abril 01, 2008

Juanito y Miguelón (Cuento)


Miguelón y Juanito eran los mejores amigos de toda la palomilla de la secundaria. Compartían muchas cosas juntos como irse de pinta, el gusto por la pizza y las reuniones "en bola" con sus otros cuates; también compartían anécdotas de otros por separado respetando cada quien su espacio, no era un código adolescente sino una costumbre espontánea con la que estaban familiarizados. Miguelón era el galán de aquel par amistoso, siempre pendiente de oler bien, vestir bien y sobre todo siempre tenía una sonrisa para cualquier niña que le pasara por el frente ... era un conquistador nato. En cambio Juanito, vivía enamorado de aquella niña de "frenos" a la que nunca le hablaba por temor a ser el blanco de la burla de su amigo, pero de la que seguía con los ojos todos sus movimientos en la escuela.

Un día Juanito leyó en un anuncio publicado en el tablón del supermercado, en donde solicitaban ayudantes para empacar la compra a los clientes e inmediato pidió permiso a sus padres para solicitar el empleo. Cuando Miguelón se enteró, sintió un poco de envidia por no haber visto el anuncio él primero e intentó disuadir a Juanito de su idea de trabajar. "Ya no vas a poder jugar, vas a tener poco tiempo para hacer las tareas y no te vas a juntar con la palomilla como antes", le decía en su afán envidioso sin lograr convencerlo.

Curiosamente Miguelón comenzó a ir más seguido al súper, acompañado de su madre y algunas veces de la palomilla, para hacerse presente precisamente en la caja en la que Juanito empacaba. Una de esas tardes, en la que Miguelón llegó con toda la flota al súper a comprarle unas cosas a su madre y mientras Juanito lo empacaba, tiró accidentalmente una botella de catsup al suelo. La botella cayó precisamente en los pies de Miguelón, manchando sus zapatos y parte de su pantalón; Juanito se disculpó inmediatamente con su amigo pero se llevó una gran sopresa al ser golpeado en la cara con el puño cerrado por Miguelón. El niño cayó de bruces en el mismo momento en que Lalo (otro de los niños del grupo) se le fué encima a Miguelón dándole un golpe más fuerte ante los gritos de Juanito "Lalo, Lalo! todo está bien, ya cálmate!". El gerente de la tienda, al escuchar el escándalo, llegó para separarlos y mandó a Juanito a su cada por ese día con el fin de calmar las cosas.

Al día siguiente en la escuela, Miguelón esperó en la puerta a Juanito antes de entrar a clases, cuando lo tuvo frente a él lo insultó como nunca antes lo había hecho advirtiéndole que lo sucedido merecía terminar con su amistad. En vano resultaron las palabras de su mejor amigo explicándole que todo había sido un accidente, que no había sido su intención hacerle daño, pero Miguelón le aclaró que su enojo no era por la botella rota en sus pies sino por no haberlo defendido del golpe que Lalo le había dado. "Tu tenías que haberle pegado a Lalo, no dices que eres mi amigo? Por qué no me defendiste?" le repetía una y otra vez. Juanito no entendía aquellas palabras, en su mente infantil pensaba que el que había dado el primer golpe fué él, ¿cómo golpear a Lalo si lo único que ésta había hecho fué defenderlo de la injusticia de Miguelón?.

Hoy los otrora mejores amigos ya no lo son más, Miguelón se dedica a molestarlo continuamente, les habla mal de él al resto de los niños, se burla, lo acusa, cuenta sus secretos ... pareciera que lo odia. Juanito no sabe qué hacer, quisiera pedirle disculpas una vez más pero no encuentra la razón para disculparse, más aún cuando su ex-amigo pone cada vez más distancia entre ellos. Se ha ido aislando poco a poco de la palomilla, a veces se siente solo, pero toma valor y vuleve a ver a sus compañeros en la esquina del parque aquel para distraerse pero cuando ve venir a Miguelón pretexta algo que hacer y se va. Juanito extraña a su amigo porque lo sigue queriendo, tiene la esperanza de que el tiempo haga olvidar los rencores de Miguelón y un día su amistad vuelva a ser como antes.

¿Cosas de niños?

2 comentarios:

Nancy dijo...

Sabes Keru, una vez me dijo un psicólogo que hay personas que a propósito se buscan amistades a las que de alguna manera ( económica, sentimental, socialmente) puedan ver por debajo del hombro, porque eso les hace sentir que estan mejor o que su vida "no está tan mal" y esa persona la conserva y hasta la trata con condescendencia, finge ayudarla hablandole bonito, pero deseando que las cosas no se salgan de cierta dinámica, llega a ser tal la necesidad del "existoso" de sentirse superior y de tenerle lástima al otro, que el día que las cosas son diferentes, se sentirá traicionado aunque en realidad la otra persona lo único que esté haciendo es salir adelante y mejorar su vida, en ese momento invadirá al primero la envidia ( aunque en realidad tal vez sus logros aun sean mayores), la frustración y el enojo y tal vez busque motivos para alejarse porque no soportará ver como su amigo sale del hoyo y progresa...

Keru, yo diría que son.. cosas de humanos..

Un abrazo y besos :)

Nancy

kerubin@ dijo...

Nancy: Eres adivina o que??? No descubra caramba!