julio 06, 2010

Complicaciones innecesarias


Hablando de más calamidades (esta semana va a serlo completita por el stress del viaje), hoy nos llevamos tremendo susto con unos trámites burocráticos que salieron de última hora. Resulta que mi permiso de residencia en éste país -recordemos que todavía no se me otorga la ciudadanía- se vence precisamente en el período de vacaciones que voy a estar fuera del país.

Asi que el maridis, que para complicarse la vida se pinta el solito, se le ocurrió tramitar la renovación de mi Ausländerausweiss (= permiso de residencia a un extranjero) ésta semana, cuando salimos de vacaciones el sábado próximo. El buen hombre pensaba que en la misma oficina me harían el nuevo y que sería cuestión de minutos para salir triunfante papel en mano.

Pero oh sorpresa!, resulta que precisamente este año cambiaron el formato del documento, a uno en forma de credencial por lo que el tiempo de espera se alargó a seis/ocho semanas. Tómala barbón!

En ese momento preciso, atrás de la ventanilla de la oficina de trámites de la municipalidad, recordé que ya una vez viajé con una copia sellada por la oficina en la que el encargado escribió algo como "renovación en trámite" y la firmó. Entré y salí del país en aquella ocasión y en ningún momento me pidieron el mentadito papel. Así se lo comenté a Don Kerubino, pero las funcionarias me pararon en seco diciéndome que no es posible hacer eso, que tendría que tramitar una Visa Provisional en la oficina central en la capital del Kanton (estado) en el que vivo.

Llamaron ellas a dicha oficina y les confirmaron ese procedimiento. Recomendaron ir hoy mismo, para poder recoger la visa a más tardar el jueves o viernes para poder viajer el sábado. Uff! nomás de pensar que tendría que manejar dos caminos de 50 minutos cada uno y todos los pendientes por hacer que tengo en puerta, me dió un dolorón de cabeza marca ACME.

Me retuvieron mi permiso, me dieron una copia sellada y volvimos a casa. Ahí consultamos los reglamentos para extranjeros y en uno de los artículos de la Ley encontramos que no es necesario viajar con el documento en mano, puesto que en la base de datos del aeropuerto están mis datos debidamente certificados.

Por si fuera poco, el maridis llamó el mismo a la oficina de migración que nos habían dicho en la municipalidad y también le dijeron lo mismo: tendría que tramitar una visa provisional. Eran las 10:00 de la mañana, salté como tapón de sidra a hacer la comida a mis bebés; dí de comer, recogí la cocina y salimos destapados a la capital del estado. El maridis (que de casualidad trabajó hoy en casa) tuvo que cancelar sus juntas telefónicas y dejar sus pendientes laborales en stand by, era más prioritario ayudar a su pobre mujer extranjera.

Llegamos faltando cinco minutos para que abrieran la dependencia, pero los utilizamos en buscar la dichosa oficina que se encontraba en una zona peatonal por lo que nos chutamos a patín un buen de calles empinadas en pleno sol de mediodía.

Todo un show. El problema de no tener actualizado el permiso de residencia se presenta a la hora de regresar a Suiza, pues tengo que comprobar que vivo desde hace once años aquí -palabras textuales de la empleadas municipales que nos madaron hasta allazote. Antes se me había ocurrido la idea de viajar solo con mi pasaporte mexicano y entrar como turista, pero también me bajaron de mi nube: si hacía eso, perderia la residencia de once años y volvería a contar desde cero. Obvio que mi trámite para la naturalización también se iría a la fregada! Bueno, fregada ya estaba.

Luego de entrar en varias oficinas, dimos con la susodicha, esperamos un buen hasta que nos atendieron. Le explicamos la situación a la mujer que nos atendió, una cincuentona muy amable y cooperativa, se rascó la cabeza e hizo una mueca de no gustarle mucho lo que nos iba a decir.

Caminó unos pasos y regresó con un libro grueso en donde nos mostró que por tratarse de México, no se necesita ni visa ni nada, que de solicitarnos algo en la aduana suiza al regreso, el papelito sellado que llevábamos era suficiente. Que queee???? casi le grito a la buena mujer!

En efecto, mi marido nunca había mencionado mi país de origen y ninguna de las cuatro funcionarias que nos habían atendido -tanto municipales como la federal- tampoco habían preguntado. Bueno! ni a mi se me había ocurrido mencionarlo tampoco.

Regresamos como nos fuimos, con las manos vacías y con sentimiento contradictorio de alivio e indignación al mismo tiempo. El maridis no se quiso quedar con el coraje y de regreso a casa pasó de nuevo por la municipalidad para exponer su queja, sobre la incapacidad de las empleadas para hacer su trabajo como se debe.

Yo me quedé pensando que la culpa no había sido de nadie o había sido de todos, pero también se me clavó la espinita de que mi marido no me hizo caso cuando le comenté que ya una vez había viajado solo con la mentada copia sellada. Fin de la aventurita.

En México nos quejamos siempre de la burocracia azteca, de lo ineptos de sus empleados, pero ojo! en el primer mundo no son muy diferentes. Aún en Suiza, uno de los primeros países mundiales, que tal pollo?

Ahí se los dejo de tarea. Aus Wiedersehen!

1 comentario:

Nancy dijo...

Oye pero después del sustote y todas las prisas, que maravilla ser mexicana y tener esos privilegios no? ya alguna vez había escuchado que con el pasaporte mexicano viajando en Europa no se tenía mucho problema...

Keru ya no te estreses, lo principal son los papeles, la ropa y demás chivas como quiera se consiguen o se usan las mismas :)

Un saludote y aquí te esperamos ya pronto!