marzo 11, 2008

Obama, Spitzer ... y lo que nos falta por ver

Bien dicen que en Gringolandia todo se hace a lo grande, desde los productos que encontramos en sus supermercados tamaño jumbo hasta los escándalos descomunales que se hacen de situaciones grotescas, nefastas y hasta cómicas que con nombres anónimos no pasarían de causar risa. Como en el más reciente caso de la guerra sin cuartel para ganar la candidatura por el paratido demócrata entre la cornuda más famosa de la historia (Hillary Clinton) y su contrincante Barack Obama. Un simple spot televisivo (lo pueden ver en la barra lateral) apoyando la precandidatura de la Clinton ha causado una controversia tal, que los medios de comunicación le han regalado cantidades enormes de tinta y primetime. Resulta que en dicho spot aparece una pequeña de nombre Casey Knowles que contaba con escasos 8 años en el tiempo que se grabó la escena para la publicidad de una empresa de ferrocarriles. Según dijo, no había visto el anuncio hasta que fue emitido "The Daily Show", el programa que realiza Jon Stewart en Comedy Central. Fue entonces cuando su hermano la reconoció. La chica, estudiante de último curso en un instituto del estado de Washington, ha estado haciendo campaña por Obama e incluso acudió al mitin que dio en Seattle donde llegó a darle la mano. La campaña de Hillary Clinton compró las imágenes a Getty Images, pero no podía haber escogido peor protagonista para el anuncio. El resultado? repeticiones hasta el cansancio del spot, cantidad de entrevistas a la jovencita y mucho, mucho chisme alrededor. ¿Influirá ésto en los resultados finales de la cantidatura? Por supuesto que no, pero deja mucho dinero a los que hablan de ello.

El segundo caso aunque no menos escabroso, es el de Eliot Spitzer, gobernador del estado de Nueva York. El buen Eliot, desde que fué elegido en su cargo en 2006, trabajó muy duro contra uno de los problemas sociales más fuertes en ese estado: la prostitución. Fué fiscal general de ese mismo estado, habiéndose ganado una buena reputación por su honradez y lucha contra todos los tipos de corrupción y malversaciones. Pero, aquí es donde la burra tuerce el rabo, no contaba con la astucia del FBI que investigaban la red de prostitución "Emperors Club", que cobraba hasta 5.500 dólares por hora muy al estilo de la otrora famosa Heidi Fleiss. Los chicos malos del FBI grabaron una conversación de Spitzer en Washington cuando buscaba contratar los servicios de una chica y la polémica se sirvió tan a gusto, que está a punto de costarle la gobernatura. En una conferencia de prensa, en la que pareció con su esposa al lado, aceptó su culpa y dejó entrever su renuncia inminente. Lo que no mencionó fué que efectivamente, recurrió a los servicios de una scort, le pagó el vuelo desde otra ciudad estadounidense, le rentó una suite en un hotel lujosísimo y ... lo demás está a punto de ser historia. Muy predecible lo que sigue, seguramente después de su renuncia saltará a la palestra la damita haciéndose millonaria por contar lo que sucedió y lo que no. Lo que yo me pregunto es ¿qué tiene que hacer la esposa en una conferencia de prensa mostrando su cornamenta cuando el marido expresa su "mea culpa" al mundo entero?. Ni cómo ayudarlos, diría aquel.

No cabe duda, Estados Unidos es el paraíso donde todos los sueños se hacen realidad, hasta los de tus enemigos.

Saluditos!

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