Una de mis mayores ilusiones es cantar, bueno cantar bien porque cantar así a lo güey, eso si lo sé hacer. Es más, mi sueño más guajiro hasta ahora, ha sido cantar con una banda acústica: cuerdas, vientos y percusiones; por eso me encantó el Unplugged de Julieta Venegas, porque así como la de ella es la banda de mis sueños. Algo curioso es que cuesta mucho trabajo hacerlo en público, sobre todo de gente desconocida aunque también ha sucedido en contadas ocasiones, pero el pánico escénico me hace hasta perder la voz y salen unos gallos de antología; lo que no sucede cuando estoy sola. Hace algunos años me compré un aparato de karaoke con el que me entretengo de vez en cuando haciendo mis gorgoritos, mis hijos... los fans más fieles. En las fiestas con mis amigas he ido perdiendo el miedo, la confianza de tantos años de conocerlas y unas gotitas de tequila, hacen que la vergüenza no pese tanto. Además, viendo cómo algunas otras no tienen el más mínimo pudor ni temor al ridículo, me ha ido dando un poco más de seguridad y me suelto un poco.
Ayer me pasó algo muy bonito, mis hijos jugaban en el jardín con los demás niños de la cuadra y mi marido enclaustrado en el sótano con sus programas computacionales, yo... algo aburrida. Cerré bien las ventanas y la puerta que da al jardín (pero no le puse llave), encendí el karaoke y me puse a darle duro a la cantada. Les advertí a mis hijos que si entraban o salían, se aseguraran de cerrar bien la puerta, so pena de no volverlos a dejar salir a jugar. Entre nota y nota, volteaba de reojo a checar la puerta cerrada, lo hice tantas vece que en cierto momento me olvidé del asunto y seguía con mi concierto a una sola voz ja!. Tocaba el turno a mi disco favorito, el de los Carpenters y del que me sé al dedillo cada una de las veinte canciones que contiene. En la tercera o cuarta, ya con la garganta calientita, le eché todo el feeling posible. Estaba como posesa sintiéndome Karen Carpenter en medio de un público eufórico cuando a al acabar la canción me disponía a ver el nombre de la siguiente y de pronto un CLAP, CLAP, CLAP, CLAP!!! unánime se escuchó en la cocina.
Los aplausos eufóricos de las manitas de ocho niños (mis vecinitos y mis hijos) me hicieron despertar de mi fantasía y sentir la mayor de las vergüenzas de mi vida. Sentía mis mejillas ardiendo, me reí nerviosa y quedé paralizada. Se acercó el más pequeñito de todos hijo de mi vecina la coreana y me dijo "cómo es que sabes hacer eso tan bien?", luego vino Christof y me dice "mami, que bonito cantas, estoy orgulloso de ti, mira todos los niños te aplauden!". No sabía si hacer una caravana de agradecimiento o correrlos a todos a seguir jugando afuera, opté por agradecerles y decirles que me daba pena si me seguían viendo. Se salieron y aún así le di play a la siguiente canción, pero ya no pude cantar, algo en mi garganta estaba atorado. Yo creo que fué la emoción.
Mi sueño guajiro sigue latente, la mentada banda acústica, pero creo que no me voy a morir sin perseguirlo hasta que lo alcance. Al fin, hay más tiempo que vida y no hay pena que valga. Que no?
Ayer me pasó algo muy bonito, mis hijos jugaban en el jardín con los demás niños de la cuadra y mi marido enclaustrado en el sótano con sus programas computacionales, yo... algo aburrida. Cerré bien las ventanas y la puerta que da al jardín (pero no le puse llave), encendí el karaoke y me puse a darle duro a la cantada. Les advertí a mis hijos que si entraban o salían, se aseguraran de cerrar bien la puerta, so pena de no volverlos a dejar salir a jugar. Entre nota y nota, volteaba de reojo a checar la puerta cerrada, lo hice tantas vece que en cierto momento me olvidé del asunto y seguía con mi concierto a una sola voz ja!. Tocaba el turno a mi disco favorito, el de los Carpenters y del que me sé al dedillo cada una de las veinte canciones que contiene. En la tercera o cuarta, ya con la garganta calientita, le eché todo el feeling posible. Estaba como posesa sintiéndome Karen Carpenter en medio de un público eufórico cuando a al acabar la canción me disponía a ver el nombre de la siguiente y de pronto un CLAP, CLAP, CLAP, CLAP!!! unánime se escuchó en la cocina.
Los aplausos eufóricos de las manitas de ocho niños (mis vecinitos y mis hijos) me hicieron despertar de mi fantasía y sentir la mayor de las vergüenzas de mi vida. Sentía mis mejillas ardiendo, me reí nerviosa y quedé paralizada. Se acercó el más pequeñito de todos hijo de mi vecina la coreana y me dijo "cómo es que sabes hacer eso tan bien?", luego vino Christof y me dice "mami, que bonito cantas, estoy orgulloso de ti, mira todos los niños te aplauden!". No sabía si hacer una caravana de agradecimiento o correrlos a todos a seguir jugando afuera, opté por agradecerles y decirles que me daba pena si me seguían viendo. Se salieron y aún así le di play a la siguiente canción, pero ya no pude cantar, algo en mi garganta estaba atorado. Yo creo que fué la emoción.
Mi sueño guajiro sigue latente, la mentada banda acústica, pero creo que no me voy a morir sin perseguirlo hasta que lo alcance. Al fin, hay más tiempo que vida y no hay pena que valga. Que no?
5 comentarios:
pues pa' luego es tarde Keru...díme..y formo el club de admiradoras de: "Keru, la voz de Suiza"...seguro que cantas mucho mejor que los de Music star!. ;)...besos
Ayyyy qué bonitoooo :') Si se arma el club cuenta con una socia/organizadora en Sevila.
Un saludo!
Yo tambien me apunto al club jeje
Saluditos Keru
Clau F.
Yo tambien me apunto al club jeje
Saluditos Keru
Clau F.
Keru!! pero si tu cantabas bien bonito!! he sido testigo y te escuchè cantar esas canciones de los Carpenters y yo no escuché en ningún momento que se te cerrara la voz, al contrario!!
Yo creo que tienes con que!! si no te sientes segura tal vez unas clases de canto podrian lograr un mejor resultado, pero yo creo que el talento esta ahí... yo por el contrario, como dijo mi amigo el cuate... canto feo pero juerte!! jajajja
Te mando un abrazote Keru..
Nancy
Publicar un comentario