Hoy a mediodía llovía a cántaros y mientras preparaba la comida me acordé que mi pequeñito no se había llevado su paraguas ni su chaqueta para la lluvia al salir para la escuela, así que a la hora precisa fuí a recogerlo. Me estacioné enfrente de la entrada de su salón, lo vi claramente cuando salía dirigiéndose en dirección hacia mi, de pronto se devolvió como si alguien lo llamara y tardó un poco en salir de nuevo pero ésta vez con su maestra caminando a su lado mientras ella llevaba un papael en las manos. La sangre se me fué a los talones, inmediatamente pensé que habría hecho algo malo nomás con ver la cara de la maestra... no me equivoqué. Ella un tanto molesta me comento sobre un problema con una tarea con otra de sus maestras y el papel que tenía en la mano era la del día anterior que ella había encargado, en la que me pedía estar con mi hijo para supervisarlo porque la calidad de la letra dejaba mucho que desear. Aguanté valientemente el chaparrón de quejas, le aseguré que no volvería a pasar y que seguiría sus indicaciones.
No conforme con ésto, me pidió hiciéramos una cita formal para hablar conmigo y mi maridis a la brevedad posible porque había más detalles de mi querubín que quería comentar con nosotros. No tuve el valor de preguntar qué otras cosas habría hecho mal mi criatura, solo le dije que la llamaría por la tarde para confirmar el día y la hora. La carita de mi bebé era todo pánico, tenía sus ojitos bien abiertos y la frente arrugada, cuando nos subimos al coche soltó el llanto con mucho sentimiento. Reconozco que yo también entré en pánico y me pasé un poco cuando le pregunté enojada de qué hablaba su maestra.
El problema con la otra maestra fué que el niño se había negado por tres semanas a llevar una tarea en la clase de manualidades, (tienen maestras especiales para todo: manualidades, canto, lenguaje, de apoyo, etc.). La tarea consistía en una tira tejida de un metro de largo hecha con un artilugio especial llamado "strick trick" (en foto), yo lo había visto en su mochila una semana antes y le había preguntado por qué no había hecho nada pero me contestó que no había entendido bien las instrucciones y que le iba a preguntar de nuevo a la maestra. Hoy el niño me recordó sobre eso pero me explicó que no le había preguntado porque le tiene miedo a la señora esa, miedo a que le grite fuerte delante de toda la clase, me dijo. Le pregunté si antes le había gritado y me dijo que no, que hoy fué el primer día y que también le dió mucho miedo. Hablé con él durante la comida, le expliqué lo que significa tener una responsabilidad, le hice ver lo que había hecho mal y que por haber mentido tendría un castigo.
Lo castigué con lo que más le duele, en los próximos tres días no podrá ver televisión, usar su Nintendo, ni salir con los vecinos a jugar a la calle; en su lugar tendrá que hacer pequeñas tareas puestas por mi para mejorar su escritura y solo podrá usar los juguetes que tiene en su cuarto. Lloró gran parte de la tarde cuando estuvo haciendo su tejido, no me le despegué ni un segundo, mi marcación personal lo puso más triste todavía. Lo peor del caso es que sé perfectamente los problemas que tiene con la motricidad de sus manos que, aunque no es significativa, le dificulta mucho ese tipo de tareas (de hecho esta clase de trabajos manuales son exclusivamente para desarrollarla mejor). Me sentí un monstruo cuando me dijo, después dos horas tejiendo y diez centímetros de tira hecha, que le dolían sus deditos. Me salí al patio a fumar, para llorar sin que me viera. "Dios Santo, ¿estaré siendo muy dura? Ayúdame".
Le dije que hiciera una pausa de diez minutos y después, para que descansara, nos pusimos a hacer la tarea normal que consistía en leer tres veces un texto. Al terminar volvió a hacer la del día anterior, la que su maestra me mostró en la hoja a la salida de la escuela, y ésta vez le quedó mucho mejor presentable. Por si fuera poco le puse unos ejercicios de caligrafía, pocos, que hizo llorando todo el tiempo. A éstas alturas ya eran las siete de la tarde, Zara también me necesitaba y tuve que pasar otro rato con ella.
Recuerdo que cuando yo era niña, nadie se preocupaba si yo hacía mis tareas ni me revisaba si las hacía, a pesar de haber cursado los tres primero años de la primaria de mañana y de tarde. Por eso cuando su maestra del año pasado me comentó que no debemos de hacer la tarea con el niño para dejarlo equivocarse y que ella pueda evaluar su desempeño, me pareció razonable la observación. Ahora la maestra actual me dice lo contrario, que mi deber es corregirlo y estar pendiente de la calidad, no entiendo.
Fué un día duro, al menos para mí, porque lo siento como un fracaso. NO de mi hijo, sino mío. Tal vez a los ojos de los demás ésto no sea más que gajes del oficio de ser madre y deba tomármelo con más filosofía, tal vez sea yo muy exagerada y me preocupe demasiado por éstas cosas, pero mi vida prácticamente gira alrededor de mis hijos porque para mi son lo más importante. Le platicaba a una amiga y me decía que me clavo mucho, que me debería de relajar y no darle tanta importancia, pero no puedo. Me parece que lo que aprende en éstos primeros años es de lo que dependerá el resto de su formación académica y que, si no aprende ahora a tener disciplina, tarde o temprano repercutirá en otros aspectos de su vida. Por lo pronto la cita con la maestra ya está hecha para el próximo lunes por la tarde, se me hace una eternidad y solo pienso en la lista negra de "detalles" que me enumerará la mujer. Como dice Madonna "time goes by so slowly, for those who wait".
C'est la viè.
No conforme con ésto, me pidió hiciéramos una cita formal para hablar conmigo y mi maridis a la brevedad posible porque había más detalles de mi querubín que quería comentar con nosotros. No tuve el valor de preguntar qué otras cosas habría hecho mal mi criatura, solo le dije que la llamaría por la tarde para confirmar el día y la hora. La carita de mi bebé era todo pánico, tenía sus ojitos bien abiertos y la frente arrugada, cuando nos subimos al coche soltó el llanto con mucho sentimiento. Reconozco que yo también entré en pánico y me pasé un poco cuando le pregunté enojada de qué hablaba su maestra.
El problema con la otra maestra fué que el niño se había negado por tres semanas a llevar una tarea en la clase de manualidades, (tienen maestras especiales para todo: manualidades, canto, lenguaje, de apoyo, etc.). La tarea consistía en una tira tejida de un metro de largo hecha con un artilugio especial llamado "strick trick" (en foto), yo lo había visto en su mochila una semana antes y le había preguntado por qué no había hecho nada pero me contestó que no había entendido bien las instrucciones y que le iba a preguntar de nuevo a la maestra. Hoy el niño me recordó sobre eso pero me explicó que no le había preguntado porque le tiene miedo a la señora esa, miedo a que le grite fuerte delante de toda la clase, me dijo. Le pregunté si antes le había gritado y me dijo que no, que hoy fué el primer día y que también le dió mucho miedo. Hablé con él durante la comida, le expliqué lo que significa tener una responsabilidad, le hice ver lo que había hecho mal y que por haber mentido tendría un castigo.
Lo castigué con lo que más le duele, en los próximos tres días no podrá ver televisión, usar su Nintendo, ni salir con los vecinos a jugar a la calle; en su lugar tendrá que hacer pequeñas tareas puestas por mi para mejorar su escritura y solo podrá usar los juguetes que tiene en su cuarto. Lloró gran parte de la tarde cuando estuvo haciendo su tejido, no me le despegué ni un segundo, mi marcación personal lo puso más triste todavía. Lo peor del caso es que sé perfectamente los problemas que tiene con la motricidad de sus manos que, aunque no es significativa, le dificulta mucho ese tipo de tareas (de hecho esta clase de trabajos manuales son exclusivamente para desarrollarla mejor). Me sentí un monstruo cuando me dijo, después dos horas tejiendo y diez centímetros de tira hecha, que le dolían sus deditos. Me salí al patio a fumar, para llorar sin que me viera. "Dios Santo, ¿estaré siendo muy dura? Ayúdame".
Le dije que hiciera una pausa de diez minutos y después, para que descansara, nos pusimos a hacer la tarea normal que consistía en leer tres veces un texto. Al terminar volvió a hacer la del día anterior, la que su maestra me mostró en la hoja a la salida de la escuela, y ésta vez le quedó mucho mejor presentable. Por si fuera poco le puse unos ejercicios de caligrafía, pocos, que hizo llorando todo el tiempo. A éstas alturas ya eran las siete de la tarde, Zara también me necesitaba y tuve que pasar otro rato con ella.
Recuerdo que cuando yo era niña, nadie se preocupaba si yo hacía mis tareas ni me revisaba si las hacía, a pesar de haber cursado los tres primero años de la primaria de mañana y de tarde. Por eso cuando su maestra del año pasado me comentó que no debemos de hacer la tarea con el niño para dejarlo equivocarse y que ella pueda evaluar su desempeño, me pareció razonable la observación. Ahora la maestra actual me dice lo contrario, que mi deber es corregirlo y estar pendiente de la calidad, no entiendo.
Fué un día duro, al menos para mí, porque lo siento como un fracaso. NO de mi hijo, sino mío. Tal vez a los ojos de los demás ésto no sea más que gajes del oficio de ser madre y deba tomármelo con más filosofía, tal vez sea yo muy exagerada y me preocupe demasiado por éstas cosas, pero mi vida prácticamente gira alrededor de mis hijos porque para mi son lo más importante. Le platicaba a una amiga y me decía que me clavo mucho, que me debería de relajar y no darle tanta importancia, pero no puedo. Me parece que lo que aprende en éstos primeros años es de lo que dependerá el resto de su formación académica y que, si no aprende ahora a tener disciplina, tarde o temprano repercutirá en otros aspectos de su vida. Por lo pronto la cita con la maestra ya está hecha para el próximo lunes por la tarde, se me hace una eternidad y solo pienso en la lista negra de "detalles" que me enumerará la mujer. Como dice Madonna "time goes by so slowly, for those who wait".
C'est la viè.
6 comentarios:
Jur, te leo y hasta yo me angustio. Sobre todo pro que se que sera dificil el no aventarse a al yugular a la maestra cuando comience a decir los "errores" del pequeñin. Pero por lo que dices, creo que has manejado las cosas de excelente manera, con mucha paciencia y coherencia. Otros padres le hubieran dado un par de bofetadones, lo hubieran encerrado y no salir del cuarto hasta que no tuviera la tarea hecha.
Asi que de verdad... ERES UNA MAMI EXCELENTE!!
No te achicopales.
Muchos animos para esa visita con la maestra. ;)
no permitas que la maestra te haga sentir mal! eres una excelente mami ...
si, no hizo la tarea , pero no es para que se ponga así, ella perfectamente debe saber que el niño batalla, debe tener paciencia la srta.
y aparte ya sabes en todas las profesiones, unos les hechan a los otros y esta profe tiene otro metodo de enseñanza, pero tu usa el que mas te paresca no le permitas que te haga sentir mal!
un abrazo y un besote a tus kerubines en especial a tu kerubín, seguro ya le va a echar ganas :) ( nada mas imaginarme su llanto y su carita triste ya se me arugo el corazón)
= (
Te entiendo perfectamente bien.
Y se que mientras mas te digan que no te azotes mas te azotaras, a mi me pasa lo mismo.
Coincido contigo en que la disciplina es fundamental para el correcto desarrollo de los niños y mas si ya sabes que tu kerubin batalla para ciertas cosas, porque no podra sacar adelante los estudios mas que con una ferrea disciplina,aparte de que la sociedad suiza no le tolerara que sea de otra manera.
Animo Keru, claro que es uno de los gajes del oficio de ser mama, pero no por ello vas a bajar la guardia, eh ?
Paciencia, tolerancia y amor...me lo he estado repitiendo a misma durante las ultimas semanas, ojala te sirva a ti tambien.
Saludos
Ay tu haz lo q tu creas q es bueno porq tu conoces mejor a tu hijo, yo no tengo hijos pero mis papas NUNCA se sentaron conmigo a hacer la tarea y estoy segura q por eso soy tan responsable!!! porque se que la que obtiene malos resultados soy yo ni mis papas ni nadie...
Las maestras a veces desquitan sus traumas y problemas personales con los alumnos, explicale a tu hijo que el único beneficiado de hacer su tarea es el ni tu ni su papá ni nadie así como tampoco te afecta a ti y no solo se lo digas, demuestraselo!!
Hazme caso!!
Ciao...
Por supuesto que tiene que ver el cambio de estrategía que utiliza ahora la nueva maestra y que tú no estabas enterada.
Además hay días en que una noticia desagradable cala aun más que si la recibieras cualquier otro día y conste que no solo le pasa a las mujeres (jeje), recuerda lo que nos contabas la vez pasada cuando iba a iniciar el ciclo escolar pasado y como lo terminó, asi que no te achicopales Keru, el lunes se aclararan las cosas.
Un abrazo.
Hola Keru
No se que pasó con mi compu, que hasta hoy leo tus post!.
Yo te entiendo perfectamente y se lo duro que es estar en este sistema, donde los niños tienen que aprender de todo.
Yo que te he leído desde hace mucho, coincido con las demás en que lo estás haciendo bien. El desempeño de tu hijo va a mejorar, ya lo verás...
con mucho cariño
ivi
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