diciembre 22, 2008

Egos sensibles y éxitos

Hace dos domingos festejamos, como cada año, la misa en honor de la Virgen de Guadalupe. La organizadora del evento había sido siempre mi comadre, madrina de Zara, porque ella fué la que tuvo la idea que comenzó de una forma muy sencilla. En aquella ocasión, hace ya más de cinco años, llevó a la misa dominical su cuadro con la imagen de la Virgen (el que previamente había adornado con unas rosas muy bonitas alrededor) y le pidió al padre si podría hacer alguna mención sobre el 12 de Diciembre Mexicano. Al finalizar la misa y sin previo aviso, nos invitó un café en su casa a los pocos mexicanos que habíamos acudido. De ahí surgió la primera organización, para el año siguiente, de esta celebración en colaboración con otras mexicanas en las que cada quien llevaríamos algo de comer para ofrecerlo como aperitivo en el salón donde se oficia la misa una vez terminada ésta.

A partir de ahí, año con año el festejo había ido "in crescendo" y cada vez se sumaban más voluntarias a la causa. El año pasado, debido a la gran cantidad de concurrentes (de todas las nacionalidades, suizos incluídos) se pensó en pedir la Iglesia y la moción fué aceptada. Era todo un reto llenar el inmenso templo y todavía más, organizar el festejo posterior. Esta vez, a mi comadre se le sumó otra de sus comadres y entre las dos compartieron tareas a las que yo apoyaba de lejecitos para no entorpecer las labores.

Como era de esperarse, los problemas llovieron a cántaros por ser la primera vez que se hacía la cosa "en grande". Lo más curioso fué que lo que causó dificultad no era nada relacionado con permisos y logística, sino una lucha encarnizada de egos entre las "voluntarias" que "desinteresadamente" querían meter su cuchara y llevarse algún crédito y/o medalla. Llamadas por aquí y por allá, chismes y desinformaciones, fueron el común denominador en el último mes antes de la misa. Es increíble como ciertas personas con hambre de reconocimiento social, ponen trabas y critican el trabajo de otros cuando ellas no son capaces de mover un dedo y que lo único que tienen para ofrecer es "el poder de su firma". Una lástima, sobre todo tratándose de un acto que debería ser pacífico y emotivo por propia naturaleza.

Y no solo el afán protagónico de algunas complicó la organización, viejos rencores y egos lastimados hicieron que faltaran algunas personas que en los últimos años habían sido parte de la comitiva organizadora, ni siquiera el amor de la Madre de Dios las hizo olvidar ese lado oscuro de su corazón. Mal por aquellas que, lejos de honrar a Reina de México, vieron en la ocasión el momento perfecto para sacar su lado más oscuro sin importar el fin espiritual que se perseguía.

Con todo y eso, el evento resultó un éxito total, a pesar que también existieron algunos errores en la planeación pero que nos sirvieron para irlos limando en los próximos años. Esta vez a mi se me ocurrió mandar hacer un estandarte para entrar en la iglesia como una procesión guadalupana más de las llegan a la Basílica de cualquier ciudad de México. Nos costó algo de trabajo ordenarlo y mandarlo traer hasta acá, pero quedó hermoso y lució en todo su esplendor durante la misa. Esta, fué concelebrada por tres sacerdotes: Luis Miguel (mi amigo del alma que ahora es párroco en Berna), el padre Alfredo Escalante (el titular de la región que quedó en lugar de LuisMi) y otro padre de nacionalidad polaca, quien por cierto habla perfecto el español.

A la mitad de la misa la iglesia ya estaba llena, algo que nos tenía muy preocupados porque sin una multitud sería muy difícil que nos volvieran a prestar la iglesia para el próximo año, en el sonido local retumbaban las notas de Las Mañanitas Guadalupanas, La Guadalupana y Mi Virgen Ranchera cantadas a todo pulmón por nuestro grupo y el resto de los fieles con su respectivo misal en mano con el que podían seguir la letra. Momentos muy emotivos en la eucaristía con la participación de las familias en las lecturas, las ofrendas o la oración de los fieles, en la que mi Chris leyó una, orgullosísimo de su habilidad con el español. Mucha gente lo felicitó y eso para él fué algo grandioso.

La fiesta no pudo haber sido mejor, se utilizó la salita en la que normalmente se oficia la misa en español, que en un momento dado resultó casi insuficiente para tanta gente que ahí se dió cita; hubo media hora de bailes típicos de México ejecutados por dos grupos diferentes de baile folclórico y luego la comida. Como dijo el padre al terminar la misa "ya terminamos la mística, ahora sigue la mástica", charolas y charolas con comidas de todas partes de México, España y Latinoamérica: tamales, tortilla española, guacamole, empanada de atún, tacos al pastor y muchísimos etcéteras. Y todo gratis! aportado por muchas más personas ajenas a la organización que lo llevaron de forma espontánea.

La mayoría de la gente nos agradecía muy efusivamente al irse, no podían creer que todo hubiera sido sin costo alguno, aunque no faltaron los listillos que no habían presenciado la misa y otros que hasta de contrabando se llevaron algunos tamales escondidos en sus bolsos. Los días posteriores se pudieron leer crónicas en los periódicos y los comentarios en las reuniones de latinos tampoco escapaban como tema obligado. Exito rotundo.

No cabe duda que los mexicanos somos así de especiales, nos damos con todo y luego nos unimos echándole todas las ganas hasta salir victoriosos. Igual sigo estando orgullosa de ser mexicana y de mi gente, sea como sea.

Saludos!

2 comentarios:

Paola R. dijo...

Hola Keru, pues que decir...
paso por aquí deseándote lo mejor para el próximo año, y ojalá esté lleno de bendiciones para tí y tu familia.

saludos!!! y que bien que estés de vuelta.

kerubin@ dijo...

Paola: Que linda, muchas gracias por tus buenos deseos, sabes que se te aprecia y reciban tu y Luis lo mejor en estas fechas y el año que viene! Gracias por la visita!