Conocí al diácono de la parroquia de mi pueblo, el día en que amablemente le pedí una fecha para la misa por el décimo aniversario de nuestro matrimonio. Al mismo tiempo, le pedí la sala adjunta a la iglesia para celebrar ahí la recepción, que no llegaría a más de 40 personas; le comenté.
Lo hice con muchísimos meses de anticipación, como se usa por acá, a pesar que ni una ni otra -iglesia y sala de eventos- se usan con frecuencia. La misa la celebra él una vez por mes y la sala solo en cuaresma o en fechas de primera comunión.
El hombre, oriundo de la antigua Yugoslavia, me trajo como rehilete vuelta y vuelta sin resolverme los mentados permisos. Luego de varios meses y faltando muy poco para la fecha, le hice manita de puerco y el muy canijo me contestó que la comisión católica había decidido no prestarme la sala "porque los extranjeros son muy sucios y lo dejan todo ídem".
La parroquia no me la negó, pero me 'sugirió' amablemente que sería mejor hacer la misa en una capilla que se encuentra en lo alto de la colina del rancho, porque para la cantiad de personas que asistirían, la iglesia quedaba 'grande'. El maridis y yo fuimos a ver la capillita, muy bonita y pintoresca por cierto, pero dentro de ella solo hay espacio para unas 18 personas; incluyendo al sacerdote y los "novios".
Al final le dimos las gracias al 'diácono'y cancelamos todo, yo me quedé con las invitaciones hechas -a mano por cierto- y con las cosas para la decoración del salón.
En abril pasado Chris hizo su primera comunión, desde dos meses antes comenzaron las juntas en la iglesia en la que padres e hijos se encargaron de hacer casi todo: desde el cristo de madera para el altar, hasta los recuerdos y decoración del templo. Yo no asistí a todas esas reuniones, solo a algunas, pero el maridis si. En una de esas. el diácono pidió un voluntario para tomar las fotografías y adivinen quién se ofreció? Don Kerubino, por supuesto!
También habría hecho unas especie de lámparas con madera y fotografías iluminadas por detrás con unas velas, que irían alrededor del altar. Todo el material corrió por cuenta de nuestra economía familiar, que no fué mucho, sobre todo porque la ocasión lo ameritaba.
A mi, que normalmente me jacto de ser generosa, no me gustó mucho la idea. Principalmente porque la actitud del hombre, unos meses atrás, me había dejado un mal sabor de boca. Mi marido muy sereno me dijo "que habría que poner la otra mejilla" y con eso me convenció.
Luego nos enteramos por comentarios de otros padres, que en años anteriores la parroquia habría comprado todo lo que en ésta ocasión corrió a cargo de los padres y hasta había contratado a un fotográfo profesional que le costó un dineral. Este dinero parroquial es producto de los impuestos obligatorios que representan el 12% de los impuestos anuales que se declaran todos los ciudadanos suizos afiliados a una religión -católica o protestante. Mas o menos un 2.5% del salario bruto mensual.
Estas mismas personas nos dijeron que no estaban de acuerdo con lo que el señor diácono estaba haciendo, que sabían de buena fuente que él tiene una hermana en Yugoslavia que dirige un centro de ayuda a necesitados y que todo lo que se ahorra en la parroquia lo envía a la hermana para su centro. Se quejaban siempre de lo mismo, pero cuando en las juntas el diácono preguntaba si había alguna crítica o desacuerdo -eso me consta porque yo estaba ahí-, todos se quedaban callados y solo lo hablaban a sus espaldas. Je ne comprends pas!
Luego del evento, el maridis hizo un CD con las fotografías que había tomado e incluyó un DVD con un slideshow musicalizado, lo copió para todos los papás de los niños y se los regaló sin más. Incluído también el diaconito!
Hace unas dos semanas, nos llegó una carta de la parroquia en donde invitaban a Christof a formar parte del inexistente grupo de monagillos -acólitos/ministrantes- en el que se realizan varias actividades semanales presididas por... el diácono. Cuando el maridis leyó la carta me comentó que no quería a nuestro hijo en ese grupo.
Me pareció raro que pensara eso, pero su razón me convenció totalmente: en los últimos meses ha habido muchas denuncias en Suiza, por abuso sexual a menores cometidas por religiosos y maestros y él no quería exponer a nuestro Chris. Como decía mi abuela "el chamuco nunca duerme".
Nosotros vamos a misa a la Misión Católica de habla hispana, Chrisof ayudaba al padre como monagillo aún cuando no había hecho la Primera Comunión desde hace años, a él le gusta y lo disfruta mucho. Es por eso que cuando me preguntó por el permiso para acolitar en la parroquia del pueblo, le dije que su papá y yo no estábamos de acuerdo, por primera vez le dije que no le podía explicar las razones pero que era por su bien. No dijo nada y no le causó mayor problema comentárselo a su maestra de religión.
El sábado pasado, recibimos por correo una tarjeta muy bonita del diácono, dentro de ella venían tres billetes que sumaban una cantidad considerable. El texto decía, palabras más palabras menos, que con eso agradecía el trabajo que como fotográfo había desempeñado mi marido durante el evento de la Primera Comunión.
Casi imperceptible, al final del texto, nos volvía recordar la invitación a Christof para ser monagillo y nos comentaba que hasta el momento nadie de los demás niños había aceptado tampoco. El primer impulso del maridis fué regresarle el dinero "es una forma de comprarnos para que Christof acepte" -me dijo algo molesto- "yo no me vendo" terminó.
Luego de platicarlo entre los dos, se me ocurrió la idea de mandarle una carta agradeciéndole el 'regalo' y explicándole que ante la imposibilidad de aceptar un pago por algo que se había hecho de buena fé, lo donaríamos a una causa noble. Misma de la que después le enviaríamos el comprobante.
Por lo pronto vamos a buscar una organización en Monterrey que se dedique a ayudar a personas enfermas de cáncer, en memoria de mi hermano fallecido a causa de esa enfermedad, para que ese dinero quede en buenas manos. Decía mi abuela que "el infierno esta lleno de buenas intenciones", ahora entiendo a qué se refería.
Buen inicio de semana gente!
Lo hice con muchísimos meses de anticipación, como se usa por acá, a pesar que ni una ni otra -iglesia y sala de eventos- se usan con frecuencia. La misa la celebra él una vez por mes y la sala solo en cuaresma o en fechas de primera comunión.
El hombre, oriundo de la antigua Yugoslavia, me trajo como rehilete vuelta y vuelta sin resolverme los mentados permisos. Luego de varios meses y faltando muy poco para la fecha, le hice manita de puerco y el muy canijo me contestó que la comisión católica había decidido no prestarme la sala "porque los extranjeros son muy sucios y lo dejan todo ídem".
La parroquia no me la negó, pero me 'sugirió' amablemente que sería mejor hacer la misa en una capilla que se encuentra en lo alto de la colina del rancho, porque para la cantiad de personas que asistirían, la iglesia quedaba 'grande'. El maridis y yo fuimos a ver la capillita, muy bonita y pintoresca por cierto, pero dentro de ella solo hay espacio para unas 18 personas; incluyendo al sacerdote y los "novios".
Al final le dimos las gracias al 'diácono'y cancelamos todo, yo me quedé con las invitaciones hechas -a mano por cierto- y con las cosas para la decoración del salón.
En abril pasado Chris hizo su primera comunión, desde dos meses antes comenzaron las juntas en la iglesia en la que padres e hijos se encargaron de hacer casi todo: desde el cristo de madera para el altar, hasta los recuerdos y decoración del templo. Yo no asistí a todas esas reuniones, solo a algunas, pero el maridis si. En una de esas. el diácono pidió un voluntario para tomar las fotografías y adivinen quién se ofreció? Don Kerubino, por supuesto!
También habría hecho unas especie de lámparas con madera y fotografías iluminadas por detrás con unas velas, que irían alrededor del altar. Todo el material corrió por cuenta de nuestra economía familiar, que no fué mucho, sobre todo porque la ocasión lo ameritaba.
A mi, que normalmente me jacto de ser generosa, no me gustó mucho la idea. Principalmente porque la actitud del hombre, unos meses atrás, me había dejado un mal sabor de boca. Mi marido muy sereno me dijo "que habría que poner la otra mejilla" y con eso me convenció.
Luego nos enteramos por comentarios de otros padres, que en años anteriores la parroquia habría comprado todo lo que en ésta ocasión corrió a cargo de los padres y hasta había contratado a un fotográfo profesional que le costó un dineral. Este dinero parroquial es producto de los impuestos obligatorios que representan el 12% de los impuestos anuales que se declaran todos los ciudadanos suizos afiliados a una religión -católica o protestante. Mas o menos un 2.5% del salario bruto mensual.
Estas mismas personas nos dijeron que no estaban de acuerdo con lo que el señor diácono estaba haciendo, que sabían de buena fuente que él tiene una hermana en Yugoslavia que dirige un centro de ayuda a necesitados y que todo lo que se ahorra en la parroquia lo envía a la hermana para su centro. Se quejaban siempre de lo mismo, pero cuando en las juntas el diácono preguntaba si había alguna crítica o desacuerdo -eso me consta porque yo estaba ahí-, todos se quedaban callados y solo lo hablaban a sus espaldas. Je ne comprends pas!
Luego del evento, el maridis hizo un CD con las fotografías que había tomado e incluyó un DVD con un slideshow musicalizado, lo copió para todos los papás de los niños y se los regaló sin más. Incluído también el diaconito!
Hace unas dos semanas, nos llegó una carta de la parroquia en donde invitaban a Christof a formar parte del inexistente grupo de monagillos -acólitos/ministrantes- en el que se realizan varias actividades semanales presididas por... el diácono. Cuando el maridis leyó la carta me comentó que no quería a nuestro hijo en ese grupo.
Me pareció raro que pensara eso, pero su razón me convenció totalmente: en los últimos meses ha habido muchas denuncias en Suiza, por abuso sexual a menores cometidas por religiosos y maestros y él no quería exponer a nuestro Chris. Como decía mi abuela "el chamuco nunca duerme".
Nosotros vamos a misa a la Misión Católica de habla hispana, Chrisof ayudaba al padre como monagillo aún cuando no había hecho la Primera Comunión desde hace años, a él le gusta y lo disfruta mucho. Es por eso que cuando me preguntó por el permiso para acolitar en la parroquia del pueblo, le dije que su papá y yo no estábamos de acuerdo, por primera vez le dije que no le podía explicar las razones pero que era por su bien. No dijo nada y no le causó mayor problema comentárselo a su maestra de religión.
El sábado pasado, recibimos por correo una tarjeta muy bonita del diácono, dentro de ella venían tres billetes que sumaban una cantidad considerable. El texto decía, palabras más palabras menos, que con eso agradecía el trabajo que como fotográfo había desempeñado mi marido durante el evento de la Primera Comunión.
Casi imperceptible, al final del texto, nos volvía recordar la invitación a Christof para ser monagillo y nos comentaba que hasta el momento nadie de los demás niños había aceptado tampoco. El primer impulso del maridis fué regresarle el dinero "es una forma de comprarnos para que Christof acepte" -me dijo algo molesto- "yo no me vendo" terminó.
Luego de platicarlo entre los dos, se me ocurrió la idea de mandarle una carta agradeciéndole el 'regalo' y explicándole que ante la imposibilidad de aceptar un pago por algo que se había hecho de buena fé, lo donaríamos a una causa noble. Misma de la que después le enviaríamos el comprobante.
Por lo pronto vamos a buscar una organización en Monterrey que se dedique a ayudar a personas enfermas de cáncer, en memoria de mi hermano fallecido a causa de esa enfermedad, para que ese dinero quede en buenas manos. Decía mi abuela que "el infierno esta lleno de buenas intenciones", ahora entiendo a qué se refería.
Buen inicio de semana gente!
2 comentarios:
Realmente me sorprendio la "actitud" de este diacono, no se supone que la parroquia y demas salones estan para el servicio de la comunidad. cosas que no entiendo.
Alguna vez he hecho comentarios sobre los curas católicos que llegaron a ofender incluso a algunas amigas con parientes en la iglesia, por eso me abstendré de hacer un comentario mas grande, pero creo que tu y tu maridis, tomaron la decisión correcta, Chris es un niño y el diacono o cualquier otro adulto que no son sus padres, cerca de niños en lugares privados, no es buena idea.
Saludos Keru!
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