diciembre 24, 2009

Feliz Navidad


... o lo que es lo mismo: No estaba muerta, andaba... trabajando.

Es increíble pero no he tenido ni un solo minuto libre ni para respirar, pero no quería dejar pasar esta fecha sin postear aunque sea una palabritas para todos ustedes que han seguido fieles a la causa visitando este blog. Perdón también por no haber dejado ni siquiera una nota de 'stand by'.

En esta navidad además de mis mejores deseos, quisiera darles mi más profundo agradecimiento a sus regalos durante todo el año, que para mi son sus comentarios. De todo corazón, les deseo que éstos días de reflexión y buenos propósitos, les sirvan para quedarse con las cosas positivas y les den la fuerza para tener más tolerancia, comprensión, aguante y sobre todo, amor para si mismos y nuestros semejantes. La misma fuerza con la que vivió Aquel del que hoy festejamos su nacimiento y dió la vida por nuestra salvación.

Sean felices, aménse, disfruten, diviértanse... que al final, vida solo hay una!

FELICES FIESTAS!!!

diciembre 17, 2009

Jueguetes y padres agotados

Hoy fuimos mi maridis y yo a comprar los regalos de navidad para los hijos, escogimos un jueves y un centro comercial grande de Zürich porque se supone que las tiendas no estarían abarrotadas como lo estarán los próximos sábado y domingo. Y si, en verdad que las juguetería lucían casi desiertas, tanto de clientes como de... juguetes!!! WTF?! Falta ya solo una semana y en las tres tiendas enooormes que visitamos, casi todo lo que Zara pidió estaba agotado, lo peor es escuchar a sus dependientes decir que no saben si les llegará una nueva remesa o no.

Ya por la mañana, me había pasado las horas recorriendo los lugarcillos de mis alrededores con el mismo poco éxito, de todas partes salí por piernas con las manos vacías.

Es muy común en estos lares, que las cosas de 'moda' se abastescan en los establecimientos a cuanta-gotas, porque los comerciantes no quieren arriesgarse a perder sus dividendos en caso que se les queden en los estantes. Una forma muy segura de ganar dinero, pero también una forma de limitar esas ganancias. Es fecha que esa forma de mercadotecnia, todavía no la entiendo.

Todavía recuerdo mis días en Monterrey, cuando desde un mes antes de navidad, los juguetes no solo desbordaban las estanterías comerciales; hasta quitaban otros surtidos para hacer espacio a enormes montañas de cualquier cantidad de sueños infantiles hechos realidad. Uno hasta se daba el lujo de escoger la tienda para comprar donde nos costara más barato. Aquí, tiene uno que peregrinar de una tienda a otra, para ver dónde se pueden encontrar las cosas.

Para Christof la cosa es más fácil, después de la experiencia del su regalo de cumpleaños, ahora la criatura pide cosas que sabe 'se deberían' encontrar fácilmente por acá. Además ya no es mucho de juguetes -si acaso los Transformes que no le dejan de gustar por nada del mundo- casi siempre quiere juegos para el Play Station. Este año quiere uno de preguntas y respuestas que, por su costo, se tendrá que conformar solo con ese al menos por nuestra parte; pero bueno lo que son padrinos, abuelos y tíos también se lucen en estas fechas.

Yo no pierdo las esperanzas que para su cumple, Chris pida el Guitar Hero para el PS3, porque esta navidad me dejó con las ganas; ya me había dicho que la quería pero a ultima hora se arrepintió y cambió de parecer. Hasta mi maridis ya tenia en la mira regalarme Beatles Rock Band y yo toda emocionada. Me voy tener que seguir entreteniendo con el Guitar Hero del NDS.

En fin, ya me voy a seguir buscando por internet, a ver si logro conseguir antes del 24 la moto que mi princesita espera encontrar bajo el arbolito.

Besitos y cerezas!

P.D. La cosa ya está más calmada con Chris, gracias por sus comentarios del post anterior.

diciembre 15, 2009

Fé y esperanza

Cuando era adolescente me pregunté muchas veces por qué mi madre era tan dura conmigo, algunas veces llegué a pensar que no me quería; otras, creía que tal vez no era hija suya -aunque el parecido no deje lugar a dudas- y me la imaginaba como la madrastra de Blanca Nieves. Hoy, a casi diez años de haberme convertido en madre también, entiendo todo lo que una vez llenó mi cabeza de malos pensamientos y sentimientos encontrados sobre la disciplina que mis padres me inculcaron.

Y es que mi madre no era dura conmigo, sino la maestra que me enseñaba lo que en el futuro me serviría para sobrevivir. Amén del amor y el cariño que también me prodigaba y que yo minimizaba por centrarme solo en los castigos que recibía.

En la últimas tres semanas mi hijo se ha vuelto agresivo, violento e irascible en la escuela. De un momento a otro se ha convertido en el terror de su clase, un maritirio para la maestra y un enorme sentimiento de frustración e impotencia para nosotros, sus padres. Llamadas telefónicas de la escuela, de otras madres, tiempos extras en la escuela para llenar hojas de castigo y un sinfin de contrariedad más. En vano han sido los años en los que me pasé tratando de enseñarle el respeto por los demás, la tolerancia a los provocadores y las ventajas de un pensamiento pacifista.

Pero no creo que todo recaiga en mi hijo, han sido más tres años de agresiones constantes sin que nadie haya escuchado mis gritos de auxilio en su entorno escolar, ahora son ellos mismos quienes lo condenan y amenazan con suspenderlo sin importarles razones o hecho pasados. Si bien es cierto que mi criatura no es un ángel, tampoco se puede negar que su conducta actual es resultado de sus experiencias negativas anteriores. Pero eso, desgraciadamente, solo yo lo veo y lo pienso. Pareciera ser yo la única con memoria a largo plazo.

Mi niño nunca había sido agresivo ni mal portado, mi niño es bueno, generoso, cariñoso, inteligente, considerado, caritativo, reflexivo, espiritual y amoroso; eso lo sé de cierto y no es lo que comúnmente se llama amor de madre... es un hecho. Pero no puedo negar que en los últimos tiempos se ha portado mal: ha pegado a otros niños, los ha insultado, ha hecho desorden en clase y lo que es peor, ha empezado a bajar su rendimiento escolar. En las últimas dos semanas no ha habido día entre semana, en el que no le recuerde cada amañana antes de irse a la escuela, no meterse en problemas ni portarse violento. Pero siempre le sobran motivos -la mayoría de la veces de muy poco peso- para responder con agresividad a otros.

Me siento desilusionada y desesperada, he hablado con él en todos los tonos, le he castigado quitándole sus elementos de diversión y hasta le he amenazado con pasar las navidades sin regalo alguno. Pero nada ha servido. Lo escucho, siempre tiene una justificación, las más de las veces son provocaciones que en el mayor de los casos precen bromas... pero el ya no distingue entre una agresión y un simple juego. Algo se rompió dentro de él, algo se echó a perder y ahora hay que hacer algo urgentemente para ayudarle.

Sigo teniendo fé en que los niños no son malos, sus compañeros, son simplemente niños traviesos a los que mi hijo no entiende porque ha perdido la chispa con la que todo niño nace. Creo que, por ahora, el fallo está ocurriendo dentro de él y tenemos que sanarle de alguna forma para devolverle la alegría y la esperanza de vivir.

Hoy me acordé de mi mamá y como siempre en tiempos de crisis, quisiera acostarme en su regazo y que me acariciara mi cabello, en señal de acompañarme en mi tristeza. No quisiera pensar, por un momento solamente, en terapias y quejas, en fallos y aciertos, en disculpas y represalias. Quisiera sentirme confortada, comprendida, amada incondicionalmente, protegida... para darme el valor necesario y saltar como una leona enfurecida, a defender y ayudar a mi hijo hasta más poder, hasta que duela!

En este momento lo tengo a mi lado, está escribiendo cuatro páginas de castigo que yo misma le impuse para que, a base de repetirlo, se grabe en su cerebro el no volver a pegar, a insultar y a hacer corajes por cosas que no valen la pena. Mi marido y yo esperamos con ansia, una respuesta de su pediatra quien prometió canalizarlo a un centro de psicología para que le ayuden con su depresión y agresividad incontenible. Qué más se puede hacer cuando se sabe de antemano lo que le provocó éste cambio a mi pequeño? Fé y esperanza, es lo único que se me ocurre.

Saludos.

diciembre 14, 2009

Suiza no tiene mar

El presidente Felipe Calderón de visita por Suiza, se reúne con el presidente de ese país.

El presidente de México presenta a sus secretarios: el secretario de gobernación, el secretario de educación, el de salud y así sigue.

Llega el turno del presidente de Suiza que comienza las presentaciones, el ministro de economía, el ministro de justicia, el ministro de marina, etc.

Ahí Felipe Calderón se empieza a reír y dice: Disculpe Sr. Presidente pero ja ja ja ¿para qué tienen un ministro de marina si no tienen mar?

El presidente de Suiza le contestó:

Sr Presidente Cuando su excelencia me presentó a sus secretarios de salud, de justicia y de educación, ¿acaso Yo me reí?

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡GULP!!!!!!!!!!!!

diciembre 10, 2009

Mi primer día


Como dije desde hace días, los relatos del finde no se acaban, el domingo fué otro día lleno de emociones en éste caso más agradables. El miércoles 2 de diciembre pasado me presenté, para mi entrenamiento, en el trabajo temporal que conseguí y ese día solo consistió en dos horas -mismas que también entrarán en mi primer sueldo. El trabajo es en una perfumería que forma parte de uno de los dos corporativos suizos de más tradición que abarca desde supermercados hasta bancos con créditos hipotecarios.

La sucursal en la que tengo que laborar se encuentra en un centro comercial, de los dos o tres en todo el país, que abre los 365 días del año pues se encuentra ubicado en una zona donde el turismo es su primer cliente. El trabajo consistía, originalmente, en empaquetar para regalo los productos que ahí se venden y que en ésta época decembrina las empleadas de tiempo completo no se dan abasto ante tanta demanda. Ese miércoles de entramiento me enteré sobre otras funciones que estarían a mi cargo y que en realidad son de mayor peso que el simple hecho de hacer moños y cajas vistosas.

Se me explicó que más que empaquetadora, mis funciones serían algo así como de policía secreta y desde el lugar donde voy a estar, tendría que vigilar los pasillos mediante los espejos de aumento para evitar al máximo los robos. Luego, durante los pocos minutos que no tenga paquetes que envolver, tengo que hacer rondas entre la gente que ve los productos en las estanterías como una forma de prevenirles que están siendo vigilados, aunque me tengo que cuidar que sea muy discretamente.

La gerente nos explicó a otra chica y a mi, algunos trucos para no hacer muy obvia esa labor de vigilancia como: hacer como que estamos acomodando la mercancía que la gente deja fuera de su lugar, posicionarnos siempre en un ángulo en el que podamos ver con libertad qué hacen con las manos, seguir más de cerca a personas o señoras que lleven bolsas abiertas -de mano o de otros comercios- colgando del brazo porque "así es más fácil que algo se caiga dentro" dijo la señora, ja! Qué bárbaros, hasta para explicarnos, la diplomacia juega un papel importante.

El caso es que mi primer día comenzó el domingo 6, de antemano se me había enviado por correo el plan de trabajo para todo el mes y así me di cuenta que no cuento con un horario ni días fijos. Unas veces es por la tarde/noche, otras desde mediodía hasta media tarde y otras solo por las tardes hasta las 6:00 pm. El domingo me había levantado temprano, ya habíamos planeado ir a primero a misa, luego a comer, llevar los niños al cine de las dos de la tarde y luego mi marido y mis hijos se irían en tren a casa para dejarme el coche e ir a trabajar a las cinco de la tarde.

Todo pasó sin contratiempos, hasta después de la comida. Antes de dirigirnos al cine escuché muy a lo lejos el vibrador de mi teléfono, recordé que después de la misa no había vuelto a encender el timbre e inmediatamente lo saqué de la bolsa. Era la una y media de la tarde, en la pantalla del teléfono vi un número que no conocía y cuando contesté escuché la voz de mi jefa del otro lado de la línea.

"Dónde estás? Te pasó algo?" me pregunto con voz preocupada. Le contesté que no y le pregunté si había pasado algo en la tienda, casi me caigo de la vegüenza cuando me dice que me llamaba para preguntarme por qué no me había presentado a trabajar. "Queee???, no he llegado porque entro hasta las cinco de la tarde" le dije. Ella muy tranquila me sacó de mi error diciéndome que no, que mi hora de entraba había sido a las doce del día y yo muerta de la pena le pedí mil disculpas y le aseguré que iba inmediatamente para allá. Que bruta soy, mi primer día de trabajo y meti la pata hasta más no poder.

Dejé a mi marido y a mis hijos en la primera estación de tren que se me cruzó por el camino y me dirigí a la autopista hecha rayo. En el trayecto me maquillé como pude y menos de media hora ya estaba en mi puesto de trabajo, no sin antes volver a disculparme como quien ruega se le abran las puertas del cielo. No hubo mayor problema, ella me tranquilizó diciéndome que las dos horas de retraso las repondría al final del día, en éste caso mi hora de salida sería a las ocho de la noche y sanseacabó. Wow! que flexibilidad de pensamiento! pensé para mis adentros.

La seis horas que pasé ahí, estuve parada, de hecho no hay ni un solo banco o silla para sentarse; ni para los clientes ni para nadie. A mi se me fue la tarde como agua, viendo gente ir y venir; entrar y no comprar; entrar y llevarse media tienda; entrar y probarse de todo saliendo con las manos vacías o simplemente acercarse a preguntar la hora o por alguna otra tienda que no encontraban. Hablé español, inglés, alemán... aunque la mayoría de los turistas fueron asiáticos que le tomaban fotos hasta a los aparadores. Luego llegaban algunos que pedían artículos que uno simplemente no encontraría en una perfumería, como unas pantuflas o varitas de incienso.

Las primeras tres horas las trabajé sin parar, los primeros paquetes no me quedaron como yo hubiera querido porque los nervios los tenía a todo lo que da, creo que hasta los clientes notaron el temblor de mis manos cuando tenían clavadas sus miradas en la mesa de trabajo. Dos o tres veces rompí el papel al tratarlo con una fuerza descomunal para que quedara sin pliegues ni dobleces. Ouch! que pena, algunos hombres tuvieron la delicadeza de irse a ver algo a los pasillos, seguramente pensando que su presencia me causaba estrés. Que lindos.

Primeriza al fin, me daba risa cuando se iban y ellos eran quienes me deseaban feliz fin de semana o felices fiestas, sobre todo porque eso es parte de mi trabajo y mi timidez natural o nerviosismo no me dejaban acordarme de decirlo yo primero. Yo sonreía y contestaba "igualmente, gracias".

Las compañeras de trabajo son gente muy amable y comedida, me ayudaban en cuanto veian que se me atoraba la carreta y la más joven se la pasó haciéndome reír desde lejos con las caras que, a sus espaldas, les hacía a los clientes más necios.

A las tres horas y media me dieron un descanso de 30 minutos, corrí al lugar más cercano a tomarme una Coca-Cola Zero super helada, lo seco de la calefacción me había producido una sed como de beduino en medio del desierto. Además, me senté por veinte minutos y mis pies temblaban de emoción, agradecidos; llamé a casa y me fumé un cigarrito en el aire fresco y helado de la noche que ya había caído.

La jefa se fué temprano y la chica que quedó encargada de mi, muy compadecida de mi primer día en pie, me dejó ir quince minutos antes de la hora marcada como mi salida. Los 35 minutos de camino a casa me sirvieron para que mis pies relajaran un poco, a mi llegada la comitiva familiar me esperaba en la cocina para contarles los pormenores de tan notable acontecimiento.

Christof se ofreció a masajearme las piernas y los pies, mientras Zara se acurricaba a mi lado en la cama acariciándome el cabello; mi marido tenía una sonrisa extraña que no pude descifrar pero que tomé como cierto rasgo de satisfacción al verme la emoción con la que relaté la primera tarde de mi 'nuevo trabajo'.

Nunca imaginé tener un trabajo como ese, ni en sueños hubiera pensado que después de una carrera universitaria estaría envolviendo regalos como modo de ganar dinero, mucho menos imaginé que eso me haría tan feliz y realizada como senté ese día. Aprendí, en carne propia, que no hay oficio demeritable cuando se hace con el ánimo, la honestidad y la humildad con las que yo desempeñé el mío.

En Suiza... Viva la mano de obra extranjera!

Auf Wiedersehen!

diciembre 09, 2009

Amarga Navidad


Pues bien, el sábado luego de llegar de nuestro corto viajecillo, los hijos nos recibieron a luz de dos velas navideñas en la mesa del comedor rodeadas de cacahuates y mandarinas -como obliga la costumbre en vísperas de la llegada de Samichlaus. Nos pidieron no encender las luces, para conservar el ambiente santaclosesco que mis suegros se habían encargado de preparar.

Durante toda la semana mi suegra se había asegurado, con infinidad de llamadas, que yo tuviera listos los costalitos con los regalos que el Samichlaus les daría a los querubines; momento en el que por supuesto ellos querían estar presentes. Pero una cadena de error tras otro, fui cometiendo desde mi llegada a casa.

Lo primero que hizo Christof fue darme la queja, por supuesto entre sollozos, que mis suegros no le dejaron jugar al Turista con su amigo de al lado. Le respondí que ellos tenían el derecho de hacerlo mientras estuviera bajo su cuidado, aún estando en nuestra casa, sus abuelos eran responsables de permisos/castigos y que él debería acatar sus órdenes sin chistar. Primer error: lo dije en Español y mis suegros no entendieron.

Luego se me ocurrió contarles sobre lo del mercado navideño que habíamos visitado y que ahí les habíamos comprados unas cositas pequeñas, señal de que los tenemos siempre en el pensamiento. Segundo error: encendi la luz para darles los detallitos que les trajimos.

Más tarde Zara me preguntó a qué hora llegaría Santa Claus y, como faltaban aún tres horas, me recordó mi promesa de poner el arbolito navideño en ese tiempo. Antes tengo que aclarar que la costumbre suiza dicta que el pinito debe de ponerse el 24 de diciembre, a los niños se les explica que es el Niño Jesús el que lo trae junto con los regalos, pero nuestra costumbre en casa ha sido siempre tenerlo listo al menos la primera semana de diciembre. Por lo que para mis hijos, lo más normal es que el Samichlaus lo vea ya instalado durante su visita. Tercer error: pedirle a maridis que trajera todo lo necesario para el arbolito.

En un momento dado mi suegro preguntó si me pasaba algo porque me veía muy seria, a lo que le respondí que no, luego me insistió preguntándome si me había molestado el incidente de negarle a Chris el permiso de jugar afuera con su vecino... también le respondí que no. Pero parece que no fuí lo suficientemente convincente.

Para evitar la conversación que se iba tornando necia e incisiva sobre el mismo tema, le dije al maridis que me iba al sótano a fumar un cigarro y él se quedó en la mesa del comedor acompañando a sus padres. Christof me siguió y se puso a jugar en la computadora, hasta que de pronto escuchamos la voz del maridis hablándole al niño para que fuera a despedirse de sus abuelos porque se iban en ese momento. Cuarto error: haber salido del comedor.

Me sorprendí mucho porque se suponía que estarían a la hora de la visita del Santa Claus y subí corriendo las escaleras, a la mitad de ellas me topé con Zara llorando porque su papá le había dicho que no pondríamos el arbolito. Una vez en la sala con todos ellos, le pedí una vez más de favor a mi marido que trajera las cosas de arbolito y enseguida se paró para ir a buscarlas. Pero cuando me quedé sola con mis suegros tratando de consolar a Zara, mi suegra soltó un llanto inconsolable a todo pulmón y mi suegro comenzó a regañarme cual niña de kinder.

Me reprocho haber encendido las luces, enojarme porque la queja de Christof, hablar en Español, haberlos dejado con mi marido en la sala y QUERER PONER EL ARBOLITO DE NAVIDAD!!! Me volteé para preguntar a mi suegra por qué lloraba -a esas alturas Zara seguía berreando y Christof también había comenzado a llorar al ver a su abuela con las de cocodrilo de fuera- e incosolable me respondió que lloraba porque ella no quería que pusiera el arbolito navideño "eso no queda con Samichlaus, ese se hace el 24 de diciembre y si tu pones el arbilito nosotros nos vamos a casa, porque eso no lo voy a tolerar". WTF?

Mi marido bajaba las escaleras con las cajas de las esferas en la mano, cuando se dió cuenta del concierto antológico de llantos que imperaba en la sala, al saber el motivo de boca de su madre se enojó tanto que se fué al sótano y me dejó de nuevo a merced de los caprichosos ancianos. Yo mientras tanto, permanecía en shock, no sabía como reaccionar. Aquello me parecía un mal sueño, o estar protagonizando una película de Quentin Tarantino y/o de Pedro Almodóvar.

Baje a tratar de conciliar las cosas con mi marido, le pedí que subiera y que no me dejara sola con sus papás, pero el estaba lleno de coraje e impotencia ante los berrinches de ellos y se negó so pena de ir para correrlos una vez más de la casa porque -según sus propias palabras- le dolía que hicieran llorar y sufrir a nuestros hijos con tanto desplante infantilezco.

Como pude lo calmé y nos fuimos los dos con ellos, les preguntamos qué querían de nosotros y nos pidieron sacar unos juegos de mesa para pasar el rato todo juntos antes de la llegada del mentado Santa Claus. Ah! pero eso si, no iban a permitir que pusiéramos el arbolito! Como pude, calmé a Zara y a Chris para que entendieran que lo pondríamos al día siguiente, y les prometí hablar con Santa Claus para explicarle por qué éste año no íbamos a tener el arbol puesto.

A los diez minutos, ya estábamos jugando todos al Memorama, yo me comía mis lágrimas discretamente mientras volteaba tarjetas y mis suegros sonreían satisfechos. Mi marido tenía cara de 'sin embargo' y mis hijos parecían contentos. Todavía no podía creer que en mi propia casa alguien más tenia la osadía de decirme lo que tenia que hacer y, lo peor, que yo obedecía con absoluta sumisión. En pro de la paz familiar, pensaba para mis adentros.

Cuando terminamos de jugar, mi suegra me autorizó a ir a recostarme media hora mientras llegaba la hora cero, pero mi rebeldía natural me lo impidió... ya era demasiado.

El Samichlaus llegó, hizo su show y mis hijos estaban desbordantes de alegría al recibir sus costalitos llenos de chocolates y cacahuates, por supuesto que pusieron mucha atención a los consejos y regaños del viejo de la barba blanca prometiéndole no volver a portarse mal. También se le hinchó el pecho de orgullo cuando los felicitó por sus buenas acciones durante el año que va llegando a su fin.

Luego de despedir a la comitiva real del Polo Norte, los príncipes del capricho también dijeron adiós, mi marido y yo seguíamos más que desconcertados... un poco decepcionados. Lo que debió haber sido un día lleno de alegría y festejo, se había convertido en un suplicio del que rogábamos por escapar.

El lunes, mi marido muy serio llamó por teléfono a sus padres, le contestó mi suegro. Con toda la seriedad y calma posibles, el maridis le explicó de muy buena forma a su papá, que la situación del día anterior lo había puesto a pensar mucho. Que había reflexionado y llegado a la conclusión que las diferencias de opinión había tocado fondo en la relación y que lo más sano sería hacer una pausa. Yo, que estaba a su lado durante la llamada, me quedé de nuevo shockeada. Cómo era posible decirle a un padre que había que cortar el contacto, en lugar de discutir esas diferencias y llegar a un punto medio? No salía de mi asombro, sobre todo cuando escuché a mi suegro decir por altavoz de aparato, que en verdad era mejor guardarnos las distancias. Pero también había que marcar ciertos límites y parece que esta era la única opción, aunque a todos nos duela el alma.

Así que, estas navidades, seguramente las pasaremos solo con nuestros hijos en casa. Nada de villancicos y cantidades enormes de regalos por abrir. Nada de estrés porque la cena esté caliente y en su punto, ni de abrazos y agradecimientos. Pero no me quiero amargar la vida desde ahora, que suficientes motivos extra tengo para no estar en mi mejor momento, por eso le ruego a Dios que ilumine a alguna de las dos partes y la reconciliación nos llene de nuevo de amor los corazones.

Qué cosas! lo que yo daría por tener a mi madre cerca de mi y sentir sus brazos alrededor mío. Por sentir un beso suyo en mi mejilla y verla rodear de amor a mis hijos con sus caricias. Y sus abuelos que tienen más cerca, estarán mucho más lejos que la familia mexicana, todo debido a la soberbia y al egoísmo de no aceptar que vivimos una era diferente. Que la nuestra es una familia bicultural en la que forzosamente hay cabida para un punto de equilibrio si la cerrazón se dejara a un lado.

Ojalá la tempestad pase pronto, porque siempre nos necesitaremos unos a otros.

Tschüss!

diciembre 07, 2009

Cena de gala


El fin de semana pasado tuvo mucha tela de donde cortar. Desde la fiestecilla de la empresa de mi maridis, hasta mi primer día de trabajo ayer. Pasando por los inconvenientes tan desagradables que nos hicieron sufrir, a toda la familia, mis suegros. Por donde empezar?

Primeramente me aburrí de lo lindo en la cena de gala a la que tuve que acompañar al dueño de mis quincenas, y es que la gente ahí presente no paraba de hablar siempre del mismo tema, todo aquello relacionado con el trabajo. Lo único que me sacó un poco de mi letargo, fueron los comentarios del hombre que tocó a mi lado en la mesa, para no variar sacó a relucir el tema de la votación sobre los minaretes y expuso su opinión sobre ello. En muy mal plan, criticó severamente a los musulmanes "ellos se merecen eso, por terroristas y fanáticos" y luego pasó a llevarnos a todos los extranjeros de encuentro diciendo que si venimos a vivir a éste país tenemos que 'a la de a afuerza', someternos a su cultura y costumbres sin chistar agradeciendo la 'fina' hospitalidad que en éste país se nos brinda.

Yo hice mutis, para no hacer quedar mal a mi marido, quedándome educadamente callada y sonriendo con una carita inocente de CHTM. La cena estuvo rica, a cuatro tiempos, aunque los platillos fueron de lo más variopintos basados en pescado y rematando con unos inventos mafufos con carne de ternera, agghhh!

La gente iba vestida muy de acuerdo a la ocasión aunque el buen gusto dejaba mucho qué desear, tampoco faltó la naca que llevó minifalda de tela de camiseta con una botas planas como si acabara de salir de un mostador de salchichonería en tienda departamental. Igual hizo su aparición aquella que quería llamar la atención de todos con un vestido muy encuerado y un tatuaje de media espalda con motivos rockeros. Los hombres, casi todos de traje y corbata, pero igual no faltó el de la greña tipo Kid Rock con un moño vaquero de metal como corbata.

La cena fué en uno de los salones más elegantes del hotel Victoria-Jungfrau de Interlaken del que el nombre lo dice todo: Napoleón III, paredes decoradas con tapiz muy de la época pero sillas incomodísimas que tenían el asiento inclinado hacia adelante, lo que nos mantuvo durante las cuatro horas haciendo equilibrio con las piernas para evitar el efecto 'resbaladero'.

A mi maridis le tocó ser el 'jefe de mesa', lo que quería decir que al principio tenía que recibir de pie a los comensales asignados a ella, catar los vinos antes de servirlo al resto y platicar con todos ellos por igual sin interrupción.

El detalle corrió a cargo del jefe de jefes, antes del postre se paró de su mesa y dió un pequeño discurso haciéndo énfasis en la importancia de los cónyuges de sus súbitos, porque 'sin su apoyo, ustedes no rendirían en la empresa tan bien como se han ido desempeñando hasta ahora' dijo él muy serio y haciendo algunas bromas al respecto. Acto seguido se dirigió al árbol de navidad y nos entregó en la mano a todas un regalo -consistente en un plato de postres de cristal cortado- llamándonos a cada una por nuestro nombre.

Menudo trabajo se aventó hombre, al aprenderse por lo menos unos 25 nombres de las esposas y esposos que ahí estábamos. Bien por él.

Luego del postre, nos dimos cuenta que la mayoría de las mesas se fueron quedando vacías por un largo período de tiempo, nosotros nos levantamos para ir a fumar y ahí nos dimos cuenta dónde había ido la gente.

El bar estaba repleto de ellos, todos alrededor de barra y disfrutando el término de la formalidad gastronómica. Copa en mano unos reían con grandes carcajadas, otros de repente se ponían a bailar tipo Chorus Line y los más seguían pidiendo cantidades industriales cerveza olvidándose de los finos vinos de la mesa de la cena. Ya relajados, les habia salido lo guarro y no querían seguir extrañando la bebida tradicional por naturaleza, la diferencia es que ésta ahora si tenía que ser patrocinada por sus propios bolsillos.

En el salón de al lado había una boda, algunos invitados de ella también se mezclaron con los ejecutivos de nuestro grupo y, cuando nos tocó pedir a nosotros nuestro respectivo Mai Tai, el mesero algo confundido no aceptó el dinero del maridis porque importe estaba pagado por los novios. Se me hizo raro que mi media naranja no lo sacara de su error, porque él es muy propio, y entre risas me dijo que ahora la borrachera correría a cargo de los de la boda. Ja!

Como a eso de la una de la mañana, tratamos de despedirnos, pero el jefe de jefes le dijo al maridis que no se podía ir porque en cinco minutos comenzaría una junta! WTF? Así fué, me chuté una hora en uno de los sillones del lounge jugando al Tetris con el teléfono. Me caía del sueño y cuando vi que la bola se dispersaba, salté como chapulín para irnos directamente al guardaropa y pedir los abrigos.

El viaje del día siguiente al Titlis no se hizo, pero en su lugar nosotros visitamos el enorme Mercado Navideño que cada año es tradicional de Interlaken, del que nos llevmos a casa algunas cosas muy bellas. También visitamos una estación de ski muy bonita y de regreso a casa pasamos por Berna a tomar café con Luismi, mi amigo el cura.

De vuelta en casa nos esperaba otra sorpresa, pero eso, es otra historia.

Auf Wiedersehen.

diciembre 04, 2009

Second time around


Estoy escribiendo éste post casi casi de contrabando, qué cosas, a veces escribo solo unos dos o tres post a la semana y hoy que menos tiempo tengo, heme aquí. Y es que por la noche, será la segunda cena de la empresa de mi maridis a la que tiene que llevar a la brujer.

En todo el día no he parado, después de dormir solo cinco horas, me levanté directo a medio limpiar la casa porque mis suegros son los baby sitters de ésta ocasión y van a pasar la noche aquí porque mañana viene Santa Claus y no quería dar dos vueltas. Mi suegra, que es muy fisgona, me dijo que no preparara nada especial solo: la cama con sábanas/cobertores limpios, carne especial para cocinar mañana al mediodía, otra tipo de comida para la cena y una lista de las actividades de los querubines para hoy por la tarde y mañana en la mañana. Uff! y eso que no que no quería nada especial eh!.

A media mañana me fuí al centro a comprarme unas garritas 'de verse' para la mentada fiesta. Luego llegué a casa con Speedy Gzz para preparar algo de comida rápida para los niños, al mismo tiempo ordenaba la lavandería que tenía llena de ropa limpia sin doblar, pasé la aspiradora y el trapeador nomás por encimita, guardé los trastes limpios, saqué la basura, recogí el tiradero de los cuartos de los peques, los recibí de la escuela, les dí comer y por último limpié la cosa hasta quedar como tacita de plata. Chin! todavía me tiemblan los brazos de tanto ajetreo y todo por el afán de que mi suegris no se dé cuenta de intento fallido de ama de casa que es su nuera.

El aquelarre será en un hotel de la helada ciudad de Interlaken, que a nosotros nos queda como a unas dos o tres horas en coche. La invitación incluye una habitación para no tener que regresar a altas horas de la noche, ya que la mayoría de los invitados somos 'fuereños' y es peligroso manejar en la autopista con algunas copitas encima. En todo piensa esta gente, wow! Para los pachangueros que quieran seguir el reventón, mañana está organizado un tour al Jungfrau para ver desde ahí el Glaciar Aletsch, nosotros todavía no decidimos si vamos o no.

Esta vez si estará el jefe inmediato de mi media naranja y algunos otros VIP'ers de la empresa, por lo que de nuevo el nervio lo tengoa flor de piel. No he comido y todavía me falta cambiar la cama donde dormirán los príncipes suizos que tengo por suegros, chin! las sábanas de seda se me quedaron húmedas en la lavadora, ja ja ja ja ja ja.

Pero tenía que tomarme un calmex, ando a mil, y ya hora de un relax. Por eso me puse a escribir para sacar todo el nervio por éste aquí. En fin, ya me voy a seguirle porque todavía me faltan algunas otras cositas.

Que tengan lindo finde y hagan 'changuitos' para que no me aflore la naca que llevo dentro en tan exclusiva fiesta.

Au revoir!

diciembre 03, 2009

Aprendiendo a aprender

Hace rato le pregunté a Chris qué le habían encargado de tarea para mañana, cuando me pidió jugar un rato con la computadora. Primero me dijo que no tenía tarea, pero lo dijo con tanta inseguridad que le insistí de nuevo hasta que salió el peine. La tarea era aprenderse un poema a Santa Claus, pero la hoja con el poema la había olvidado en la escuela; con algo de pesar me dijo que por vez le tendrían que bajar puntos y que él le explicaría a la maestra al día siguiente.

Me pareció raro que no le diera importancia a quedar mal con la tarea, ya que es muy cumplido y procupón, asi que le sugerí una solución. Le dije que le llamara a una de sus compañeras, para que ésta le dictara el poema por teléfono y así no le bajaran calificación. La madre de la criatura, muy atenta, se ofreció a traerle una copia hasta la la casa y mi querubín las esperó en la puerta con unos dulces para su amiga en agradecimiento. Ya no había pretexto, aunque el niño seguía algo nervioso con la hoja en la mano.

Enseguida puso mas justificaciones para no memorizar el texto: que tenía que leérselo su papá primero (pues está escrito en dialecto alemán-suizo), que se lo leyera yo (aunque no pronuncio muy bien ese dialecto), que era mucho y no lograría aprenderlo todo, que tenía que hacer pipí, que me iba a traer en vaso de té, en fin... miles de pretextos y todos entre sollozos.

Le pregunté por qué lloraba o que razones tenía para no aprenderse ese poema de cuatro estrofas, cuando a veces se aprende cuartillas enteras cuando expone algún otro tema. Soltó el llanto y me dijo muy preocupado que su mayor temor era hacerlo mal. Que lo que más le estresaba era cometer un error y no decirlo perfecto, que para él era mejor que le bajaran puntos, a pasar todo el nerviosismo de hacerlo mal.

Alguna vez he comentado aquí esa cualidad de perfeccionismo a que la gente en Suiza se acostumbra, ahora sabemos, desde la infancia. Por algo la educación básica en éste país es una de la mejores a nivel internacional, pues desde pequeños se le inculca el nivel de excelencia académica exigiéndoles siempre un cien por ciento de rendimiento.

Pero, el efecto que esto causa es una sensación de temor a cometer errores. Por eso, con toda la calma del mundo, le expliqué a mi pequeñito que la escuela no es para tener miedo, sino para aprender. Que la forma más básica de aprender es precisamente cometiendo errores y teniendo la conciencia de saber que cualquier error se puede corregir. De ahí, nada se nos olvidará en el futuro. Le pedí que no fuera tan duro consigo mismo -como normalmente soy yo- porque eso nos llena de frustración y baja autoestima que de nada nos sirve sino para ponernos obstáculos en la vida.

Claro, todo eso se lo traté de decir en las más sencillas que encontré para que pudiera captar el mensaje. Además le explique que él es capaz de hacer cualquier cosa que se proponga, siempre y cuando esté convencido de que puede y quiere.

Al cabo de unos 45 minutos regresó con el texto aprendido:



Mi casita esta en el bosque de abetos
en medio del paisaje nevado,
solo animalitos pueden pasar
si quieren comer algo.
El Cochambroso y Santa Claus
llenan cada dia de nuevo
el establo detrás de la casa
con rico y fresco heno.
A mi burro, mi venado y mi ciervo
les gusta comerlo
y lo se cae al suelo
para los conejos será.
Pero ahora tenemos prisa
no nos queda mucho tiempo
el cammino a las chimeneas de los niños
es duro y algo lejos.
Nos hemos puesto las bota calientitas
y cerrado los abrigos
"Ven Cochambroso, nosotros dos
que hoy tenemos mucho por hacer".


El resto de la tarde se la pasó abrazándome, diciéndome que me quiere mucho y llenándome de besos. Seña inequívoca que había entendido todo lo que le dije al comprobar que, en efecto, el texto era más fácil de lo que creía.

Ah! los hijos... son una maravilla.

diciembre 02, 2009

De campeones y campeones: Auténticos Tigres UANL

El 20 de noviembre pasado se coronaron campeones por fin los Auténticos Tigres de la UANL en la final de la Liga Mayor 2009 de la Conferencia del Centro de la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA). Los periódicos especializados en éste deporte dieron cuenta de las jugadas importantes de la noche, de lo invicto del equipo capitaneado por el coach Pedro Morales, de la maravillosa actuación de quien se dice es el mejor quarter back de los últimos tiempos Roberto Vega y... de la falta de un campeonato de éste tipo desde hace 32 años.

Treina y dos años dije? Si, más de tres décadas sin conseguir el tan anhelado trofeo. Pero ¿alguien se acuerda hoy de quiénes fueron los protagonistas de ese último campeonato en 1977?



Yo si, porque mi hermano -el orgullo de la familia- fué parte de aquel roster de campeonato al mando del ya fallecido coach en jefe Cayetano Garza. El estadio universitario -ahora conocido como El Volcán- estaba igual de lleno que el pasado 20 de noviembre y las gradas vibraban el unísono apoyando a los Auténticos.



Yo apenas contaba con doce añitos de edad, pero al igual que toda mi familia ahí reunida, gritaba como loca cuando veía como avanzaban -yarda tras yarda- mi hermano y sus colegas. "Andale Charly!, páralo ahí, ahíííí!!!!", gritaba mi madre como la más orgullosa y veterana porrista de aquellos Auténticos Tigres de 1977.



Ah!!! los recuerdos que viven en mi memoria son muchos y solo con evocarlos me vuelvo a llenar de emoción ahora que los jóvenes del 2009 volvieron a conseguir el campeonato de la ONEFA. Seguramente sus familias se sienten tan orgullosas como la mía hace 32 años.

Para conmemorar esa fecha de hace tres décadas algunos de aquellos jugadores se reunieron el pasado 12 de noviembre, previo a la final, en el Estadio Universitario para un convivio y la foto del recuerdo. Abdómenes abultados, sienes pobladas de canas y muchas, muchísimas memorias para compartir luego de tantísimos años de no verse y como forma de apoyo a los Auténticos de ésta generación en su partido final, del que salieron victoriosos también.



Luego de conseguido el campeonato, al día siguiente -21 de noviembre, se reunieron con los protagonistas del Título 2009 y con el nuevo rector de la UANL, el Dr. Jesús Ancer Rodríguez, para festejar a lo grande.



Muchas felicidades a los nuevos campeones, deportistas excelentes que tuvieron que espearar tres décadas para demostrarlo. Y a mi hermanito querido, todo mi amor y mi admiración porque también llegó a ser parte de la historia deportiva del alma mater que lo vió convertirse en profesionista: la UANL. Te amo, negro del alma!

Tigres Campeón!