diciembre 01, 2006

Bienvenido Señor Presidente


Hoy termina el primer sexenio de la esperanza de los últimos 80 años en México. Y digo de la esperanza, porque hace seis años el pueblo mexicano alzó su voz de cambio al vencer al partido que durante décadas nos mantuvo sumidos en la desgracia económica, política y social. El triunfo de Vicente Fox nos hizo volver a confiar en un México mejor, nos hizo pensar en que las cosas nunca volverían a ser iguales, nos regaló eso: esperanza.

Y a pesar de los detractores, derrotistas y negativos críticos empedernidos de siempre, no nos fué tan mal. Quién no recuerda el espejismo de "cuerno de la abundancia" y patrotismo con el que Echeverría nos envolvió en su sexenio? Quién no recuerda a aquel hipócrita que defendería el peso "como un perro"? Quién no recuerda a los pusilánimes De la Madrid y Zedillo que se durmieron en sus laureles dejándose manejar como títeres por personajes en la sombra que solo buscaban su enriquecimiento? Y ni hablar del peor de todos: Salinas de Gortari miembro de la estirpe mas sanguinaria y corrupta en toda la historia mexicana?

Todos y cada uno de éstos personajes entregaron el poder a sus sucesores envuelto en una bomba de tiempo, que explotaba en las manos del pueblo a los pocos días de abandonar la silla presidencial. Tal vez Vicente Fox no ha sido el mejor, también ha tenido sus yerros, pero por lo menos muchos aciertos también ha tenido digan lo que digan los grilleros mala leche. Algo que no puede decir ninguno de sus antecesores.

Su falta de tacto en sus comparecencias y discursos, su inseguridad y falta de mano dura en algunos sucesos relevantes y su incapacidad para darle seguridad a los ciudadanos tal vez sea lo más criticable de su gobierno. Pero en seis años es imposible corregir lo que otros tardaron 8 décadas en fomentar. No existe un presidente-mago que llegue a Los Pinos y en unos cuantos meses convierta a México en potencia mundial, se necesita mucha participación cívica y política para poder llevar a nuestro país por el verdadero camino de la democracia y de la justicia que tanto anhelamos. No es trabajo de unos cuantos, es trabajo de todos y cada uno de nosotros, de apoyar al que está arriba (aunque éste no sea nuestro favorito) y no pasarnos la vida criticando y lamentándonos de lo "mal que estamos".

Hoy comienza el segundo sexenio de la esperanza, y no porque FECAL sea el que se pone la banda sino porque sea quien fuere, merece nuestro respeto y apoyo por el bien de nosotros mismos y del futuro de nuestros hijos. Así que, a ponernos las pilas!

Bienvenido Señor Presidente!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cierto, Bienvenido Sr. Presidente, le exigimos que tenga éxito.