diciembre 15, 2010

De precocidades y shocks

El fin de semana pasado mis hijos se fueron a pasarlo con sus abuelos, los llevarían a escoger los regalos de navidad y además al zoológico por lo que los fuimos a dejar el sábado muy temprano. Ese mismo día por la noche, ya en casa, estaba tan cansada que me fuí directo a la cama y me disponía a leer las noticias de México en mi computadora portátil. Pero mi sorpresa fué mayúscula cuando al abrir el navegador me encontré con la página de inicio de un portal de  pornografía. Recordé que la noche anterior lo había visto a él cerrando la computadora, al tiempo que me comentaba que había estado viendo videos en You Tube. Por la confianza que le tengo, y porque nunca antes habia dado muestras de interesarse en el sexo, le creí. Esos dos días que estuvo con sus abuelos me parecieron una eternidad, porque mis ansias de hablar con él eran muchas. Por fin el domingo por la noche, antes de irse a dormir, busqué una oportunidad para estar solos y hablé con él. Ya en el verano de éste año, mi maridis había tenido esa plática "de caballeros" como el mismo Chris le llamó. Por lo que me imaginé que tal vez el niño no estaba preparado para ese tipo de información y en vez de educarlo, le habíamos abierto la caja de pandora. "Salió más caro el caldo que las albóndigas", pensé. Nomás mencionarle el incidente de la computadora, soltó el llanto e inmediatamente lo tranquilicé diciéndole que no lo iba a regañar sino a platicar amigablemente con él. El niño se calmó y comencé con un pequeño interrogatorio de cómo había llegado a la idea de buscar ese tipo de cosas en la red. Su respuesta me dió mucha tranquilidad y seguridad para seguir con el tema. Me explicó que había estado leyendo el libro que yo le compré sobre sexualidad (como apoyo a la plática que había tenido con el padre), escrito ex profeso para los pre-adolescentes a partir de los 9 años. Un texto muy ilustrativo y sencillo, que habla sobre temas muy variados como el desarrollo desde la pubertad, hasta el sexo seguro y la homosexualidad. Muy recomendado por éstos lares, por los propios maestros y psicólogos infantiles. Cuando se lo dimos le explicamos que si le surgía alguna, duda solo tenía que preguntarnos y nosotros trataríamos de despejarle el camino para que pudiera continuar y entender el resto. Al principio no se mostró muy interesado, o al menos eso creímos. El caso es que esa noche que hablé con él, me contó que llegó a un punto en que leía muchas cosas que no entendía, que la misma palbra sexo le parecía complicada porque algunas veces le parecía que se refería a un órgano de cuerpo y en otras se hablaba como una acción. Me dijo también, que se le ocurrió buscar en internet, porque le daba vergüenza preguntarme y que yo pensara algo malo de él. Puff!! por fin, ahi estaba la explicación que tanto rogué porque me diera, en el peor de los casos hasta llegué a pensar que habría sido alguna persona extraña quien le hubiera dado esa idea. Después de aclararle algunas dudas que me cuestionó, le explique que no tiene por qué avergonzarse de hablar ese tema conmigo, que el sexo ni es malo ni es prohibido. Pero... que todo llega a su tiempo y que él es muy joven para prepararse en ese renglón. "Tu ahora eres un niño que debe dedicarse a su estudio y sus deportes, el sexo ya vendrá cuando tengas un poco más de madurez y tiempo para dedicárselo a una pareja. Del acto sexual se conciben los niños y esa es una responsabilidad que a tu edad es muy difícil de cumplir" le dije con la voz casi temblorosa. "Imagínate que dentro de unos 5 años tienes una novia y al no tener la responsabilidad adecuada ella espera un bebé... ¿qué vas a hacer con 15 años y una mujer y un bebé?". Vas a tener que trabajar para mantenerlos, vas a dejar de estudiar, vas a dejar de viajar con nosotros en las vacaciones, te vas a perder de todo lo bonito que tiene la juventud ¿te imaginas?". Gosh! no sé de donde me salió tanto rollo. Yo sola estaba conmovida de pronunciar esas palabras, ¿cuándo había crecido tanto ese niño? ¿cuándo, que no me di cuenta?. Es que no ha crecido mucho! solo tiene 10 años! "Además es muy peligroso que tu visites esas páginas, tu hermana puede estar cerca de ti y ella tiene solo 7 años, no crees que es muy pequeña para ver algo así? le pregunté tratando de ser lo más dulce que mi recio carácter norteño me permitió. El pobre solo me contestó que él también se asustó mucho cuando vió la página, más porque su pene se había puesto en erección y no supo qué hacer. Madre Santa! sentí que la sangre me hervía. En ese momento también le expliqué el por qué de aquella reacción de su cuerpo y parece que él lo entendió porque me dijo con la cabeza baja, que no lo volvería a hacer. Le volvi a recalcar que eso no es malo, que el cuerpo reacciona a esas imágenes que normalmente están hechas para adultos, quienes sí saben qué hacer (y bien que sí!) que en unos años lo entendería mejor y que por ahora lo dejáramos ahí. Me prometió de nuevo que así iba a ser; me abrazó fuerte, me dijo que me quería mucho y me dió las gracias por tenerle confianza. Debo reconocer que me sentí agradecida con la divinidad porque se abrió de capa conmigo, porque supe darle la confianza para que me expresara su sentir y me lo dijera de frente. También agradecida porque, si le dieron click a la página, se puede decir que lo que vió fue algo muy light para los tiempos que corren. El pobre, en su bendita inocencia, solo había tecleado la palabra sex en la barra de la URL esperando encontrar una respuesta; aunque no fue precisamente eso lo que encontró. Tuve que bajar a fumarme un cigarro, las manos todavía me temblaban, el corazón un poco acelerado parecía que se iba a salir de su lugar. No le comenté a mi marido, preferí esperar a calmarme un poco, pues en mi cabeza todavía rondaban todas esas frases que le había dicho a mi hijo. Mi hijo, se me está haciendo adolescente y a veces me pregunto si tendré la sabiduría para saberlo guiar. Me pregunto si podré estar ahí siempre que me necesite, de la forma en qué el me necesite. Porque el conocimiento puede ser muy vasto, pero transimitirlo con la dosis adecuada de sentimiento para producir hombres y mujeres de bien... es una tarea titánica! Al menos, para mí. El apoyo de mi marido es incodicional, él también se esfuerza mucho y siempre compartimos esa responsabilidad, pero el sentimiento masculino respecto a los hijos, es otro boleto. Muy distinto al de una madre. Auf Wiedersehen!

1 comentario:

Lizbeth dijo...

Keru,

Una vez mas te felicito por saber hablar con tus hijos de una manera tan franca y natural. Creo que eso es lo que los ayuda a tenerte tanta confianza y contarte TODO!! Debes estar muy orgullosa de ti misma y de tus nenes por supuesto.

Un abrazote y sigale asi!!