julio 13, 2009

Haciendo felices a nuestros mayores


El viernes pasado por la tarde llevamos a mis querubines a la estación principal de trenes de Zürich, ahí los esperaba mi cuñado para llevarlos a su casa a pasar la noche y luego al día siguiente los llevarían él y su esposa al Museo del Transporte en Lucerna. El caos víal en esa ciudad fué caótico, era el primer día de vacaciones y pareciera que todo el mundo moría por salir a disfrutar sus días de asueto lo más rápido posible. Una vez despedidos mis angelitos, mi maridis estaba también ansioso por comernos el mundo en unas cuantas horas sin niños, mientras íbamos en el coche sin rumbo y a vuelta de rueda. Hacía mil planes: vamos al cine, luego a cenar, también podemos ir a bailar y hasta podemos pasar la noche en un hotel de por acá, me decía.

'Una cena exótica estaría bien, tal vez un restaurant Turco o Mongol, mejor una disco de esas para cuarentones, o qué tal el Teatro o la Opera?', me decía emocionado. 'Tengo que checar en la red dónde está el tal antro, mejor manejas tu, etc, etc', antes de que me contagiara su nerviosismo se me ocurrió una idea. Mi suegro había estado solo en casa las últimas tres semanas porque habían operado a mi suegra y ahora se encontraba en una clínica de rehabilitación de la que saldría también al día siguiente. Durante esas tres semanas, nos llamó regularmente (algo insual en ellos) solo para preguntar como ándabamos, señal inequívoca de lo solo que se sentía. Aquella seria su última noche de 'soltero', así que le propuse a mi marido invitarlo a cenar y al cine (de hecho mi suegro hacía más de veinte años que no había pisado uno).

Cabe recordar que aquí, las cosas espontáneas son rarísimas, todo se tiene planeado con mucho tiempo de anticipación... aún las reuniones con los familiares más cercanos como los padres. Corriendo el riesgo de ser mandada por un tubo, o que tuviera algún otro compromiso (como por ejemplo separar el papel para reciclar o sacarle brillo a la cuchillería) le llamé. Primero lo saludé y le pregunté si ya había cenado, intigrado me contestó que no y que tampoco tenía ningún rendezvous (ja ja ja ja). Le invité a un restaurant mexicano que está algo cerca de donde vive y aceptó encantado 'ok, entonces me voy a arreglar para esperarlos' dijo con voz emocionada como niño con juguete nuevo.

Pasamos una noche genial, en el restaurant había música latina en vivo y el lugar estaba llenísimo de puros suizos, algo que a él le encantó. Cenó como pelón de hospicio a pesar que, según nos dice, él solo cena un yogurt y pan cada noche. Se zampó un platote de fajitas de res con frijoles charros, por cierto ya es todo un experto en hacerse los tacos como cualquier mexicano, no en balde tiene una maestra profesional por nuera. Antes, como aperitivo, le entró duro y macizo a los nachos y las flautas aderezadas con guacamole y salsa picante. También se atrevió a tomar una Caipirinha tequilada y luego acompañó la cena con una Corona. Se puso medio serio cuando dos de los músicos se acercaron a la mesa y me cantaron Volver, Volver al oído, bueno no fué el único, a mi marido tampoco lo hizo muy feliz el atrevimiento del guitarrista; pero al final terminaron riéndose a carcajadas de mi timidez porque me puse roja y sudé como loca de la vergüenza.

Salimos de ahí casi a las once de la noche, él ya un poco happy, se negó a seguir la fiesta. La sonrisa no se borraba de su cara, aunque en la despedida se transformó en algo de nostalgia cuando nos agradeció gesto tan 'espontáneo', a mi me dió ternurita (saludos Ruth). Y es que la vida acá para la gente mayor es tan diferente, todo está programado y aunque tienen muchas actividades en el asilo donde viven, son pocas las ocasiones en las que hacen alguna locura como la de esa noche. De regreso a casa en el coche, a mi maridis casi se le salen las de cocodrilo cuando también me agradeció la idea de salir con su padre, algo que nunca hizo antes de casarse conmigo.

Muchas veces me he preguntado qué misión tendría que cumplir al venir a vivir a éstas tierras por voluntad de Dios, esa noche tuve la certeza de que tal vez mi compromiso sería enseñarlo a él y a su familia, que existe otro tipo de vida más relajado y menos serio del que ellos conocen. A lo mejor, mostrarles que la vida, también se puede vivir como viene... sin planes, sin calendarios, sin horarios. Qué bontio es lo bonito!.

Feliz inicio de semana!.

P.D. Qué les pareció el nuevo look?. Algún comentario, queja o reproche?.

9 comentarios:

Lizbeth dijo...

Que bueno que tengas esos detalles con tus suegros, alomejor como tu dices, tu mision es enseñarles que hay que vivir la vida asi nada mas... sin preocuparse demasiado!!

Me encanto el nuevo look!! Ayer intente checar el blog y por poco me muero del susto... porque decia blog solo para lectores invitados!!! Que bueno que del susto no paso!

Saludos des Kansas!

Anónimo dijo...

Que bueno que la pasaron tan bien Keru, son el tipo de momentos de quedan en el corazon para siempre.

El nuevo look me gusto mucho fiuuu fiuuu.

Saluditos :D

Clau F.

Anónimo dijo...

Keru

Eres mi hit.

Abrazos,
Yazmín

kerubin@ dijo...

@ Liz: Ja ja ja, siempre lo bloqueo cuando le hago cambios, porque se hace desmadre y medio. No os preocupéis cuando veas ese mensaje, ya sabes qué quiere decir. Gracias por las flores.

@ Clau F.: [blushing] gracias[/blushing], por cierto, ya fué la boda??

@ Yasmín: Ooppss, gracias aunque no es obra mía, es de los templates gratuitos de Falcon Hive. Saludos!

Anónimo dijo...

Hola Keru. Quedó muy fresco el blog con este cambio. El otro me encantaba pero también este. Muchas felicidades.
Y con respecto al post, también creo que hay que dejarse chiquear y algunos adultos mayores no se dejan, pero mira que te ganaste de corazón a tu suegro (y a tu esposo), bien por tí chica. Hasta pronto.Luna Llena.

Anónimo dijo...

Me encantó el post, pero sobre todo como escribes, transmites imágenes y sentimientos.

Felicidades por el cambio.


Profra. Gloria L.
Monterrey

kerubin@ dijo...

@ Luna Llena: Tienes razón en que a veces algunos no se dejan, eso lo vivimos en casa con mi abuela materna (QEPD) y la verdad es que eran contadas las veces en las que se dejaba consentir. Por lo del cambio de look, creo que ya era más que necesario, no?. Saludos!

@ Profra Gloria: Que pena con usted que es maestra y con mi 'caos caótico' ja ja ja, se me chispoteó. Gracias por sus palabras, bienvenida de nuevo.

Anónimo dijo...

Que bueno que se a pasaron tan bien Keru.

De tanto que cuentas acerca de la vida tan programada en Suiza ya me dan ganas de irme a vivir para alla ( si no fuera por el frio), yo he batallado toda mi vida para educar a los que estan a mi alrededor y que entiendan que no me gustan las sorpresas de ningun tipo....bueno, cada quien
Saludos

Alejandro dijo...

hola Kerubina
esta muy padre tu relato, y en algo que tienes razon es que alla en las europas, todo lo tienen programado.
Tengo una amiga alemana viviendo en Merida, y este fin pasado vino a Mty a pasear.
Y la vi tan feliz de estar en Mexico, aunque lo que mas le "incomoda" es que se puede cambiar de planes muy rapido. Pero es una forma de aprender que no todo en la vida tiende a llevarse a base de un plan.
Saludos y que estes de lo mejor.