octubre 14, 2006

Torturas y recompensas


En el de camino de ida al aeropuerto, hace una semana:

Chris: "mami, cuantas noches tengo que dormir hasta que regreses?"

Zara: "mami, y podemos hacer mugrero cuando tu no estés?"

Chris: "mami, podemos dormir en la cama con papi todas las noches"?

Zara: "mami, me puedo ir a dormir a casa de mi madrina"?


Durante la semana de vacaciones, por teléfono:

Chris: "mami, fuimos al bosque a asar salchichas, bien divertido!!!, bueno le voy a dar el teléfono a Zara porque estoy ocupado jugando"

Zara: "que te diviertas mucho mami, le doy el teléfono a papi porque Mi Yun (la vecina) me invitó a comer y a jugar"

Chris: "cuando regresas? cuantas noches faltan para que me hagas pasta con tomate?"

Zara: "mami, cuando papi me seca el pelo después de bañarme me estira mucho y me duele. Ya quiero que vengas para que tu me peines, tu no me estiras"

Chris: "papi hizo ravioles, pero no los comimos porque sabían bien feos, yo le dije que comprara mejor la lata roja pero compró blancos, él no sabe, ya vas a venir?"

Zara: "mami cuando vengas y me tome la leche me rascas la panza?, papi no sabe cómo"


Al regreso del aeropuerto, en el coche:

Chris: "mami, te extrañé mucho, mi corazón hacía turún tu turún tu, decía que te extrañaba"

Zara: "Fulanita (dirigiéndose a mi amiga, con la que me fuí) ya no te vas a llevar otra vez a mi mami cuando te vayas a México?"


Al meterlos en la cama a la hora de dormir:

Chris: "mami, estoy bonito (quiso decir contento, pero la palabra en alemán es la misma para las dos cosas) de que estés con nosotros"

Ni un recorrido al mundo entero me haría sentir tantas emociones encontradas como las frases de mis hijos en los últimos siete días. Al principio me sentí culpable de dejarlos, luego traté de relajarme un poco y no pensar en ello: "a lo hecho, pecho!" me dije, pero no fué fácil. En las noches veía en mi imaginación sus caritas y me daban ganas de regresarme. Pero lo más maravilloso fué ver sus sonrisas cuando se abrió la puerta de la aduana y corrieron a abrazarme. Se me hicieron más mayores, más altos, más hermosos que nunca y ... sólo habían pasado siete días!!!

Creo que para volver a hacer vacaciones sin ellos, tendré que esperar algunos años!

Ahí se los dejo de tarea.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay amiga... ¿a poco no vale la pena separarse de ellos unos días y recibir tantísimo amor de recompensa?

disfrútalos mucho... luego crecen ;-)

Bienvenida, se te extrañaba