Había pensado escribir mi primer post después de ésta larga pausa contando las razones por la que decidí cerrarlo y luego re-abrirlo. Pero ayer me enteré de una noticia que me dió muchísima tristeza y preocupación. Un amigo de la familia fué secuestrado hace una semana y no se tienen noticias de su paradero. Conocí al Dr. B. L. hace poco menos de quince años, a través de uno de mis hermanos (del que es amiguísimo) cuando en aquel tiempo yo padecía de un problema óseo en mi maxilar inferior. Trabajaba en el IMSS en la especialidad de traumatología y a parte tenía un consultorio pequeño en el Centro Médico Hidalgo, ahí, más de una vez me atendió con la delicadeza y devoción con las que solo los médicos que sienten pasión por su profesión pueden hacerlo. Nunca quiso cobrarme "yo me arreglo con Charly" me decía siempre refiriéndose a mi hermano, que a su vez le hacía favores sin remuneración alguna.
Hace tres años cuando mi padre, enfermo de fibrosis pulmonar, llegaba a los últimos días de su enfermedad y sin mucho qué hacer ya, el Dr. L. lo recibió en su pequeña clínica (la que con mucho sacrificio edificó al poniente de la ciudad de Monterrey) poniendo a disposición de mi familia, todas las instalaciones y facilidades que pudieran llevar a mi padre al final de sus días con la dignidad merecida. Estaba al pendiente no solo de él, sino de todos nosotros, dándonos su apoyo profesional y moral constante en palabras de aliento y resignación.
También ha ayudado a mi madre con su problema de las rodillas, evitando en lo posible la operación a la que tanto miedo le tiene y atendiéndola cada vez que ella lo solicita, aunque no sea en las "horas" oficiales de trabajo.
B.L. es un hombre alegre, optimista y bromista que siempre tiene una sonrisa en su rostro, como médico es sumamente acertado y cuidadoso en explicar la naturaleza de los problemas de salud que aquejan a sus pacientes, nunca deja un cabo suelto y siempre encuentra la forma más sencilla y confortable para curarnos. B.L. no es millonario, su clínica no es un complejo médico y su personal no llega a los 50 empleados en todos sus turnos. No es ostentoso ni "boca suelta", es más bien un hombre sencillo que a base de mucho trabajo y esfuerzo ha ido conquistando logros propios de su vocación galénica. Es un hombre maravilloso.
Por eso me indigna su situación y la de su familia, más aún la indiscresión de la prensa en publicar información sobre su secuestro a sabiendas de que algo así puede costarle la vida. Pero lo que no tiene nombre, es el acto criminal del que es víctima, por tratarse de una persona tan fina y humana como él. Con actos como éste, se tambalean mis principios morales y llego a pensar hasta en la tan llevada y traida pena de muerte. No existe castigo alguno que pueda corregir a éstos criminales, que se apoderan no solo del bienestar y la tranquilidad de la familia de sus víctimas porque, en el caso del Dr. L., toda una comunidad permanece consternada y a la expectativa de un milagro que nos devuelva con vida a éste gran hombre. Para éstos hijos de ?#!+, que en lugar de trabajar y buscar el sustento de una forma digna, nada funciona como castigo porque no tienen valores ni sensibilidad alguna. El viejo slogan de la "re-adaptación" a la sociedad que tanto pregona el Estado con sus penas débiles ante estos actos, ha quedado más que obsoleto; por todos es sabido que éstos engendros jamás vivirán como gente decente se encuentren donde se encuentren.
De las autoridades ya nada se puede decir que no haya sido dicho, su ineptitud nos tiene a los ciudadanos cada vez más desamparados en medio de su lucha de poder y ambición en la que todos tienen sus días contados. El hambre, la corrupción y la anarquía mezclados con el miedo y la indiferencia de muchos, no harán más que sumirnos más en este hoyo del que estamos muy lejos de salir. Y no solo es culpa de los gobernantes o los criminales, sino de cada uno de nosotros que no alzamos la voz mientras no nos toque de cerca algo parecido a B.L., Fernando Martí ó Silvia Vargas. Alguna idea? Otra marcha? ... Para qué?
Saludos, por aquí andamos de nuevo.
Hace tres años cuando mi padre, enfermo de fibrosis pulmonar, llegaba a los últimos días de su enfermedad y sin mucho qué hacer ya, el Dr. L. lo recibió en su pequeña clínica (la que con mucho sacrificio edificó al poniente de la ciudad de Monterrey) poniendo a disposición de mi familia, todas las instalaciones y facilidades que pudieran llevar a mi padre al final de sus días con la dignidad merecida. Estaba al pendiente no solo de él, sino de todos nosotros, dándonos su apoyo profesional y moral constante en palabras de aliento y resignación.
También ha ayudado a mi madre con su problema de las rodillas, evitando en lo posible la operación a la que tanto miedo le tiene y atendiéndola cada vez que ella lo solicita, aunque no sea en las "horas" oficiales de trabajo.
B.L. es un hombre alegre, optimista y bromista que siempre tiene una sonrisa en su rostro, como médico es sumamente acertado y cuidadoso en explicar la naturaleza de los problemas de salud que aquejan a sus pacientes, nunca deja un cabo suelto y siempre encuentra la forma más sencilla y confortable para curarnos. B.L. no es millonario, su clínica no es un complejo médico y su personal no llega a los 50 empleados en todos sus turnos. No es ostentoso ni "boca suelta", es más bien un hombre sencillo que a base de mucho trabajo y esfuerzo ha ido conquistando logros propios de su vocación galénica. Es un hombre maravilloso.
Por eso me indigna su situación y la de su familia, más aún la indiscresión de la prensa en publicar información sobre su secuestro a sabiendas de que algo así puede costarle la vida. Pero lo que no tiene nombre, es el acto criminal del que es víctima, por tratarse de una persona tan fina y humana como él. Con actos como éste, se tambalean mis principios morales y llego a pensar hasta en la tan llevada y traida pena de muerte. No existe castigo alguno que pueda corregir a éstos criminales, que se apoderan no solo del bienestar y la tranquilidad de la familia de sus víctimas porque, en el caso del Dr. L., toda una comunidad permanece consternada y a la expectativa de un milagro que nos devuelva con vida a éste gran hombre. Para éstos hijos de ?#!+, que en lugar de trabajar y buscar el sustento de una forma digna, nada funciona como castigo porque no tienen valores ni sensibilidad alguna. El viejo slogan de la "re-adaptación" a la sociedad que tanto pregona el Estado con sus penas débiles ante estos actos, ha quedado más que obsoleto; por todos es sabido que éstos engendros jamás vivirán como gente decente se encuentren donde se encuentren.
De las autoridades ya nada se puede decir que no haya sido dicho, su ineptitud nos tiene a los ciudadanos cada vez más desamparados en medio de su lucha de poder y ambición en la que todos tienen sus días contados. El hambre, la corrupción y la anarquía mezclados con el miedo y la indiferencia de muchos, no harán más que sumirnos más en este hoyo del que estamos muy lejos de salir. Y no solo es culpa de los gobernantes o los criminales, sino de cada uno de nosotros que no alzamos la voz mientras no nos toque de cerca algo parecido a B.L., Fernando Martí ó Silvia Vargas. Alguna idea? Otra marcha? ... Para qué?
Saludos, por aquí andamos de nuevo.
6 comentarios:
Keru
Que pena con el Dr. ese mismo señor, atendió a una hermana de mi mama, hace algunos dos años, ahi en su clinica.
Y si, magnifica persona.
Hay que rezar, y pedir por su bienestar actual.
amiga es lo único que nos queda. pedir a Dios en su infinita misericordia.
un abrazo
Lupita V
Como dice Lupita, lo que nos queda es pedir por su bienestar.
Es horrible la paranoia por la que pasamos los que vivimos en Mty, es tan feo tener miedo de ir al super, de que alguien de tu familia salga al trabajo y quedarte con la angustia de que algo pueda pasarle. De verdad creo que no merecemos vivir así con el corazón lleno de angustia.
Por otro lado, que bueno que estas de regreso! casi a diario pasaba por aquí a ver si habías reconsiderado, hasta hoy que me encontre tu renovado blog.
Saludos
Me alegro volver a leerte. Un saludo de una española en Alemanía.
Bolera
Hola Que gusto volver a leerte, aunque no con noticias como estas,lo tendre en mis oraciones.
a veces es una decepcion vivir en un pais como el nuestro.
@ Lupita: Claro, solo nos queda incluirlo en nuestras oraciones esperando que no pase de un mero susto.
@ Dennile: Gracias por regresar, aqui andamos!
@ Anónimo: Pues aqui me tenéis de nuevo, y si, me hizo bien la pausa. Bienvenida tu también.
@ NN: Mas que decepcionante es desesperanzador, no me imagino hasta dónde llegará ésta situación, pero espero que termine pronto. Gracias por regresar a leerme.
Keruuuuuuuuuu :D despues de varias visitas a tu blog, sin que actualizaras tus escritos, me encuentro con un lugar mas "fiu-fiuuuu" y con mucha alegria de leerte y ver que estas bien.
cuidate mucho y aqui estaremos de visita mas seguido ;).
Isabel
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