Hoy fué mi día libre, como buen jueves, ja ja ja. Nació el nieto de una amiga que ya no vive acá y otra de mis paisanas me invitó a ir a visitar a la feliz pareja a la maternidad y después a hacer la compra de la semana. Con dos hijos en edad escolar ésto podría resultar una odisea, pero mi maridis que es muy comprensivo se ofreció a trabajar desde casa para cuidarlos mientras yo me convertía por una tarde en socialité (bueno, exceptuando lo del mandado que no es muy nice que digamos). Así, estuvimos tomando café con los recién estrenados padres, fuimos al super y luego a sentarnos a platicar largo y tendido sin problemas de horarios ni berridos infantiles.
Mientras, mi media naranja se dedicó a trabajar un rato, hizo la cena para los peques, los metió a bañarse y los acostó. A medio chal con mi amiga, vi el reloj que marcaba casi las ocho y salí de estampida de regreso a palacio. Me dió ternurita (hola Ruth!) al entrar y ver al maridis limpiando la cocina y los querubines ya en sus cuartos haciendo los últimos intentos para cerrar sus ojitos y caer en brazos de Morfeo.
Y es que últimamente me he encerrado tanto, que ésta salidita me supo a gloria. Me siento agradecida por el marido que me tocó y me arrepiento de todas las veces que me he quejado de él, sobre todo cuando veo que otras de mis amigas no tienen ese apoyo en sus maridos y tienen prácticamente un lado personal totalmente abandonado por cumplir con sus obligaciones a rajatabla y sin pausa. Así que, para los chicos que lean ésto, no se hagan guajes y dénle a sus maridas uno que otro day off... sería el regalazo mejor apreciado que cualquier diamante costoso.
Saluditos!
Mientras, mi media naranja se dedicó a trabajar un rato, hizo la cena para los peques, los metió a bañarse y los acostó. A medio chal con mi amiga, vi el reloj que marcaba casi las ocho y salí de estampida de regreso a palacio. Me dió ternurita (hola Ruth!) al entrar y ver al maridis limpiando la cocina y los querubines ya en sus cuartos haciendo los últimos intentos para cerrar sus ojitos y caer en brazos de Morfeo.
Y es que últimamente me he encerrado tanto, que ésta salidita me supo a gloria. Me siento agradecida por el marido que me tocó y me arrepiento de todas las veces que me he quejado de él, sobre todo cuando veo que otras de mis amigas no tienen ese apoyo en sus maridos y tienen prácticamente un lado personal totalmente abandonado por cumplir con sus obligaciones a rajatabla y sin pausa. Así que, para los chicos que lean ésto, no se hagan guajes y dénle a sus maridas uno que otro day off... sería el regalazo mejor apreciado que cualquier diamante costoso.
Saluditos!
2 comentarios:
Felicidades Keru, ya te lo merecías y me alegra que hables bien de tu marido, pero no sólo por que te ayudo el día de ahora, habla así siempre.
Saludos
Querida Keru,
que padre que tuviste un día libre, esos son los que nos dan energía para el día a día con los peques, y claro, el maridis vale oro!
un beso
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