Murphy's law

Hasta hace dos navidades, mi maridis sufría mucho con su ropa de trabajo porque casi a diario tiene que usar traje y por lo menos debe tener dos de cada temporada para alternarlos durante la semana, lo que representa un gasto algo considerable (sobre todo por lo codos que somos los dos, ja ja ja). La mayoría de los suizos tienen una colgadera en los balcones para "orear" las camisas por las noches y que al día siguiente queden lista para usarse de nuevo (según ellos, porque ni desodorante usan, imagínenese el aroma!), pero con los trajes y con lo descuidado que es mi maridis aquello no funcionaba ya que los pantalones quedan tan arrugados después de un día de trabajo, como si los hubieran metido un Tetra-Pak. A mis suegros se les ocurrió regalarle un aparatejo como el de la imagen, es una plancha vertical a vapor, especial para esas telas. Se coloca el pantalón entre la tabla que está semiabierta y se cierra, el saco obviamente se cuelga en el gancho de la parte posterior, al accionar el botón tipo reloj de la parte superior derecha con el que se regula el tiempo empieza a planchar a vapor las dos piezas y adiós arrugas en unos minutos. Queda como mandado a la tintorería. Lo que no han inventado éstas gentes!

Ayer noche, se le olvidó a Don Maridis accionar el botoncillo de START, se dió cuenta hasta hoy en la mañana pero no fué gran tragedia, checó su agenda y se dió cuenta que no tenía ninguna junta formal o algo por el estilo. Decidió que hoy no vestiría "el uniforme" y se puso unos cómodos jeans, pero con camisa y saco informales para no ir del todo "desaliñado". Durante el trayecto en el tren, recibió una llamada de su jefe donde le informaba que se sentía muy mal y no podría ir a la oficina, mi maridis muy tierno él le dijo que no se preocupara y que le deseaba que se recuperar pronto. Pero el buen hombre no le dejó terminar diciéndole que hoy tenía una junta con el mero mero petatero de la empresa y que ya le había informado que "Don Kerubín va a ir en mi lugar" WTF!!!! El pobre sentado ahí en su vagón del tren, en medio de la nada entre granjas y vacas pastando, vestido como para un Lounge en un bar cualquiera a una hora de la mentada cita! Patas p'a qué son!!!

Inmediatamente bajando del tren corrió a la primera tienda que se le ocurrió, compró una corbata, una camisa blanca y, como los rancheros (así decía mi mamá), se los puso ahí mismo. Acto seguido me llamó por teléfono, para contarme todo el rollo, a mi me dió risa pero él me aclaró que me lo decía para que luego no saliera con que esa ropa no la llevaba cuando salió de casa ... para que no fuera a pensar otra cosa WTF! ¿Me conocerá algo? Lo bueno es que no se fué en tennis el ingrato, o con sus bototas vaqueras y su cinto de pita que le encanta presumir cada que puede ja ja ja!. Bien me decía mi abuela, que al trabajo hay que ir presentable en toda ocasión, ahora sé por qué.

Sean felices!