Mi queridísimo querubín de 6 años, tenía obsesión por la televisión desde los 3 meses de edad. A esa edad lo que le gustaba ver eran videos musicales (MTV), nos parecía increíble, pero varias veces hicimos la prueba de apagar el televisor cuando estadaba determinado videoclip y la respuesta era inmediata: berreaba a más no poder hasta que se volvia a encender el dichoso aparatejo.
Con los años las cosas no cambiaron mucho, y aunque la música sigue siendo uno de sus hobbies, después descubrió los Teletubies, Kim Possible, Bob Esponja y un sin fín de personajes de los que aún ahora es adicto. Pero fué a partir de uno de nuestros viajes a Monterrey cuando él ya contaba con tres añotes, que a una de mis hermanas se le ocurrió llevarnos a la casa de mi madre un Nintendo para que el huerco no se aburriera. En ese instante descubrió que la televisión tenía otros "usos" además de sentarse a ver las caricaturas.
De regreso al Quesolandia, no paraba de pedirnos una consola de juegos como la que le había prestado su tía, y sus preguntas sobre cuánto faltaba para Navidad ó su cumpleaños, eran eternas. En éste país la educación infantil, y casi toda la vida en sí, gira alrededor de la naturaleza: ir al bosque a jugar, ir a la montaña a esquiar, ir al lago a nadar; y de los juguetes pedagógicos: pintar con las manos, jugar con la arena, hacer torres con pedacitos de madera, rompecabezas, etc. Los juguetes electrónicos nunca son fomentados ni por los abuelos, ni los maestros ni mucho menos por "los padres inteligentes". En fin, que hay muy poca elección en cuanto a este tipo de entretenimiento electrónico para los peques, y lo que hay es carísimo. Los Play Station, Gameboy, Gamecube y esos artilugios, son considerados para adolescentes y/ó adultos.
Un año después del martirio de mi criatura y con el fin de establecerle el idioma alemán en el que fallaba mucho -el español lo tenía casi al 100%-, me dí a la tarea de buscar algo parecido que estuviera de acuerdo a su edad, pues las consolas tradicionales nos parecen a mi marido y a mi, demasiado "fuertes". Precisamente en ese año (finales de 2003) había salido al mercado una consola para niños entre 3 y 7 años llamada V-Smile de la marca V-Tech en asociación con Walt Disney, que parecía de juegos pero que en realidad es un programa didáctico con el que el niño aprende desde vocabulario, numeración, colores y formas; hasta conceptos tan complicados como lateralidad, relaciones espacio-temporales y aritmética. Funciona con cassetes -algunos de ellos con los personajes de películas o series de TV de Walt Disney-, como cualquiera de las consolas para "grandes", que no son nada baratos (ni la consola tampoco), pero vale la pena: a los seis meses ya dominaba el alemán casi igual que el español, y al año de usarlo ya sabía leer. Tengo que aclarar que no estaba pegado todo el día a la consola, jugaba más ó menos media hora diaria, y a veces ni eso pues no dejaba pasar sus series de tv favoritas.
Este año, los mismos fabricantes pusieron a la venta la versión portátil -tipo Gameboy ó Nintendo DS que funciona con los mismos cassetes de la consola V-Smile- además de un tablero para dibujar para niños todavía menores que se conecta a la consola en las entradas para los joysticks.
En México me parece que no se le ha dado mucha publicidad, pero si esta a la venta, y hoy me acabo de enterar que allí mismo acaba de salir otro juguete muy similar de la marca Leap Frog que aunque no lo conozco, según las características que menciona la publicidad, cumple las mismas funciones. Así que, ya faltan sólo 4 meses para que venga Santa Claus, sería una opción muy buena para los chiquitines que entretiene y educa.
Con los años las cosas no cambiaron mucho, y aunque la música sigue siendo uno de sus hobbies, después descubrió los Teletubies, Kim Possible, Bob Esponja y un sin fín de personajes de los que aún ahora es adicto. Pero fué a partir de uno de nuestros viajes a Monterrey cuando él ya contaba con tres añotes, que a una de mis hermanas se le ocurrió llevarnos a la casa de mi madre un Nintendo para que el huerco no se aburriera. En ese instante descubrió que la televisión tenía otros "usos" además de sentarse a ver las caricaturas.
De regreso al Quesolandia, no paraba de pedirnos una consola de juegos como la que le había prestado su tía, y sus preguntas sobre cuánto faltaba para Navidad ó su cumpleaños, eran eternas. En éste país la educación infantil, y casi toda la vida en sí, gira alrededor de la naturaleza: ir al bosque a jugar, ir a la montaña a esquiar, ir al lago a nadar; y de los juguetes pedagógicos: pintar con las manos, jugar con la arena, hacer torres con pedacitos de madera, rompecabezas, etc. Los juguetes electrónicos nunca son fomentados ni por los abuelos, ni los maestros ni mucho menos por "los padres inteligentes". En fin, que hay muy poca elección en cuanto a este tipo de entretenimiento electrónico para los peques, y lo que hay es carísimo. Los Play Station, Gameboy, Gamecube y esos artilugios, son considerados para adolescentes y/ó adultos.
Un año después del martirio de mi criatura y con el fin de establecerle el idioma alemán en el que fallaba mucho -el español lo tenía casi al 100%-, me dí a la tarea de buscar algo parecido que estuviera de acuerdo a su edad, pues las consolas tradicionales nos parecen a mi marido y a mi, demasiado "fuertes". Precisamente en ese año (finales de 2003) había salido al mercado una consola para niños entre 3 y 7 años llamada V-Smile de la marca V-Tech en asociación con Walt Disney, que parecía de juegos pero que en realidad es un programa didáctico con el que el niño aprende desde vocabulario, numeración, colores y formas; hasta conceptos tan complicados como lateralidad, relaciones espacio-temporales y aritmética. Funciona con cassetes -algunos de ellos con los personajes de películas o series de TV de Walt Disney-, como cualquiera de las consolas para "grandes", que no son nada baratos (ni la consola tampoco), pero vale la pena: a los seis meses ya dominaba el alemán casi igual que el español, y al año de usarlo ya sabía leer. Tengo que aclarar que no estaba pegado todo el día a la consola, jugaba más ó menos media hora diaria, y a veces ni eso pues no dejaba pasar sus series de tv favoritas.
Este año, los mismos fabricantes pusieron a la venta la versión portátil -tipo Gameboy ó Nintendo DS que funciona con los mismos cassetes de la consola V-Smile- además de un tablero para dibujar para niños todavía menores que se conecta a la consola en las entradas para los joysticks.
En México me parece que no se le ha dado mucha publicidad, pero si esta a la venta, y hoy me acabo de enterar que allí mismo acaba de salir otro juguete muy similar de la marca Leap Frog que aunque no lo conozco, según las características que menciona la publicidad, cumple las mismas funciones. Así que, ya faltan sólo 4 meses para que venga Santa Claus, sería una opción muy buena para los chiquitines que entretiene y educa.
2 comentarios:
es un buen ejemplo, aca en mexico hay sobre peso en los peques, porque se la pasan jugando al nientiendo,,,cuando yo era chavita desde los 9 años practique el voleibol ;) y asi creces mas sano
falco pero sano jejeje
saludos keru
Pues para mi son excelentes estos juegos porque te despiertan todos los sentidos, solamente hay que seleccionar algunos juegos con los que realmente se diviertan y que no sean de matazón. Xbox tiene muchos juegos para niños. Además, fue uno de mis vicios (y lo sigue siendo). Todo con moderación (aunque yo no la conozca).
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