Hasta hace unos meses fuí adicta a los refrescos de cola, desde mis primeros años a la Pepsi y los últimos tres a la Coca Zero, aunque a todas en general les sigo llamando 'cocas'. Los bebía indiscriminadamente como debiera tomarse el agua: para el calor, para el frío, en desayuno-comida-cena, con sed, sin sed, nomás por el mero placer de abrir el refri, etc. Recuerdo una vez estando de vacaciones en España, la mesera que nos atendía siempre durante el desayuno me comentó lo malo que era tomar Coca-Cola y me sugirió muy amablemente que por la mañana debería de tomar café porque era más nutritivo (sic)... yo solté una carcajada pensando que me iba a decir 'un vaso de leche o un jugo natural'.
Hace pocos meses dejé de tomar la Coca Zero con la gran frecuencia con la que lo había venido haciendo, la cambié por té helado, agua o jugos naturales; en ese orden de frecuencia. Reconozco que me tomo a lo mucho un vaso en situaciones especiales como invitaciones (todos mis conocidos siguen con la costumbre de ofrecérmela pues la compran especialmente para mi) o en salidas a restaurants, pero nada que ver con las cantidades industriales de antaño. Me imagino que mi cuerpo y mi paladar se acostumbraron rápido al cambio, amén de no haber sufrido ningún síndrome de abstinencia: ni pensamientos obsesivos por no tomarla, ni dolores de cabeza por la falta de esas sustancias tan artificialmente azucaradas, ni nada por el estilo. La cosa ha ido easy, más de lo que yo misma lo imaginaba.
Hoy me sucedió algo muy raro, estuve de compras durante la tarde calurosa de más de 28°C y en cierto momento sentí una sed impresionante que me hizo detener un momento mi recorrido comercial e invitar a mis hijos algo de tomar para refrescarnos. El restaurantcito del super tenía poco surtido de bebidas heladas, algo muy normal acá, se me antojaba una botellota de agua natural de por lo menos medio litro; pero nada. Entonces busqué Pepsi Light o Max (ese super maneja solo esa marca) y tampoco tenían, solo la Pepsi normal que fué lo que compré. No me pareció tan mala la idea porque estaba bien occisa, hasta sudaba la botellita de lo helada que estaba y al tomarla me supo a gloria con tanto calor ahí dentro. Pasados los primeros minutos, todo estaba bien, ya no tenía tanto calor y pude terminar mis compras con tranquilidad. Una vez en el coche comencé a sentir como mi boca se resecaba cada vez más, el sabor intenso de Pepsi que hace tantos años no tomaba, parecía hacerse cada vez peor en mi lengua seca como el desierto. La sed que sentí me hacía producir más saliva de la normal y aquello comenzó a hacerse incómodo. Aún así, tuve que esperar hasta llegar a casa para poder tomarme un vasote de agua con hielos para poder quitarse aquel sabor amargo de boca.
Será sugestión? O será que de plano que ya me volví intolerante a ese tipo de bebidas?. Será el sereno, pero de ahora en adelante voy a cargar mi hielerita con mis botellas de agua bien muertas!. Lo que si sé es que la sed solo la quita un buen vaso de agua.
Au revoir!
Hace pocos meses dejé de tomar la Coca Zero con la gran frecuencia con la que lo había venido haciendo, la cambié por té helado, agua o jugos naturales; en ese orden de frecuencia. Reconozco que me tomo a lo mucho un vaso en situaciones especiales como invitaciones (todos mis conocidos siguen con la costumbre de ofrecérmela pues la compran especialmente para mi) o en salidas a restaurants, pero nada que ver con las cantidades industriales de antaño. Me imagino que mi cuerpo y mi paladar se acostumbraron rápido al cambio, amén de no haber sufrido ningún síndrome de abstinencia: ni pensamientos obsesivos por no tomarla, ni dolores de cabeza por la falta de esas sustancias tan artificialmente azucaradas, ni nada por el estilo. La cosa ha ido easy, más de lo que yo misma lo imaginaba.
Hoy me sucedió algo muy raro, estuve de compras durante la tarde calurosa de más de 28°C y en cierto momento sentí una sed impresionante que me hizo detener un momento mi recorrido comercial e invitar a mis hijos algo de tomar para refrescarnos. El restaurantcito del super tenía poco surtido de bebidas heladas, algo muy normal acá, se me antojaba una botellota de agua natural de por lo menos medio litro; pero nada. Entonces busqué Pepsi Light o Max (ese super maneja solo esa marca) y tampoco tenían, solo la Pepsi normal que fué lo que compré. No me pareció tan mala la idea porque estaba bien occisa, hasta sudaba la botellita de lo helada que estaba y al tomarla me supo a gloria con tanto calor ahí dentro. Pasados los primeros minutos, todo estaba bien, ya no tenía tanto calor y pude terminar mis compras con tranquilidad. Una vez en el coche comencé a sentir como mi boca se resecaba cada vez más, el sabor intenso de Pepsi que hace tantos años no tomaba, parecía hacerse cada vez peor en mi lengua seca como el desierto. La sed que sentí me hacía producir más saliva de la normal y aquello comenzó a hacerse incómodo. Aún así, tuve que esperar hasta llegar a casa para poder tomarme un vasote de agua con hielos para poder quitarse aquel sabor amargo de boca.
Será sugestión? O será que de plano que ya me volví intolerante a ese tipo de bebidas?. Será el sereno, pero de ahora en adelante voy a cargar mi hielerita con mis botellas de agua bien muertas!. Lo que si sé es que la sed solo la quita un buen vaso de agua.
Au revoir!
5 comentarios:
Increíble pero es cierto, yo hace tiempo hice el cambio a tomar agua en lugar de sodas, y la verdad no me costó mucho trabajo, pues el be ligth y clight fueron buenos aliados en la lucha por dejar el refresco de cola...
La mala noticia es que con mi operación empecé a no tolerar los liquidos del tipo agua saborizada y volvi a tomar coca light con mil de hielos, no sé porque la coca tiene un efecto tan bueno en mi estómago y el agua que antes me caía tan bien, me produce cosas que después te cuento jejeje..
Pero bueno, menos mal que tu ya la dejaste y verás con el paso del tiempo, como eso también te ayuda a perder peso, un efecto colateral muy bueno no?
Abrazos y Besos!!
Nancy
¡Hola Keru! Que bien por tí, muchas felicidades, es un gran logro. Hace una semana tenía tambien la boca tan seca, comprendí que era tiempo de tomar agua. No he podido dejar esatas bebidas ni los alimentos dulces...me cuesta mucho trabajo. Pero sé que podré hacerlo. Gracias por compartir tu esperiencia. Hasta la Vista.
Competamente de acuerdo, hace 7 años que deje de tomar cualquier tipo de refresco, incluso cuando me lo ofrecen prefiero agua, como con agua, desayuno con agua, y si tambien ceno con agua.
Ya sea natural o de algun sabor.
y la razon, la misma sensacion babosa que describes que llegaba al caso de darme asco e incluso llegar a regresar el estomago.
hoy la comida me sabe muchisimo mejor.
@ Nancy: Tu caso es especial, seguro tardarás un poco más en normalizar tu metabolismo y volverás al agua (o al BeLight) tarde o temprano.
@ Luna Llena: Es duro los primeros días, sobre todo si te asaltan los pensamientos de 'no debo tomarlo', pero luego las cosas son más fáciles.
@ Cocogu: Fijate que a mi también me dieron ganas de vomitar. Me consuela saber que voy por buen camino, al menos por lo que cuentas. Saludos!
lo que si es que al cuerpo no se le debe permitir llegar a sentir sed, si hay sed es porque ya se llego a un grado de deshidratacion, esta genial tu idea de cargar una hielerita con botellas de agua, asi la deshidratacion y el calor te van a hacer los mandados, ademas es super fastidioso tener que consumir lo que haya y aveces terminamos pagando sobreprecio por algo que en primer lugar ni siquiera queriamos..
;)
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