mayo 13, 2009

El caso del Padre Alberto

Alberto Cutie ingresó al seminario a los dieciocho años en Miami, USA, luego de emigrar de su natal Puerto Rico en donde sus padres cubanos se refugiaron luego de escapar del régimen castrista. El Padre Alberto, conocido así después de la fama ganada primeramente por su incursión en la radio y luego por su participación en la televisión latina de La Florida con el talkshow Cambia Tu Vida Con El Padre Alberto enfocado en solucionar los problemas personales de sus invitados a través de consejos espirituales.

Hasta hace unas semanas fué un personaje carismático, multitudinario y simpático que contaba con el cariño de sus feligreses en la Parroquia San Francisco de Sales en Miami. Hoy es doblemente famoso gracias al escándalo de una revista sensacionalista que publicó fotos suyas con una mujer en actitud amorosa y sensual en una playa privada. El juicio mediático lo hizo renunciar a sus deberes como figura pública, incluyendo sus obligaciones parroquiales. El público que ayer tanto lo apoyó y veneró, ahora se ha convertido en su peor juez poniéndolo al mismo nivel de otros clérigos que han cometido actos criminales como pederastia y poligamia. El de Alberto no se trata de ningún crimen sino de amor, prohibido, pero amor al fin y al cabo.

El valor que siempre lo caracterizó, le hizo salir y dar la cara a su público para dar sus razones de lo ocurrido, incluída también una disculpa a través de entrevistas televisivas. Pero ni esto le ha valido, el adjetivo de cínico se escucha y lee por todas partes.

Es un hecho que cometió un error, todavía no se sabe si el de ordenarse sacerdote sin estar plenamente seguro de quererlo o el de haberse enamorado después de hacer votos de castidad. Lo cierto es que ante todo, además de hombre, es un ser humano imperfecto capaz de equivocarse. Todos opinan, todos juzgan, pero nadie habla de lo difícil que habrá sido para él, llevar esa doble vida que ahora ha salido a la luz. Del martirio interno que debe estar pasando en estos momentos para tomar una decisión sana que lo reivindique como ministro de la iglesia o lo lleve a una vida laica con el peso de la culpa. Cualquiera de los dos caminos será muy difícil, entre el amor a Dios y el amor a una mujer. Aunque no necesariamente uno tiene que ser excluyente del otro.

Quién en esta vida no se ha equivocado? Quién no merece otra oportunidad? Ahora si que, el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra. Lo que se necesita en este mundo de hoy, es un poco de comprensión.

Au revoir!


3 comentarios:

eCo-Diva dijo...

Keru, yo creo que el problema es que el padre no dimitió de su sacerdocio y precisamente llevar una doble vida con la mujer, si no hubiera sido porque lo descubrieron, si no ¿lo hubiera declarado? ¿hubiera renunciado a los privilegios de los que goza como clérigo?.

Yo no juzgo pero creo que siempre debe haber coherencia entre lo que decimos y hacemos, no debemos predicar más que con el ejemplo... precisamente porque como parte de la iglesia católica juzgó y dio consejos la gente se siente con el mismo derecho que el tenía para hacerle ver sus errores...

werita dijo...

oye ps ya termine tooooodo el blog, me avente un maraton pa que ya no te pincheen en las noches jjjjjj, termine mucho mas rapido de lo previsto, asi que ahora estoy leyendo conforme vas posteando y me ps me quede pica, ya no tengo mi ciberlibro de buro, pero bueno... por aqui seguimos GRACIAS :)
besos!!

Nancy dijo...

Yo creo que como humanos todos somos imperfectos, el problema es que la gente idealiza a los sacerdotes, a los doctores, como si fueran seres superiores y no tuvieran errores, o como si lo supieran todo... he visto algo del escándalo que ha provocado la situación del Padre Alberto, encabezados en revistas con titulos como "Pecador!" la verdad, se me hace que para tener la autoridad moral de llamar pecador a otros hay que tener la conciencia muy limpia y eso, creo que la verdad muy pocos podemos decir que así la tenemos... es como siempre pura hipocresía y ver la paja en el ojo ajeno.... por mi que el hombre sea feliz, que disfrute su vida y pues ojalá que aquellos que ayudo en su programa sigan considerando que sus consejos siendo cura o no, (vamos a llamarles consejos espirituales) les sirvieron de todos modos y deberían estar agradecidos... no sé, me molesta mucho cuando se quiere hacer leña del árbol caído...

Saludos Keru, toy trabajando!! :D

Nancy