En los últimos años, se han hecho públicos muchos casos de abuso sexual, principalmente cometidos hacia menores de edad; de hecho la mayoría de la definiciones de éste término involucran a un adulto con un menor, craso error! pues también se da en cualquier aspecto de la sociedad: entre adultos, entre un adulto y un menor ó entre dos menores. El común denominador, es que el abusador(a) tiene siempre un factor de ventaja sobre su víctima, ya sea la edad, la fuerza ó el género.
En nuestros días, la pedofilia ó pederastia es lo más sobresaliente en los casos de éste tipo de delitos, en México como en cualquier parte del mundo, no estamos excentos de algo similar, ahí tienen el sonado caso de Jean Succar Kuri, por mencionar uno de los más publicitados. Aunque no es un secreto que en cualquier esfera social existen casos que jamás ven la luz pública, yo misma fuí una víctima a los 6 años de edad. Pero existe una forma de abuso sexual que no es muy mencionada por los medios, ó denunciada por sus víctimas, a la que la sociedad no presta mucha atención: el abuso entre menores.
Conozco dos casos, pero estoy segura que hay cientos, el primero aquí en Monterrey el año pasado un adolescente abusó de un menor por la fuerza, y ante la insistencia de la víctima de acusar al agresor con sus padres, éste lo asesinó con una piedra. La nota, que El Norte se encargó de difundir sin mucho seguimiento, hacía hincapié en el estrato social de los protagonistas como gente sin recursos, sin educación, desintegración familiar e historial de abusos en ambas familias. Puede que éste haya sido un factor determinante en este tipo de situación pero en el segundo caso que describiré el entorno social es distinto y el evento muy similar.
Una familia muy cercana a nosotros tuvo este problema con su hijo de 12 años, que por circunstancias que no vienen al caso aclarar, cursaba el 5 grado de primaria (esto pasó antes de terminar el ciclo escolar anterior). Durante cinco meses, este adolescente fué obligado -contra su voluntad todas las veces- por un compañero de su escuela pero de un grado superior, a masturbarlo. El pobre nunca dijo nada porque estaba amenazado, y no fue sino hasta que otras compañeras lo sorprendieron y ellas mismas denunciaron el hecho ante la dirección de la escuela.
La reacción de los padres de ambas familias y de la escuela? Se llega al siguiente acuerdo: el niño agredido será custodiado por algunos de sus compañeros en el camino de ida y vuelta a la escuela, por el resto del año escolar. El agresor, deberá asistir a terapia psicológica hasta que el profesional determine que está "rehabilitado"; pero seguirán conviviendo en el mismo plantel. En caso de reincidencia por parte el agresor será enviado a un albergue y en el próximo año escolar el AGREDIDO irá a otra escuela!! Increíble verdad? Esto es el primer mundo, donde todo se habla en voz baja, donde todo se "acuerda", se "pacta", porque acá se es "civilizado"; al menos eso es lo que ellos creen. Aquí la gente no es ignorante, cual más cual menos, ha llegado hasta la secundaria (y vaya que si aquí los preparan bien, academicamente hablando), cuando no se tiene recursos el gobierno apoya a las familias económicamente y la desintegración familiar que conocemos en México acá se llama "tiempo necesario para los padres".
Mi opinión es que los padres tenemos la obligación de educar en lo moral a nuestros hijos, en la escuela no se adquieren valores, no se aprenden las buenas costumbres. En los tiempos modernos, los padres van a las escuelas para escuchar sobre el rendimiento de sus hijos, son instados a compartir las tareas ó a firmar las calificaciones para asegurarse de que se está al pendiente de lo que se aprende; pero ésto no es suficiente, también hay que cubrir las necesidades que nuestros hijos no perciben, eso que no se expresa con palabras pero que se encuentra latente en todos los aspectos de nuestra sociedad.
Los maestros se encargan de transmitir a sus alumnos un cierto conocimiento para poder subsistir en el futuro, somos los padres los que formamos 'personas' pensantes, los que damos herramientas para sobrevivir como son la confianza, el valor, la estima y la seguridad de la que dependerá que nuestros hijos no sean víctimas de ésta gente sin escrúpulos, llámense como se llamen.
En nuestros días, la pedofilia ó pederastia es lo más sobresaliente en los casos de éste tipo de delitos, en México como en cualquier parte del mundo, no estamos excentos de algo similar, ahí tienen el sonado caso de Jean Succar Kuri, por mencionar uno de los más publicitados. Aunque no es un secreto que en cualquier esfera social existen casos que jamás ven la luz pública, yo misma fuí una víctima a los 6 años de edad. Pero existe una forma de abuso sexual que no es muy mencionada por los medios, ó denunciada por sus víctimas, a la que la sociedad no presta mucha atención: el abuso entre menores.
Conozco dos casos, pero estoy segura que hay cientos, el primero aquí en Monterrey el año pasado un adolescente abusó de un menor por la fuerza, y ante la insistencia de la víctima de acusar al agresor con sus padres, éste lo asesinó con una piedra. La nota, que El Norte se encargó de difundir sin mucho seguimiento, hacía hincapié en el estrato social de los protagonistas como gente sin recursos, sin educación, desintegración familiar e historial de abusos en ambas familias. Puede que éste haya sido un factor determinante en este tipo de situación pero en el segundo caso que describiré el entorno social es distinto y el evento muy similar.
Una familia muy cercana a nosotros tuvo este problema con su hijo de 12 años, que por circunstancias que no vienen al caso aclarar, cursaba el 5 grado de primaria (esto pasó antes de terminar el ciclo escolar anterior). Durante cinco meses, este adolescente fué obligado -contra su voluntad todas las veces- por un compañero de su escuela pero de un grado superior, a masturbarlo. El pobre nunca dijo nada porque estaba amenazado, y no fue sino hasta que otras compañeras lo sorprendieron y ellas mismas denunciaron el hecho ante la dirección de la escuela.
La reacción de los padres de ambas familias y de la escuela? Se llega al siguiente acuerdo: el niño agredido será custodiado por algunos de sus compañeros en el camino de ida y vuelta a la escuela, por el resto del año escolar. El agresor, deberá asistir a terapia psicológica hasta que el profesional determine que está "rehabilitado"; pero seguirán conviviendo en el mismo plantel. En caso de reincidencia por parte el agresor será enviado a un albergue y en el próximo año escolar el AGREDIDO irá a otra escuela!! Increíble verdad? Esto es el primer mundo, donde todo se habla en voz baja, donde todo se "acuerda", se "pacta", porque acá se es "civilizado"; al menos eso es lo que ellos creen. Aquí la gente no es ignorante, cual más cual menos, ha llegado hasta la secundaria (y vaya que si aquí los preparan bien, academicamente hablando), cuando no se tiene recursos el gobierno apoya a las familias económicamente y la desintegración familiar que conocemos en México acá se llama "tiempo necesario para los padres".
Mi opinión es que los padres tenemos la obligación de educar en lo moral a nuestros hijos, en la escuela no se adquieren valores, no se aprenden las buenas costumbres. En los tiempos modernos, los padres van a las escuelas para escuchar sobre el rendimiento de sus hijos, son instados a compartir las tareas ó a firmar las calificaciones para asegurarse de que se está al pendiente de lo que se aprende; pero ésto no es suficiente, también hay que cubrir las necesidades que nuestros hijos no perciben, eso que no se expresa con palabras pero que se encuentra latente en todos los aspectos de nuestra sociedad.
Los maestros se encargan de transmitir a sus alumnos un cierto conocimiento para poder subsistir en el futuro, somos los padres los que formamos 'personas' pensantes, los que damos herramientas para sobrevivir como son la confianza, el valor, la estima y la seguridad de la que dependerá que nuestros hijos no sean víctimas de ésta gente sin escrúpulos, llámense como se llamen.
Ahí se los dejo de tarea! (y nunca mejor dicho).
3 comentarios:
Muy buen post..hay que estar al pendiente de los chiquillos...Saludos!
tienes razon, es en el hogar donde se debe inculcar a los hijos que partes de su cuerpo nadie le debe tocar, y mas que nada, darles confianza, pq los tipos se dan habilidades y te dicen " le voy a decir a tu papa o tu mama que tu me tocaste, o me seguiste o me viste,"
me gusto mucho tu post de hoy keru ;)
Gracias Alba, precisamente hoy hablé con mi hijo de ésto, porque en los centros comerciales ya no quiere ir al baño de mujeres y apenas tiene 6 años!
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