Ayer llegué junto con Chris de hacer la compra semanal y, nomás vernos, los pequeñitos amigos de Zara (dos son hijos de mi vecina la italiana y otro de la coreana) vinieron a preguntar por ella. Les comenté que había ido a una escuelita de verano que hace senderismo y que llegaría hasta pasadas las cinco de la tarde. Me imagino que estaban algo aburridos porque me preguntaron si podían quedarse a verme acomodar las cosas en la cocina, les dije que no solo eso, sino que me ayudaran a guardarlas. Cuando llegamos a la parte de las verduras, me sorprendió mucho darme cuenta que los niños no conocían muchas de ellas, pero pensé que tal vez no las habían visto crudas o simplemente no se acordaban del nombre. Les pregunté cuáles eran las que conocían y solo atinaron a decir que las papas, los pepinos, la lechuga y las zanahorias; pero de las berenjenas, el brécol, las calabacitas, la coliflor y los pimientos verdes simplemente no sabían nada. La cosa no paró ahí, con algunas carnes sucedió lo mismo como con las costillas y los bisteces, lo que si reconocieron muy bien fué la carne molida, los muslos de pollo y los embutidos (salchichas, mortadela, jamón, etc).
Con lo chismosa que soy e intrigada por esa ignorancia, les pregunté entonces qué era lo que normalmente comían y la respuesta me causó más gracias todavía. El coreanito me platicó que invariablemente come arroz y ensalada todos los días, que la carne la comen solo cuando su papá pone el asador cuando tienen visitas, para matar el hambre a media tarde o media mañana su mamá les da galletas o pan dulce. Los italianitos fueron peor, por ejemplo ese día habían comido a mediodía un plato con una rebanada de jamón, una de queso, una de mortadela y galletas saladas; pero lo interesante vendría por la tarde (aqui se cena a la seis) porque su papá asaría salchichas; ah! pero a veces también les hacen spaghetti (sin salsa alguna). A ellos, cuando tienen hambre entre comidas, su mamá les da zanahorias crudas.
No me asombra mucho esta forma tan simple de alimentar a los niños, de hecho aunque parece nutritiva, no se puede negar que faltan muchos elementos para una buena nutrición. Simplemente las salchichas, que tan seguido comen, son una bomba de grasa y calorías. En fin, cada cabeza es un mundo, lo que me causa gracia es que yo me como el coco a diario para darles variedad y gusto a mis hijos creyendo que en un futuro sus hábitos alimenticios los harán personas saludables. Pero ahora me doy cuenta que esa tarea no debe ser tan complicada, aunque un poco tarde porque ya decía en post anterior que mis angelitos tienen panza de músico y le entran a todo con singular alegría llámese verduras, frutas o carne. Habérmelo dicho antes, lo que me hubiera ahorrado en tiempo y dinero, chin!.
Feliz finde!
Con lo chismosa que soy e intrigada por esa ignorancia, les pregunté entonces qué era lo que normalmente comían y la respuesta me causó más gracias todavía. El coreanito me platicó que invariablemente come arroz y ensalada todos los días, que la carne la comen solo cuando su papá pone el asador cuando tienen visitas, para matar el hambre a media tarde o media mañana su mamá les da galletas o pan dulce. Los italianitos fueron peor, por ejemplo ese día habían comido a mediodía un plato con una rebanada de jamón, una de queso, una de mortadela y galletas saladas; pero lo interesante vendría por la tarde (aqui se cena a la seis) porque su papá asaría salchichas; ah! pero a veces también les hacen spaghetti (sin salsa alguna). A ellos, cuando tienen hambre entre comidas, su mamá les da zanahorias crudas.
No me asombra mucho esta forma tan simple de alimentar a los niños, de hecho aunque parece nutritiva, no se puede negar que faltan muchos elementos para una buena nutrición. Simplemente las salchichas, que tan seguido comen, son una bomba de grasa y calorías. En fin, cada cabeza es un mundo, lo que me causa gracia es que yo me como el coco a diario para darles variedad y gusto a mis hijos creyendo que en un futuro sus hábitos alimenticios los harán personas saludables. Pero ahora me doy cuenta que esa tarea no debe ser tan complicada, aunque un poco tarde porque ya decía en post anterior que mis angelitos tienen panza de músico y le entran a todo con singular alegría llámese verduras, frutas o carne. Habérmelo dicho antes, lo que me hubiera ahorrado en tiempo y dinero, chin!.
Feliz finde!
3 comentarios:
Hola, buen blog...
¡Qué rico vivir en tierras chocolateras!
Aunque sigo pensando que no hay nada como el chocolate abuelita! Jaja
Te invito a visitar el mío,
Saludos!
http://footboleando.blogspot.com/
¡Hola Kerubina! Mira que yo pensaba que otras personas comían más sano por el simple hecho de vivir en otro país. ¡Sorpresa! la verdad es que cuando mi hijo era pequeño me angustiaba mucho sus periodos remilgosos. Llegué a pensar que se iba a quedar chaparro, giotozo y anémico :lol: Saludos y que estes bien.
@ Sergio: La verdad es que la calidad de vida es ideal por éstos rumbos, pero la cultura es algo difícil de entender y sobre de adaptar. Bienvenido al blog y claro que checo el tuyo. Saludos!
@ Luna Llena: Me decía un doctor de la familia, que los peques en sus edades más tempranas son de 'hule' y que los padres podemos cometer muchos errores pero que la naturaleza de su crecimiento los corrige enseguida. En fin, como consuelo para estar tranquilas está bien, que no?
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