Exhausta

Una de las cosas que me salen bien es organizar, ya una vez lo comenté en un post, pero ahora la organización de mi tiempo me está dando unos cuantos dolores de cabeza. Y no es por falta de orden en mis deberes, sino por falta de horas al día para poder hacer por lo menos pausas pequeñas entre una actividad y otra. La cosa se complca aún más cuando surgen imprevistos y se añaden tareas extras a las normales. Hoy de plano mi cuerpo sucumbió dándome un buen susto, de pronto la vista comenzó a fallarme y empecé a ver las cosas como, chin! no se como decirlo, como un holograma. Todo lo que veía, parecía tener un haz de luz alrededor igual que cuando ponemos gasolina al auto y alrededor de la manguera se vé como si fuera agua suspendida en el aire (lo han visto). Fueron solo unos minutos, pero pasé aceite.

Para dar una idea he aquí el detalle de un jueves, el día más ajetreado de la semana, aunque las mañanas son todas iguales de martes a viernes (los lunes Zara no tiene kinder y aprovecho para hacer limpieza profunda):

7:00 am - Ayudar a mis hijos a vestirse, prepararles la mochila y mandar a Chris a la escuela.

8:15 am - Llevar a Zara al kinder.

8:45 am - Gimnasio

11:30 am - Recoger a Zara del kinder.

11:45 am - Preparar la comida y dar de comer.

1:15 pm - Preparar de nuevo la mochila de Chris que vuelve a la escuela.

1:30 am - Limpiar cocina.

2:00 pm - Otras actividades domésticas (lavar, doblar ropa, recoger los cuartos, planchar, etc).

3:30 pm - Clase de Ballet de Zara.

5:00 pm - Entrenamiento futbol Christof.

6:45 pm - Recoger al maridis de la estación del tren.

7:00 pm - Hacer la compra de la semana.

8:00 pm - Hacer la cena, dar de cenar, limpiar la cocina, acomodar las cosas de la compra.

9:00 pm - Bañar, dormir a los peques y de reojo ver mi novela (aqui mi maridis me ayuda, con los niños contándoles una historia a cada uno antes de dormir, aunque parezca increíble él lo hace todos los días).

10:00 pm - Platicar con el maridis, hacer pagos en la computadora, presupuesto de la semana o mes (dsitribución de lo dineros), hacer cosas mías como actualizar el blog, editar videos y/ó fotos ó hablar con mi familia/amigos por teléfono ó chat.

2:00 am - Preparar ropa de TODOS para el día siguiente.

2:30 am - Dormir (si puedo).

Y todavía hay quien dice que mi vida es "bloggear"! Es verdad que le robo tiempo al sueño para hacer algo que me gusta mucho, pero no siempre es el blog, además soy muy práctica y casi siempre en los tiempos muertos (que son muchos) dobleteo mientras se pueda. Por ejemplo, cuando doblo ropa o la plancho, veo mis programas previamente grabados. Cuando llevo a Zara al Ballet, me voy con Chris a un café y nos ponemos a hacer la tarea. Mientras espero la ropa de la secadora, navego en internet y leo noticias. Mientras mis hijos se visten por la mañana, hago sus camas y recojo las cosas del día anterior 'and so on'.

También es cierto que desde mis tiempos de universidad, me acostumbré a dormir poco ó poquísimo, y es durante la noche que me siento más cómoda para hacer cosas que requieran mucha concentración. Pero como decía al principio, el tiempo cobra factura y 'no es lo mismo Los Tres Mosqueteros' que veinte años después, es inevitable que requiera muy pronto de una cita con mi doctor familiar para hacerme un chequeo ó me recomiende algunas vitaminas que mi cuerpo pide a gritos.

Normalmente aguanto vara sin quejarme, pero ésta semana ha sido especial debido a una dolencia de mi maridis que lo mantuvo en casa por prescripción médica. El ajetreo ha sido doble porque en las tareas en las que me ayudaba, de plano esta vez no se pudo, amén de las interminables citas con el doctor y laboratorios de análisis a los que tuve que llevarlo debido a su imposibilidad para caminar correctamente. Pero lo más estresante ha sido la preocupación de verlo desganado, triste, deprimido; él que es un hombre activo y que no sabe estar quieto, ahora ha tenido que sufrir también los reclamos de su propia naturaleza. Para mí, no existe cosa más tremenda que la impotencia de no poder ayudarlo en ningún sentido, es desesperante permanecer pasiva a la espera que los Divo-Doctores se apiaden en diagnosticar y dar un paso adelante para terminar con su martirio de analgésicos y relajantes musculares que solo engañan al paciente haciéndole creer que los dolores han desaparecido. Ya me desvié, sorry.

En fin, no queda más que "apechugar", apoyarlo en todo lo que necesite y esperar pacientemente que todo vuelva a acomodarse en su lugar de siempre. Yo, por lo pronto, mañana voy con el doc. Pa'elante, pa'elante, que pa'trás ... ni para agarrar impulso!

Saludos!