Infancia precoz ... y lo que me falta!

La semana pasada llevé a mis retoños a cortarles el cabello, la primera en pasar fué Zara. Le expliqué a la muchacha cómo debía cortárselo, señálandole a la modelo de un poster que había en la pared con cortes muy modernos. Inmediatamente me fuí con la que le tocó a Christof e hice lo mismo diciéndole solamente que lo cortara lo más que se pudiera, mi angelito no soporta el cabello más de tres centímetros de largo. Para dejar que las muchachas hicieran su trabajo a gusto y les llamaran la atención a los niños con libertad, me fuí a la salita de espera.

Una vez terminado el corte de Zara me llamó la mujer, con sorpresa ví que no lo había hecho como yo le indiqué porque "la niña no quiso, me dijo que lo cortara como la otra modelo de la derecha" WTF!? La diferencia no era mucha, a excepción del cabello del frente que lo dejó largo porque la criatura no quería fleco "ya soy una niña grande y el fleco solo es para bebés", la otra muy obediente le hizo caso y a mi no me quedó más remedio que aceptar porque me pareció gracioso que a su edad tuviera la idea de decidir ese tipo de cosas.

Lo que no me hizo mucho gracia fué lo que hizo ayer, algo muy parecido. Me explico: la entrenadora del gimnasio me pidió de favor que fuera a entrenar ayer domingo porque habría un evento para captar nuevos clientes, los fines de semana casi nadie va y lo que querían era que aquello se viera atractivo para los visitantes. Como Christof tenía torneo de futbol y el clima estaba muy frío, llevé conmigo a Zara porque en la guardería del gym también habría cosas especiales para los peques. Con la confianza de saber que Christof estaba seguro con su papá y que la chiquitina estaría más que entretenida bajo el mismo techo que yo, hice mi rutina de ejercicios más tranquila que nunca con todo el tiempo del mundo. Tuve tiempo hasta de un tratamiento de exfoliación en el sauna y de ducharme a mis anchas como si estuviera en mi casa.

Al terminar e ir por ella, me la encontré convertida en toda una rock star con extensiones rosas en el cabello y un tatuaje (temporal) de una ratita, rosa por supuesto, en el antebrazo derecho!. Cuando le pregunté quien lo había hecho, me dijo muy segura "no te vayas a enojar, la señora me preguntó si tu me dejabas, yo le dije que si, la otra vez me dejaste cortar el pelo como a mi me gusta, verdad que si?". Esta vez no se escapó de una buena regañada, ni de la advertencia de volver a hacer algo así sin mi permiso, so pena de un muy buen castigo. Aquí las pruebas:




Como decía mi abuela: "les da uno la mano y se toman hasta el pié". Si ésto hace a los 4 años, ¿que me espera a los 14?

De vuelta a la rutina, feliz inicio de semana!