Durante mis primeros años en Suiza, viví en la ciudad de Zofingen, situada geográficamente en un punto medio entre dos de las más grandes de éste país: Zürich y Berna (ésta última capital nacional). En éste país, no todas la poblaciones son llamadas 'ciudades' per se, existen dos tipos principales: stadt (ciudad) y dorf (poblado). Actualmente ésta nomenclatura obedece a cuestiones del número de habitantes por localidad, las que tienen más de quince mil habitantes se llaman ciudades, las menores a esta cantidad se le denomina poblado y los lugares donde solo existen dos o tres viviendas se conocen como aldeas.
Zofingen es un caso especial pues, a pesar de no llegar a los once mil habitantes, se le otorgó desde hace más de quinientos años el status de ciudad, por razones ajenas a las ya mencionadas. Una de ellas es que, históricamente, fué una de las fortalezas militares más importante de éste país; hasta tiene un episodio muy parecido al nuestro de los Niños Héroes, si no es que casi idéntico.
Hasta hace unos días, fué una ciudad modélica y muy popular en los alrededores por sus características tradicionales celosamente conservadas. El centro de la ciudad sigue adornada con los restos de las paredes de aquella fortaleza de marras que rodean el centro del pueblo con sus torres muy bien pintadas e iluminadas que nadie resiste a fotografiar y admirar. Es sede de uno de los mercados macrobióticos más grande de la región, así como del triatlón en el que todo deportista que se precie de serlo, desea participar.
El caso es que toda la popularidad y buena fama ganada con cientos de años de tradición y esfuerzo, se fué al traste con la aprehensión del Jefe de la Policía Regional Mathias M. por consumo, posesión y distribución de drogas. Resulta que en el poblado vecino de Lenzburg, se le hizo la prueba antidoping a algunos elementos de esa corporación local de policía, de los cuales solo uno de ellos dió positivo. Al interrogar al susodicho, su dedo apuntó directamente a Mathias M. a quien inmediatamente se le abrió una investigación. En su casa encontrar toda una gama de drogas sintéticas listas para su uso o su venta: Extasis, Crystal, metanfetaminas, píldoras tailandesas (muy de moda por éstos lares) y hasta un narcótico de uso veterinario llamado Ketamina. Wow! toda una dulcería la que tenía éste pela'o zonzo. Como era de esperarse, ya está tras la rejas y le espera una buena cantidad de tiempo sin ver las verdes praderas helvéticas. Se ha tratado con mucha reserva la información de los medios, porque aqui la discreción es un aspecto muy cuidado cuando de sus ciudadanos se trata de proteger; sobre todo en una cultura donde los buenos modales, la perfección y el prestigio individual es lo primordial.
En todas partes se cuecen habas, Suiza no iba a ser la excepción, pero hay sus grandes diferencias si lo comparamos con la situación que impera en nuestro México lindo y querido en su sometimiento a manos del narcotráfico. Aqui basta con que alguien apunte con el dedo para levantar una investigación en forma, pero jamás se verán a los capos matando 'camellos' o 'soplones' en plena calle o centros comerciales, porque hasta éstos criminales tienen el bendito sentido de la prudencia, ja!. En fin, el narco es narco aqui y en China, o más bien sería... y en Suiza?.
Ahí se los dejo de tarea!
Zofingen es un caso especial pues, a pesar de no llegar a los once mil habitantes, se le otorgó desde hace más de quinientos años el status de ciudad, por razones ajenas a las ya mencionadas. Una de ellas es que, históricamente, fué una de las fortalezas militares más importante de éste país; hasta tiene un episodio muy parecido al nuestro de los Niños Héroes, si no es que casi idéntico.
Hasta hace unos días, fué una ciudad modélica y muy popular en los alrededores por sus características tradicionales celosamente conservadas. El centro de la ciudad sigue adornada con los restos de las paredes de aquella fortaleza de marras que rodean el centro del pueblo con sus torres muy bien pintadas e iluminadas que nadie resiste a fotografiar y admirar. Es sede de uno de los mercados macrobióticos más grande de la región, así como del triatlón en el que todo deportista que se precie de serlo, desea participar.
El caso es que toda la popularidad y buena fama ganada con cientos de años de tradición y esfuerzo, se fué al traste con la aprehensión del Jefe de la Policía Regional Mathias M. por consumo, posesión y distribución de drogas. Resulta que en el poblado vecino de Lenzburg, se le hizo la prueba antidoping a algunos elementos de esa corporación local de policía, de los cuales solo uno de ellos dió positivo. Al interrogar al susodicho, su dedo apuntó directamente a Mathias M. a quien inmediatamente se le abrió una investigación. En su casa encontrar toda una gama de drogas sintéticas listas para su uso o su venta: Extasis, Crystal, metanfetaminas, píldoras tailandesas (muy de moda por éstos lares) y hasta un narcótico de uso veterinario llamado Ketamina. Wow! toda una dulcería la que tenía éste pela'o zonzo. Como era de esperarse, ya está tras la rejas y le espera una buena cantidad de tiempo sin ver las verdes praderas helvéticas. Se ha tratado con mucha reserva la información de los medios, porque aqui la discreción es un aspecto muy cuidado cuando de sus ciudadanos se trata de proteger; sobre todo en una cultura donde los buenos modales, la perfección y el prestigio individual es lo primordial.
En todas partes se cuecen habas, Suiza no iba a ser la excepción, pero hay sus grandes diferencias si lo comparamos con la situación que impera en nuestro México lindo y querido en su sometimiento a manos del narcotráfico. Aqui basta con que alguien apunte con el dedo para levantar una investigación en forma, pero jamás se verán a los capos matando 'camellos' o 'soplones' en plena calle o centros comerciales, porque hasta éstos criminales tienen el bendito sentido de la prudencia, ja!. En fin, el narco es narco aqui y en China, o más bien sería... y en Suiza?.
Ahí se los dejo de tarea!
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