Hoy vinieron tres parejas amigos nuestros con sus respectivos querubines, más que amigos son el equivalente a mi familia de éste lado del charco, para comer el recalentado de la pierna de ayer en unas deliciosísimas tortas. La celebración no tuvo nada de suizo como la de la nochebuena anterior con mis suegros, a pesar de que los tres hombres de las parejas lo son, no hubo nada programado: ni el horario de la comida, ni el orden, ni siquiera lo que se habría de hacer o platicar. Como sucede en toda reunión chocolatera.
Nadie vistió ropa especial, las mujeres ni siquiera lucimos maquilladas, y es que era solo una reunión tan simple y tan sencilla como un recalentado navideñoe estilo México. A excepción de la hora de la comida, nos olvidamos por completo de los huercos y los adultos nos divertimos como poca veces lo hemos hecho: relajados, contentos, sin prestar atención a nada que no fuera divertirnos muy amenamente.
Luego de la "mástica", mi comadre Carolina sacó una enorme bolsa de regalos para todos, los niños tenían que cantar algo antes de recibir cadad uno el suyo y la parte musical comenzó en ese momento. Me encantó ver a las criaturas muy desinhibidas haciendo sus gogoritos ante un público de padres que les aplaudia y gritaba porras después de cada actuación. Ellos estaban contentísimos y nosotros, orgullosísimos de nuestros vástagos.
Aquello terminó cuando servimos el postre y después de éste a mi maridis se le ocurrió encender el Karaoke (te acuerdas Nancy???). De primero me pusieron a mi a hacer sola el ridículo, aunque me insistieron mucho, porque ya después de un tequilita (yo que nunca tomo) solita me paré a "deleitarlos" con una bien llegadora canción de Los Carpenters. Mi señor marido, sacó entonces las pistas de Juanga, Luismi, Selena y los Clásicos de los 70's. Los demás, un poco tímidos al principio, fueron acercándose a la sala. Ya una vez ahí, caballito tequilero en mano, se animaron con el micrófoco y ahí empezó la verdadera fiesta. Los que en un principio cantaban haciendo coros en voz bajita, terminaron interpretando (con todo y coreografía) La Carcacha de Selena y los Dinos.
Ya casi al final, todos coreaban al unísono Hey Jude de los Beatles. Los niños también estaban con nosotros a estas alturas, ahora eran ellos quienes nos aplaudían y los que se hinchaban de orgullo al ver a sus papis "bien entonados". Me sentí como si hubiera estado en casa de mi madre con mi familia haciendo desmadre y medio, sentía mi casa llena de amor fraternal y eso, de este lado del charco, es muy valioso y difícil de alcanzar.
Nadie se quería ir, los adultos para ser precisa, pero los peques con su cansancio de tanto jugar se encargaron de marcar la hora de salida. No me importó el tiempo que nos tardamos en limpiar todo, mis pies ya no me dolían y hasta me atreví a lavar el inmeso cerro de trastes y cacerolas (yo que lo que mas odio es lavar trastes). Sentía una extraña energía que me hacía olvidar el cansacio de horas y horas de trabajo en la cocina, yo digo que era la alegría y el cariño que esta noche sobró en mi casa al lado de nuestros amigos. No cabe duda, todo lo que se necesita es... amor.
He dicho.
Nadie vistió ropa especial, las mujeres ni siquiera lucimos maquilladas, y es que era solo una reunión tan simple y tan sencilla como un recalentado navideñoe estilo México. A excepción de la hora de la comida, nos olvidamos por completo de los huercos y los adultos nos divertimos como poca veces lo hemos hecho: relajados, contentos, sin prestar atención a nada que no fuera divertirnos muy amenamente.
Luego de la "mástica", mi comadre Carolina sacó una enorme bolsa de regalos para todos, los niños tenían que cantar algo antes de recibir cadad uno el suyo y la parte musical comenzó en ese momento. Me encantó ver a las criaturas muy desinhibidas haciendo sus gogoritos ante un público de padres que les aplaudia y gritaba porras después de cada actuación. Ellos estaban contentísimos y nosotros, orgullosísimos de nuestros vástagos.
Aquello terminó cuando servimos el postre y después de éste a mi maridis se le ocurrió encender el Karaoke (te acuerdas Nancy???). De primero me pusieron a mi a hacer sola el ridículo, aunque me insistieron mucho, porque ya después de un tequilita (yo que nunca tomo) solita me paré a "deleitarlos" con una bien llegadora canción de Los Carpenters. Mi señor marido, sacó entonces las pistas de Juanga, Luismi, Selena y los Clásicos de los 70's. Los demás, un poco tímidos al principio, fueron acercándose a la sala. Ya una vez ahí, caballito tequilero en mano, se animaron con el micrófoco y ahí empezó la verdadera fiesta. Los que en un principio cantaban haciendo coros en voz bajita, terminaron interpretando (con todo y coreografía) La Carcacha de Selena y los Dinos.
Ya casi al final, todos coreaban al unísono Hey Jude de los Beatles. Los niños también estaban con nosotros a estas alturas, ahora eran ellos quienes nos aplaudían y los que se hinchaban de orgullo al ver a sus papis "bien entonados". Me sentí como si hubiera estado en casa de mi madre con mi familia haciendo desmadre y medio, sentía mi casa llena de amor fraternal y eso, de este lado del charco, es muy valioso y difícil de alcanzar.
Nadie se quería ir, los adultos para ser precisa, pero los peques con su cansancio de tanto jugar se encargaron de marcar la hora de salida. No me importó el tiempo que nos tardamos en limpiar todo, mis pies ya no me dolían y hasta me atreví a lavar el inmeso cerro de trastes y cacerolas (yo que lo que mas odio es lavar trastes). Sentía una extraña energía que me hacía olvidar el cansacio de horas y horas de trabajo en la cocina, yo digo que era la alegría y el cariño que esta noche sobró en mi casa al lado de nuestros amigos. No cabe duda, todo lo que se necesita es... amor.
He dicho.
3 comentarios:
Saludos Keru y muchas felicitaciones a tí tembién, me alegra saber lo bien que la pasaste en tu casa con mucha gente que te ama. Lamento no haber visitado el blog en días pasados pero ya estoy aquí ponieédome al corriente. Hasta luego.
Que bueno que se la hayan pasado tan bonito, que la fiesta de inicio de año sea igual o mucho mejor, saludos y un abrazo.
@ Anónimo: Be my guest! Gracias por comentar.
@ Omar: Gracias, igualmente te deseo una feliz y divertida celebración del fin de año. Saludos.
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