enero 05, 2009

Arrancando en año

Hoy, como excepción de los lunes tradicionales de limpieza, no hice mis quehaceres como la Chacha sino como la Señora de la Casa. Qué friega eh!. Me había venido haciendo la loca en el último mes limpiando "por donde vea la suegra", pero como en todo, la vida pasa factura y hoy me tocó pagarla a mí. Y es que con tanta fiesta del maratón Guadalupe-Reyes que gracias a Dios terminó ayer, el tiempo era algo que no sobraba en mi apretada agenda a pesar de las vacaciones escolares.

Es increíble la cantidad de basura que pueden generar dos criaturitas de cinco y ocho años de edad, pero aún más increíble es el lugar en donde éstos pingos se las ingenian para esconderla. Desde pedazos de galletas duros y llenos de hongos dentro de un frasco de vidrio en la caja de los juguetes, hasta calcetines apestosos empacados muy meticulosamente en la funda de una almohada. Mi maridis no canta tan mal las rancheras, tarjetitas de presentación a lo largo y ancho del buró del lado de su cama, junto con tickets de compra y post-it a granel. Lo peor de todo es estarse agachando cada medio segundo para recoger los que "involuntariamente" cayeron al piso aagghhh!.

Sacudir el polvo fué algo más que miles de estornudos, sobre todo al mover los muebles pegados a la pared, en donde la pelusa se burló de mí interminablemente. Ahí andaba yo correteándola, la condenada no se dejaba y hasta el vecino pudo escuchar sus carcajadas riéndose de ésta anciana aspiradora en mano. La Ley de Murphy o podía faltar y cuando más cansada estaba, agité un frasco de pastillas para despegarlas pensando que era de plástico y sin querer lo golpeé contra el lavabo. Por supuesto el frasco era de ese tipo vidrio que al romperse saltan miles de pedacitos como si de confetti se tratara, y el lavabo mojado, chin!.

Ya entrada en gastos y más resignada que nunca, me relajé un muchito y "flojita y cooperando" me dediqué a cambiar de lugar los muebles de los cuartos de los peques. También recibí como regalo navideño un librero para (por fin!) poner un poco de orden en un rinconcito de mi recámara, que más bien parecía el deshuesadero de una tienda de libros usados. Me aventé todo un turno, ocho horas de trabajo intenso con mi respectiva hora de comida (que incluyó la preparación también), luego todavía hay quien me pregunta "¿y tu no trabajas?" (WTF??!!!).

En fin, que terminé el año muy enfiestada pero comencé éste muy trabajada, creo que haciendo cuentas no está nada mal. Dicen que donde hay trabajo hay vida, así que yo puedo decir que estoy llenísima de ella ja!. Si no, solo hay que preguntarle a mi espalda. Por lo pronto, y para alegrarnos el día, aquí una probadita de lo que os relataré mañana:



Feliz vuelta a la realidad!!!

2 comentarios:

NN dijo...

Hola, te dejo un abrazo y lo mejor para este año.

saludos ¡

Nelly

kerubin@ dijo...

NN: Gracias Nelly, igualmente que tengas un año de super lux! Saluditos.