octubre 26, 2010

Contradicciones educativas


Hoy me trajo Christof la hoja que nos mandan a los padres en la escuela con el resumen de actividades trimestrales. En ella -entre otras cosas meramente académicas- había algo que me llamó mucho la atención porque su título era "Noche de Halloween", y me sorprendió porque en este pueblo bicicletero donde vivo, son muy pocos los chiquillos que festejan esa "barbaridad consumistamente americana" (como le llaman aquí). El caso es que el apartado decía, palabras más palabras menos, que los maestros de cada clase les darán a sus alumnos una serie de reglas a seguir durante el festejo de ese día (esa era la información para los padres).

En primer lugar el 31 de octubre es domingo, día no escolar. En segundo, cualquier eventualidad que surgiera durante el tiempo que los niños deambularan por las calles pidiendo golosinas, es mera resposabilidad de los padres. Ya sea para acompañarles o para hacerse responsables de cualquier problema que surgiera en ese tiempo.

La nota me dejó muy mal sabor de boca. Aunque agradezco el detalle del director de la escuela de 'preocuparse' por los niños en actividades extra-escolares, no me explico por qué ahora se meten en terrenos ajenos si cuando nosotros tuvimos tantos problemas en los dos ciclos escolares anteriores con Christof y su maestra, el mismo señor se lavó las manos una y otra vez sobre la violencia que existe en su plantel dejando la responsabilidad total a los padres (de los agresores).

Algo en lo que si debió intervenir directamente y siempre se negó a hacerlo. Inclusive cuando el maridis y yo le planteamos hacer una reunión con los padres de los niños violentos, él recurrió al argumento tan celosamente peleado de "el respeto la privacidad personal de los otros involucrados".

Así es de contradictorio el pensamiento en estos lares. Empiezo a acostumbrarme, aunque no deja de sorprenderme, a voltear la mirada hacia otro lado -como hacen todos- para llevar la fiesta en paz. Sobre todo ahora que a mi niño le va tan bien en la escuela.

Por cierto, la psicóloga que atiende a Christof en su problema de Déficit de Atención, recibió un e-mail del maestro lleno de halagos hacia mi bebé. Entre ellos, que es uno de sus mejores estudiantes y uno de los mejor portados. Sentí que el cielo se abría cuando escuché el comentario. Por eso ahora sé que vale la pena... voltear hacia otro lado con ciertas nimiedades.

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