junio 21, 2008

Angel enamorado

Desde que murió mi padre, mi madre vive sola en la casa de la que todos salimos para formar nuestras respectivas familias. Nunca ha querido irse con ninguno de mis hermanos que se lo han ofrecido, hace poco me confesó que el primer año de soledad fué un infierno para ella porque vivió muchísimas noches sin dormir, presa del miedo de estar sola: jamás lo había estado en su vida. La casa tiene tres puertas desde las que se puede accesar de la calle, todas tienen sus prespectivas cerraduras dobles que fueron debidamente renovadas tras la defunción de mi papá y mi madre se asegura que estén selladas todos los días antes de ir a dormir. La entrada principal además, tiene un pasador tamaño XXL que solo puede ser abierto o cerrado manualmente desde dentro y la reja de la calle tiene también un candado de las mismas dimensiones. Por si fuera poco, su cuarto también tiene cerradura con llave; en pocas palabras, todas las noches ella está protegida a piedra y lodo de quien se quiera atrever a sorprenderla, toda una fortaleza de llaves y candados.

Yo siempre le había dicho que tanto hermetismo podría llegar a jugarle una mala pasada, que no era bueno en caso de un accidente, porque la ayuda se vería muy limitada con tanto obstáculo. Ella, terca, jamás me hizo caso. Hoy por la mañana me contó que hace unos días, mis palabras se hicieron casi realidad (bendito casi): una mañana llegó la señora de la limpieza cuando mi madre todavía dormía, la señora le gritó varias veces por la ventana hasta que logró despertarla y mi sacrosanta se dispuso a ir a quitar los veintemil candados. Cuando quiso abrir la puerta del cuarto, la perilla simplemente no respondió a ningún movimiento y se dió cuenta que se había quedado encerrada.

Inmediatamente llamó por teléfono a uno de mis hermanos que vive cerca y le contó lo sucedido, éste llegó como rayo a los pocos minutos y lo primero que se le ocurrió fué trepar la reja para subir al techo con el fin de bajar por el patio y romper el cristal de una de las ventanas de la cocina, cerca de la cual estaba la llave de esa puerta. El tiene llave de las puertas de la reja y la entrada principal, pero el pasador de ésta última seguía siendo el problema. Mi mamá, ya un poco desesperada, comenzó a llamarles a mis otros hermanos para entretenerse un rato y no ser presa de los nervios. De pronto sonó el teléfono:

"¿mami, donde está la llave del cuarto?" era mi hermano (el mismo que se iba a
saltar la reja)

"Ya entraste?"

"Sí" le contestó a solo unos centímetros de ella, del otro lado de la puerta.

En dos segundos estaban abrazándose y riéndose como locos. Mi mamá no salía de asombro al ver que no había roto ningún cristal, ni forzado ninguna cerradura. Después de algunas bromas y de la insistencia de mi mamá porque le dijera cómo lo había hecho, la cosa se puso un poco solemne. Mi hermanó le contó:

"Me iba a subir por la reja, pero pensé en cómo me bajaría por el patio y no encontré la forma. Medio me puse nervioso y pensé: 'Papi, tu que siempre me ayudas, que adoras a mi mamá y que no quieres que le pase nada, dime cómo la saco de ahí'. Volteé de nuevo a la puerta, se me ocurrió quitar la tela mosquitera que está a un lado e intentar romper el vidrio para quitar el pasador de la puerta. Pero no sé por qué antes de romperlo se me ocurrió jalar la ventana hacia un lado sin pensar que si estaba cerrada con la manija, aquello no funcionaría. Y efectivamente, se abrió como si los fierros tuvieran mantequilla. Así que le debes una a mi papá, que te cuida desde el cielo".

Por supuesto que eso la hizo llorar como Magdalena, solamente unos días antes había estado en el cementerio visitando su tumba por el día del padre y ese episodio la hizo sentir de nuevo su presencia y su amor a pesar de la muerte. Otra vez mis hermanos le insistieron en vender la casa e irse con alguno de ellos, pero ella muy tranquila les contestó que no era necesario, que ya no tenía miedo porque sabía que tenía a su ángel que la cuidaba desde allá arriba!.

Gracias papi!

3 comentarios:

Ruth dijo...

Que linda experiencia Keru, que bueno que este tu papi cuidandoles.

Saludos.

Nancy dijo...

Keru que lindo ha de ser para alguien saber que el ser amado sigue pendiente de uno desde allá donde se encuentra.. debió ser muy lindo para tu mami.

Un saludote!!

kerubin@ dijo...

@ Ruth: Ay si, a mi también se me enchinó la piel cuando mi mama me lo contó. Ya no te pierdas tanto!

@ Nancy: Claro que si, sobre todo ellos que estuvieron más de sesenta años juntos!