enero 26, 2009

Y lo que nos falta por ver

En las navidades pasadas mi suegra le regaló a su marido una cámara digital de las más sencillas, aficionadísimo a la fotografía pero un tanto temeroso de las nuevas tecnologías, se había negado desde ese día a tocar el aparatejo sin antes consultar a un "experto". Pues bien, ayer nos encontramos para comer en su casa y, aprovechando la sobremesa, entre mi maridis y yo lo pusimos al tanto de los mil y un botoncitos para hacer maravillas con ese regalo sin estrenar. Una vez entrados en gastos y ya bien hacha para sacar las fotos de la cámara y editarlas en la compu, nos pidió hacernos fotos entre nosotros: primero los niños, luego nosotros cuatro juntos, después ellos con los niños y al final a ellos dos individualmente.

Todos muy contentitos haciendo gestos, riendo, poniendo cuernos, etc. Antes de terminar la sesión fotográfica improvisada, nos dimos cuenta que ésta no lo fué tanto, por un comentario de mi suegro. Ellos viven en un departamento dentro de un asilo de ancianos que tiene todos los privilegios (atención médica, limpieza, restaurant, eventos, etc) de las habitaciones en las que viven la mayoría casi todos viudos o viudas. El caso es que su comentario fué que la intención de hacerse las fotos de él y de mi suegra por separado era para que, cuando mueran, se publique esa imagen al lado de la esquela en el panel de la entrada del asilo. Mi maridis, los niños y yo, nos quedamos mudos; por supuesto que por su edad tal vez ellos vean la muerte más de cerca, pero al menos para mi, hacer ese tipo de cosas es como un llamado a la huesuda. En fin, sentí un poco de escalofrío y tristeza, pero más que nada me asombró la tranquilidad con que ellos piensan en el final de sus días.

Me platicaron el caso su vecina del departamento de al lado, la mujer de unos setenta años tenía algunos problemas con sus piernas, su marido había muerto unas meses antes y ella se sentía muy sola. Tenía dos hijos que la visitaban una vez al mes, pero a veces ni eso. Una mañana llegó la policía al departamento de la señora para dar fé de su fallecimiento, llamado al que había acudido a petición del personal del asilo; al cabo de media hora llegó su hija con unos documentos. Mi suegra me comentó que una noche antes se habían escuchado muchas voces como si se tratara de una fiesta o una cena, aunque aquello había acabado temprano. Después se supo que la anciana había hecho un contrato con una empresa especializada en ayudar a bien morir, sus argumentos (legalmente necesarios, en Suiza la eutanasia no es penada por ley) fueron sus problemas para valerse por sí misma, su soledad y su expreso deseo de no seguir viviendo. Los hijos estuvieron de acuerdo y aquella noche en la que mi suegra escuchó invitados, fué su fiesta de despedida. Los documentos que mostró la hija a la policía, fué el contrato legal para aplicar una sustancia que terminara con su existencia.

Este año cumplo diez de vivir acá, pero hay cosas como éstas, que todavía me sorprenden y que no puedo entender ni compartir. Lo que hay que ver!.

Feliz inicio de semana boes!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo siendo mexicana radicada en España, lo veo bién, en estos paises hay demasiada gente sola, demasiados casos de ancianos abandonados, muertos solos en sus pisos durando meses sin que nadie se percate de que existieron o qie faltan, hasta que el cuerpo comienza a apestar y entonces el vecindario cae en la cuenta; si tu calidad de vida a esas edades es pesima para que seguir sufriendo?? también creo que para personas con enfermedades con mucho sufrimiento y cero calidad de vida, asi como discapacidades donde como en el caso del gallego, solo puedas mover la cabeza, esta bién tener esta opción legal, es tu vida y si tu vida es sufrimiento para qué seguir?? ahora claro deben ser casos analizados a consciencia, tampoco se vale que los familiares como en el caso de esta anciana no se exijan un tiempo para dedicar a su madre, ahi si que no comprendo por que los familiares en vez de organizarle una fiesta de despedida no se la llevan a vivir con ellos y hacerle una vejez mas de calidad en cuanto a afecto personal,supongo que tambien tiene que ver con la practicidad con que se ven las cosas en estos paises, o tal vez el egoismo??.. porque en este caso da la impresion de ser "nos deshacemos del problema" pero claro opino a distancia, a saber realmente como fue la situación.

Nancy dijo...

Yo he pensado en ahorrar para en mi vejez estar en un lugar si no así, algo parecido... es feo cuando la gente que te quiere te comienza a ver como una carga y te conviertes en una molestia... creo que también tiene mucho que ver la moral de cada quién, el amor familiar, pero aún así, cuidar a un anciano es cuestión harto difícil, además de los problemas físicos, los de carácter que vienen con el paso de los años... hablo de mi persona claro... no me gustaría amargarles la existencia a los seres que mas amo...

Saludos Keru!!

Nancy

Ruth dijo...

Vaya choque de culturas, verdad?

Mientras la tradición por este lado del charco nos dice que "hasta que Dios nos llame" no se debe hacer nada para adelantar las cosas.

Pero es comprensible, a veces uno divaga si nos ocurriese un accidente ¿qué hariamos? tendríamos la fortaleza necesaria? no sé, yo siempre he pensado en no juzgar a las personas que tomen una decisión asi, porque uno mismo no sabe como actuaria en una situación similar.

Saludos.