noviembre 03, 2009

Cuando yo me vaya


El día de muertos pasó ya, gracias a Dios. Y es que a mi esa celebración no me dice nada, será porque en el lugar donde nací, esa arraigada tradición mexicana no es muy popular que digamos. El significado del Altar de Muertos lo conocí ya de adulta y más que nada por cuestión de cultura general, a pesar de haber estudiado en un colegio católico muy religioso. O tal vez será porque las únicas dos personas de mi familia que nos dejaron, mi padre y mi hermano mayor, para mi siguen vivas en el recuerdo y en mi corazón.

A veces platico con ellos en silencio, a veces me asaltan los recuerdos de los buenos tiempos que pasé con ellos -los malos para qué rercordarlos?- y otras veces les pido que desde donde estén, también se acuerden de nostros los que seguimos aquí y nos llenen de bendiciones. No necesito un día del año para traerlos a mi memoria, ni me acuerdo de visitar su tumba cuando estoy en México, al final ellos tampoco se encuentran ahí. Sino aquí, muy dentro de mi.

Hoy leí un poema, de auto anónimo, con el que me identifiqué en éste sentido:
Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
Quédate en silencio sin decir palabras,
Y vive de recuerdos, reconforta el alma.

Cuando yo me duerma, respeta mi sueño
Por algo me duermo, por algo me he ido.
Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada
Y casi en el aire con paso muy fino.

Búscame en mi casa, búscame en mis cartas,
Entre los papeles que he escrito apurado.
Ponte mis camisas, mis suéteres, mi saco,
Y puedes usar todos mis zapatos.

Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
Cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate
Y beberte el vino que dejé guardado.

Escucha ese tema que a mí me gustaba,
Usa mi perfume y riega mis plantas.
Si tapan mi cuerpo no me tengas lástima
Corre hacia el espacio, libera tu alma.

Palpa la poesía, la música, el canto
Y deja que el viento juegue con tu cara,
Besa bien la tierra, toma toda el agua,
Y aprende el idioma vivo de los pájaros.

Si me extrañas mucho, disimula el acto.
Búscame en los niños, el café, la radio,
y en el sitio ése donde me ocultaba.

No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado
Que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma,
No me lleves flores a una tumba amarga,
Grita con la fuerza de toda tu entraña
Que el mundo está vivo y sigue su marcha.

La llama encendida no se va a apagar
Por el simple hecho de que no estés más.
Los hombres que viven no se mueren nunca,
Se duermen a ratos, de a ratos pequeños
y el sueño infinito es solo una excusa.

Cuando yo me vaya extiende tu mano
Y estarás conmigo sellado en contacto
Y aunque no me veas, y aunque no me palpes
Sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces un día; sonriente y vibrante
Sabrás que volví para no marcharme.


Lo vuelvo a leer y me vuelve a gustar.

Au revoir!

2 comentarios:

Florecita Rockera dijo...

Es cierto, la gente no muere si vive en tu recuerdo y no está en una tumba, está en lso árboles y en el aire y en la sonrisa de los niños, pero es cierto que pa'bajo del país la tradición es muy arraigada, soy del estado de Michoacán y es algo que compartimos en familia, sin hacer una peregrinación y velar tumbas en realidad, pero si es una festividad familiar, ahora más porque salimos a dejar flores a mi papá y los que estamos comemos juntos.

saludous!

Anónimo dijo...

Lindos pensamientos Keru.
A mis seres queridos los llevo también en el corazón y todo el año los recuerdo.
Un abrazo querida amiga!
Bebita