julio 15, 2009

Swimming in the rain

Lo que deberían haber sido dos semanas calurosas en la escuela de natación para mis peques, se convirtió en toda una aventura contra la temperatura (verso sin esfuerzo). Y es que el clima no ayuda mucho que digamos para esos menesteres a no ser, claro, que se tengan menos de quince años y un amor profundo a las piscinas. La semana pasada llovió por lo menos tres de los cinco días de curso, pero a mis querubes eso le valió un soberano cacahuate e igual se divirtieron aprendiendo a dar sus primeras brazadas formales. Como muchas veces he dicho, a la vida en Suiza no la detiene el clima (que la mayoría de las veces es un asco, sea la estación que sea), por eso en el contrato de la escuelita de natación se especificó claramente que las clases se interrumpirían solo en caso de tormenta eléctrica pero que en cuanto a la lluvia, solo se pedía a los padres llevar un suéter extra para después de terminada la clase.

Ahí nos tienen a todos los papás sombrilla en mano, algunos hasta con chaquetas porque el viento indómito hacía de la humedad un frió espeluznante. Lo peor fué imaginarnos la delgada pielecita de nuestros retoños, sumergirse en aquella agua heladísima, por mucho que los pusieran a jugar correr 'antes de'. Luego verles sus labio moraditos y sus mandíbulas como castañuelas, cada que la mentada maestra les pedía practicar los calvados. Pero todos hicimos de tripas corazón y estuvimos al pié del cañón, cual debe ser, aunque aquellos ni se dieron por aludidos... todos terminaban la clase con tremenda sonrisota. Esta semana comenzó con un lunes soleadito, con temperaturas arriba de los 22°C y el martes ya pintaba como para tener ahora si, un clima de verano. Pero desde anoche, de un segundo al otro, se desató una tormenta que hasta las casas se cimbraron con tremendos truenos y relámpagos como es película de Alfred Hitchcock. Hoy amenció igual pero lloviendísimo, así que opté por no movernos de casa, aunque las protestas de los peques no se hicieron esperar. También los truenos y relámpagos les pasaon a valer Wilson, pero la cosa se puso peor cuando a media mañana salió el sol en todo su esplendor y las temperaturas subieron como espuma desde los 17 hasta los 29°C!.



El ambiente se puso como vaporera, el vientecillo fresco que sentía años anteriores con solo abrir las ventanas para refrescar la casa, se convirtió en humedad caliente que entraba hasta el sótano que durante años había permanecido más fresco que una lechuga. En fin, que éste verano está más loco que nunca: hay que vestirse ligeros, pero con ropa caliente de reserva en la bolsa; hay que utilizar anteojos de sol, pero llevar el paraguas a la mano; utilizar sandalias, pero preparar zapato cerrado por aquello de no te entumas. Ya era como para que el calor se sintiera con todo pues estamos a mediados de Julio pero como decía la Ale Guzmán, este si que será un Verano Peligroso.

Au revoir!

2 comentarios:

Nancy dijo...

Uy Keru que difícil eso de ver a los niños nadando en el agua helada, pero al menos verles la sonrisa aunque sea con los labios morados hace sentir que ellos estan bien no? jejejeje

Por un momento con la descripción del clima me hiciste recordar a una ciudad en el norte de México,creo que se llama mmmm ah.. si Monterrey, dicen que ahí el clima esta bien estable siempre, de la fregada!!

Un abrazo!!

Anónimo dijo...

¡Hola Keru! Que bonita esta Zara...toda una sirena. que padre que compartas tus videos. Acá en tu casa en Guanajuato, tenemos un clima de lo más loco...mucho sol calor se nubla por mi casa casi no llueve y esa condenada humedad :( Pero en fin Cuidate, hasta la vista. Luna Llena