa Christof me dijo, palabras más palabras menos, que había escuchado lo mal que habían hablado el uno del otro y terminó con: "mami, que bueno que tu y papi se quieren mucho, ¿ese amor no se va a acabar verdad?, porque yo y Zara vamos a ser los niños más tristes del mundo si tenemos que vivir lejos de papi".
Por supuesto que aquello me recordó el momento problemático de nosotros de semanas atrás, en que me vino la idea separame de mi marido, algo que ahora me parece fué una tontería. En esos días cuando pensaba en mis hijos yo sola me había dado ánimos alucinando que los míos no serían los primeros ni los últimos en vivir un divorcio y que a la larga yo podría intentar que les afectara lo menos posible. Estaba tan concentrada en mi misma, que también llegué a pensar en que un día ellos harían su vida y que ahora yo tenía que ver por la mía. Nada más egoísta, pensando ahora en mi propio caso. Lo que viví hoy con ésta pareja de amigos, me dió la razón al saber que a mi maridis y a mi nos une un amor muy grande, que podemos vencer problemas juntos porque somos partes de un todo (y no un todo en partes) y que los hijos nos dan la fuerza para poder seguir adelante transmitiéndonos el amor a través de ellos. Esto me dió más seguridad en lo que no quiero, aunque un cierto temor en el daño que pude haberles causado a mis hijos de seguir con mis ideas tontas.
El mundo da muchas vueltas, no puedo asegurar que ésto sea eterno, pero si que haremos siempre todo lo humanamente posible para que asi sea.