Llegan mi maridis y Christof al resataurancito turco donde normalmente compramos las tortas árabes los fines de semana. La encargada, que de vista nos conoce re-bien, solo los saludó rápidamente sin ponerles mucha atención; algo rarísimo porque siempre se desvive por atendernos. Con tremenda cara de angustia, hablaba en árabe con los demás empleados y se le notaba muy desesperada haciendo muchos movimientos con las manos que luego se llevaba a la cabeza - me comentó el dueño de mis quincenas.
Cuando le tomaba la orden al maridis, se le predió el foco y le preguntó '¿usted sabe de computadoras?' a lo que Christof soltó tremenda carcajada. Una vez del otro lado del mostrador, frente a una lap top que usan para localizar direcciones en sus pedidos a domicilio, la señora comenzó a explicar: 'mire, no sé que le pasa a ésta cosa, de repente dejó de funcionar bien. Cuando pico a los números, me pone letras!!! y no podemos encontrar los domicilios de los clientes por eso estamos desesperados, porque desde hace una hora no hemos podido entregar nada'.
Mi marido le contestó más que inmediatamente: 'ok, ve usted esta tecla de aquí?'.
'Bueno, esa tecla es para que usted pueda escribir los números y el foquito que tiene aquí arriba, debe estar siempre encendido. Si está apagado, entonces no escribe números sino letras, no se le olvide... debe estar siempre encendido'. A la señora le volvieron los colores a la cara, pero lo mejor de todo fué que también volvió esa enorme sonrisa con la que siempre atiende a todos sus clientes y que es su sello personal.
Ya en casa, cuando abrimos la bolsa del pedido, nos dimos cuentas que había unas latas de refresco que no habíamos pedido y que tampoco fueron cobradas. Dicen que es de bien nacido, ser agradecido.
Feliz finde!
Cuando le tomaba la orden al maridis, se le predió el foco y le preguntó '¿usted sabe de computadoras?' a lo que Christof soltó tremenda carcajada. Una vez del otro lado del mostrador, frente a una lap top que usan para localizar direcciones en sus pedidos a domicilio, la señora comenzó a explicar: 'mire, no sé que le pasa a ésta cosa, de repente dejó de funcionar bien. Cuando pico a los números, me pone letras!!! y no podemos encontrar los domicilios de los clientes por eso estamos desesperados, porque desde hace una hora no hemos podido entregar nada'.
Mi marido le contestó más que inmediatamente: 'ok, ve usted esta tecla de aquí?'.
'Bueno, esa tecla es para que usted pueda escribir los números y el foquito que tiene aquí arriba, debe estar siempre encendido. Si está apagado, entonces no escribe números sino letras, no se le olvide... debe estar siempre encendido'. A la señora le volvieron los colores a la cara, pero lo mejor de todo fué que también volvió esa enorme sonrisa con la que siempre atiende a todos sus clientes y que es su sello personal.
Ya en casa, cuando abrimos la bolsa del pedido, nos dimos cuentas que había unas latas de refresco que no habíamos pedido y que tampoco fueron cobradas. Dicen que es de bien nacido, ser agradecido.
Feliz finde!
2 comentarios:
Que buen detalle el de tu maridis y también el de la chica del restaurant :)
Recuerdo cuando fuimos a un restaurant turco en Luzern, que al igual que la chica que mencionas, el señor que nos atendió fué super amable y siempre les dirigió una sonrisa a los niños.
Bien por los turcos, ahhhhhh y que ricos los Kebab y la baklava :)!!
Saluditos y que tengan un excelente fin de semana! :)
Besos!
Como me hubiera gustado haber localizado a tu maridis el otro dia!
Era bien tarde, ya me queria ir y haciamos un trabajo mi jefa y yo juntas y no se que boton aprete que la pantalla se puso de cabeza!
Habias de ver las que pasé! Me regañó y tardamos un buen para enderezarla! Por cierto todavia no se cómo!
Saludos
Publicar un comentario