Hace mucho que no platico sobre la ya famosa vecina coreana que vive en la casa de al lado. Y es que en el último año, a pesar de haber hecho las paces hace tiempo, prácticamente no hemos tenido contacto. Ella comenzó ignorando mis saludos, a lo que todavía no encuentro explicación, y yo no tuve la menor intención de aclarar.
¿Para qué?, bien conozco su lunática forma de ser y de gente como esa, mejor permanecer lo más alejado posible.
Desde hace unos meses, volvió a prohibirle a sus hijos ser amigos de los míos. Tan intensa ella, que ni caminar juntos a la escuela les deja. De hecho, algna vez que el mayor de sus niños caminaba junto con el mío al regreso de la escuela, le dijo a Chris que al llegar a nuestra cuadra se separaría para que su mamá no le pegara si los veía juntos, ash!
Por supuesto que me intriga saber ahora por qué razón hace ese tipo de cosas, pero pesa más mi sentido común y mis ganas de tener más conflictos con ella. Así que me quedaré con la duda.
El caso es que hoy su hijo, el que está en el mismo salón que Christof, no fue a la escuela por no sé cual motivo. A la hora de comer, Zara llegó sola a casa y le pregunté por su hermano, me dijo que habían caminado juntos pero que él fue directo a la casa de los "coreanitos" porque le llevó la tarea a su compañero que habia faltado a clase.
Cuando Chris llegó a la casa le pregunté si el maestro le ordenó que le llevara la tarea al otro y su respuesta me dejó pensativa: "no mami, el maestro no me dijo. Yo se la llevé porque él no fué hoy a la escuela y no anotó la tarea, entonces mañana le van a poner una mala nota, y luego la tendrá que terminar junto con la tarea de los dias siguientes y se le va a juntar mucha".
Reflexioné sobre esos sentimientos tontos que a veces tenemos los adultos, que los chiquillos no entienden ni comparten y que, por su misma inocencia, ignoran sin preocuparles.
Tal vez mi hijo se acostumbró a la prohibición de mi vecina, pero eso no le impide hacer una obra buena ayudando su hijo, como lo haría por cualquier otro compañero. Los niños, o al menos el mío, no tiene tan retorcido el pensamiento para tomar revancha de algo tan injusto como lo que hace la vecina.
Qué orgullosa me siento de él.
Feliz inicio de semana!
¿Para qué?, bien conozco su lunática forma de ser y de gente como esa, mejor permanecer lo más alejado posible.
Desde hace unos meses, volvió a prohibirle a sus hijos ser amigos de los míos. Tan intensa ella, que ni caminar juntos a la escuela les deja. De hecho, algna vez que el mayor de sus niños caminaba junto con el mío al regreso de la escuela, le dijo a Chris que al llegar a nuestra cuadra se separaría para que su mamá no le pegara si los veía juntos, ash!
Por supuesto que me intriga saber ahora por qué razón hace ese tipo de cosas, pero pesa más mi sentido común y mis ganas de tener más conflictos con ella. Así que me quedaré con la duda.
El caso es que hoy su hijo, el que está en el mismo salón que Christof, no fue a la escuela por no sé cual motivo. A la hora de comer, Zara llegó sola a casa y le pregunté por su hermano, me dijo que habían caminado juntos pero que él fue directo a la casa de los "coreanitos" porque le llevó la tarea a su compañero que habia faltado a clase.
Cuando Chris llegó a la casa le pregunté si el maestro le ordenó que le llevara la tarea al otro y su respuesta me dejó pensativa: "no mami, el maestro no me dijo. Yo se la llevé porque él no fué hoy a la escuela y no anotó la tarea, entonces mañana le van a poner una mala nota, y luego la tendrá que terminar junto con la tarea de los dias siguientes y se le va a juntar mucha".
Reflexioné sobre esos sentimientos tontos que a veces tenemos los adultos, que los chiquillos no entienden ni comparten y que, por su misma inocencia, ignoran sin preocuparles.
Tal vez mi hijo se acostumbró a la prohibición de mi vecina, pero eso no le impide hacer una obra buena ayudando su hijo, como lo haría por cualquier otro compañero. Los niños, o al menos el mío, no tiene tan retorcido el pensamiento para tomar revancha de algo tan injusto como lo que hace la vecina.
Qué orgullosa me siento de él.
Feliz inicio de semana!