Asi como se lee, ni más ni menos. En Suiza según la tradición local, Santa Claus (Samichlaus, en alemán suizo) visita cada 6 de diciembre las casas de la mayoría de los niños, no llega solo sino acompañado de "El Chorreado" (Schmutzli) su fiel compañero y ayudante con su cara llena de tizne, quien le carga el libro en donde está escrito el comportamiento de los niños durante el año. Ahí, no solo aparecen las travesuras y malas conductas de los chiquitines, también incluye los logros escolares, los éxitos en sus actividades diarias y todas aquellas conductas que hacen a papá y mamá sentirse orgullosos de ellos.
Samichlaus no es el viejo regordete con ropas rojas, cinto y botas negras que la mercadotecnia nos endilgó a los americanos, es un anciano con barbas largas y blancas, ataviado como obispo lleva su respectiva capa de terciopelo, su mitra y su infaltable báculo. LLega a las casas cargando un enorme costal y sonando una campana que, al escucharla, los chiquillos corren despavoridos a la puerta poque saben de quien se trata. Una vez dentro, se instala en un lugar de la casa y pide a Schmutzli le lea el libro la historia anual de cada niño, pide explicaciones, regaña suavemente cuando es necesario y también alaba felicitando en las obras buenas. Terminada ésta parte, pide a los pequeños le canten una canción, bailen, reciten o hagan algo que hayan aprendido para él. La estrofa tradicional en alemán suizo casi siempre es ésta:
Al final, Samichlaus siempre hace hincapié en lo bueno de cada niño y saca de su costal el premio, que consiste en un pequeño costalito como el suyo, lleno de cacahuates, mandarinas y dulces; en ocasiones habrá un juguete pequeño, algo simbólico y nada ostentoso. La tradicional Clausabend (Noche de Santa), termina con la despedida en la puerta y la promesa de portarse mejor para los próximos 365 días.
Los Santa Claus suizos son personas que, sin afán de lucro, se dedican a representar éste personaje con la finalidad de preservar la tradición nacional en la infancia y que solo reciben donativos destinados a los gastos innerentes al vestuario y desplazamiento en cada localidad. Desde 1998, un particular se dió a la tarea de recopilar una gran base de datos de éstas personas según su localización geográfica a lo largo y ancho de país, haciéndonos a los padres la tarea más fácil. La mecánica consiste en reservar la fecha con el Santa más cercano, hacerles llegar por escrito lo bueno y lo malo del niño en cuestión; y colocar en una parte visible de la entrada de la casa, las bolsitas con los regalos que son preparadas por nosotros mismos.
Este año mis hijos participaron muy animadamente y por igual con el Santa, Christof hizo alguna que otra figura de Kung Fu y Zara unas piruetas de ballet como regalo para su adorado Samichlaus. Es una delicia ver cómo mis dos angelitos creen ciegamente en él, su inocencia al pedir disculpas por los malos comportamientos, sus historias sobre cómo han mejorado en casa y en la escuela, y las preguntas siempre indiscretas de Zara sobre por qué hay muchos Santas!!! Recibieron cada uno un DVD con sus películas favoritas, saltando de gusto al verlas dentro de la bolsita. Ellos saben que Santa no trae los regalos "grandes" y aún así, esperan con ilusión su llegada cada año, saben perfectamente que esos regalos los recibirán el 24 de diciembre en honor al "Chrischtchindli" (El NIño Dios), pero esa es otra tradición y ... otra historia.
Aufwiedersehen!
Samichlaus no es el viejo regordete con ropas rojas, cinto y botas negras que la mercadotecnia nos endilgó a los americanos, es un anciano con barbas largas y blancas, ataviado como obispo lleva su respectiva capa de terciopelo, su mitra y su infaltable báculo. LLega a las casas cargando un enorme costal y sonando una campana que, al escucharla, los chiquillos corren despavoridos a la puerta poque saben de quien se trata. Una vez dentro, se instala en un lugar de la casa y pide a Schmutzli le lea el libro la historia anual de cada niño, pide explicaciones, regaña suavemente cuando es necesario y también alaba felicitando en las obras buenas. Terminada ésta parte, pide a los pequeños le canten una canción, bailen, reciten o hagan algo que hayan aprendido para él. La estrofa tradicional en alemán suizo casi siempre es ésta:
Sammi Niggi Näggi,
hintäräm Offä stäggi,
gimmär Nuss und Birrä,
dänn chummi wiedär fürrä!
Traducción:Santi niki, naki,
estoy detrás del fogón
dame nuez y peras
y luego vete afuera!
Al final, Samichlaus siempre hace hincapié en lo bueno de cada niño y saca de su costal el premio, que consiste en un pequeño costalito como el suyo, lleno de cacahuates, mandarinas y dulces; en ocasiones habrá un juguete pequeño, algo simbólico y nada ostentoso. La tradicional Clausabend (Noche de Santa), termina con la despedida en la puerta y la promesa de portarse mejor para los próximos 365 días.
Los Santa Claus suizos son personas que, sin afán de lucro, se dedican a representar éste personaje con la finalidad de preservar la tradición nacional en la infancia y que solo reciben donativos destinados a los gastos innerentes al vestuario y desplazamiento en cada localidad. Desde 1998, un particular se dió a la tarea de recopilar una gran base de datos de éstas personas según su localización geográfica a lo largo y ancho de país, haciéndonos a los padres la tarea más fácil. La mecánica consiste en reservar la fecha con el Santa más cercano, hacerles llegar por escrito lo bueno y lo malo del niño en cuestión; y colocar en una parte visible de la entrada de la casa, las bolsitas con los regalos que son preparadas por nosotros mismos.
Este año mis hijos participaron muy animadamente y por igual con el Santa, Christof hizo alguna que otra figura de Kung Fu y Zara unas piruetas de ballet como regalo para su adorado Samichlaus. Es una delicia ver cómo mis dos angelitos creen ciegamente en él, su inocencia al pedir disculpas por los malos comportamientos, sus historias sobre cómo han mejorado en casa y en la escuela, y las preguntas siempre indiscretas de Zara sobre por qué hay muchos Santas!!! Recibieron cada uno un DVD con sus películas favoritas, saltando de gusto al verlas dentro de la bolsita. Ellos saben que Santa no trae los regalos "grandes" y aún así, esperan con ilusión su llegada cada año, saben perfectamente que esos regalos los recibirán el 24 de diciembre en honor al "Chrischtchindli" (El NIño Dios), pero esa es otra tradición y ... otra historia.
Aufwiedersehen!
8 comentarios:
Que bonita tradicion Keru, y la platicas con tanto detalle que me emocione yo tambien!
Es tan hermoso ver la inocencia de los niños, ojala durara siempre!
Mi peque nacio un dia como hoy, vi el santoral pero Nicolas no me gusto mucho.
saluditos,
Que bonito! me encanta la ilusión que tienen los ninos en estas fechas, a mi lo que me decían era que el nino Dios le ayudaba a mi papa para que tuviera trabajo y así comprarme los juguetes, pero créeme que era difícil no creer en Santa Claus y mas viviendo en frontera, me hubiera gustado mucho tener esa ilusión. Me imagino la emoción de tus Kerubines cuando entro a tu casa Samichlaus, una fantasía hecha realidad, me encanto tu post, lo que paso hoy en tu casa es una prueba que las fantasías pueden hacerse realidad :D
Saludos Keru.
Clau F.
fijate que es bonito esperar al que tu tradicion tenga, ya sea Santa, Reyes o niño Jesus, lo cruel es cuando se descubre CARAMBA, yo en mi caso deje de hablarle a mi papa como una semana porque vivi engañado 18 años jajajajaja no tanto no tanto fueron 17 años.... SALUDOS!!!!
Keru me encantó eso del día de Santa Claus, yo sé que hay mucha gente que se opone y les parecen mal éstas cosas para los niños, pero que hay mas bonito en la infancia que la ilusión de la Navidad?
Me encanta que organicen tan bien todo y que puedas ver las caritas de tus chiquitos con esa sorpresa que sólo podemos ver en contadas ocasiones.
Una vez en mi casa, contratamos un Santa Clós a que viniera a entregar los regalos a los niños y no sabes, recuerdo la cara de Alex perfecto cuando el Santa le dijo Alex esto es para ti.. se le abrieron grandes sus ojitos y no lo podía creer :), es muy lindo.
Te mando un abrazo y un beso Keru, te quiero mucho, gracias por estar ahí siempre.
Nancy
Oye Keru, que chida tradicion eh?
Se me hace algo mas efectivo el que te "canten" tus buenos actos y tambien los malos face-to-face en lugar de un visitante anonimo y nunca visto.Ademas, me late la idea de que se trate de causa-efecto, asi los niños entienden mejor que cada decision que tomen tiene una consecuencia...super!
Aparte de que esta chidisimo que esto no tenga nada que ver con religiones, sino con el sentido puro del bien y el mal.
Me gustaria que tuviesemos esa tradicion aqui!!! Me ayudaria con Patito
Saludos
http://lasaventurasdepatito.blogspot.com/
Gracias por compartir ésta cultura, aún teniendo amigos en Suiza nunca me hablaron del tema, de todas formas, a mi me basta que no venga nadie a decirme que Santa Claus no existe y seguiré siendo feliz. :D
Salu2
Qué interesante!! oye y me parece muy bien el que hable con los niños, le haga saber que está "enterado" de sus acciones y que tus niños, en su ingeniudad, argumenten :)
El que el regalo sea pequeño también me gusta y que los niños preparen algo para Santa.
Gracias por compartir esta tradición :)
Saludos.
@ Mimi: A mi también me gusta, de las pocas cosas de las que uno puede hablar bien de éstos lares. :-D
@ Clau F: Fíjate que yo nunca creí en Santa Claus, estudié toda mi infancia en un colegio católico y pues tu sabes que ahí es lo que menos te procuran, por eso me da gusto ver a mis hijos con esa ilusión.
@ Nancy: gracias, ya sabes que para eso estamos. Besitos.
@ Monilla: Pues luego luego, empieza tu con eso, cómprale un disfraz a tu maridis!
@ Miguel: Hay muchas otras tradiciones, pero de todas creo ésta es la más bonita. Yo tambié soy partidaria de las ilusiones, como habrás notado en la mayoría de mis posts. Un saludo!
@ Norma: Eso es lo más importante, que los pequeños lo esperan a pesar de saber que no recibirán algo sustancioso a cambio. Feliz viaje a México!
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