julio 27, 2007

De vuelta a la realidad

Apenas llevo 24 horas de haber llegado a mi rancho, y todavía no termina de caerme el veinte de estar de nuevo en casa, pareciera que estuve fuera meses y meses. Tal vez porque fueron las primeras vacaciones en muchos años que disfrutamos todos al cien porciento. Ya no fué necesario cargar con toneladas de cosas "por si ésto, por si lo otro", y es que mis hijos ya no son unas criaturitas de las que hay que andar detrás en todo momento, a su corta edad cargan ellos sus maletas y se cuidan mucho de no alejarse de donde estemos nosotros.


Nuestro destino fué una playa, que además de cálida en sentido humano, nos fué muy familiar en cultura e idioma. Pasamos una semana totalmente diferente a lo que es nuestra rutina diaria, inclusive a todas nuestras vacaciones anteriores, donde lo importante era siempre cuidar de tener divertidos y entretenidos a los peques.Hubo de todo, desde ver como en dos días los niños aprendieron a nadar y jugar solos en la alberca y la playa, hasta los dolores de cabeza con mi hijo perdido (ni qué contar de los diez minutos más angustiosos de mi vida entera, hasta que me lo entregaron un par de policías) y los interminables NO en las calles llenas de puestos con mil y un jugetes, de los que por supuesto mis hijos los querían todos. La ciudad no es muy grande, pero esta abarrotada de extranjeros que en su mayoría huyen del frío clima de la Europa del Norte y que bajan a residir a orillas del mediterráneo gracias a las leyes de la Unión Europea, que les permite establecerse en cualquiera de sus países miembros con un mínimo de restricciones.

Es curioso, pero a pesar de estar en un país de habla hispana, la mayor parte del tiempo teníamos que hablar en inglés: el mesero del restaurant donde desayunábamos era holandés, la dependienta del local de al lado era china, la persona que nos entregó el departamento era islandesa, el salvavidas de la alberca del edificio era turco y ninguno de ellos hablaba español! Lo bueno es que nosotros nos íbamos a las playas menos turísticas y visitábamos las zonas más antiguas donde por lo general hay gente originaria de ese lugar, así nos sentíamos más "en confianza".

También encontramos un sinfín de parques temáticos y acuáticos en los que, por lo menos en dos de ellos, nos pasamos dos días entre toboganes y juegos mecánicos. La sorpresa del viaje fué ver que Christof perdió todo el miedo que le tenía a las montañanas rusas y canoas que caen al agua desde una altura considerable tipo Six Flags, por primera vez nos subimos los cuatro en los juegos más intrépidos (la pequeña Zara nunca le tenido miedo a esa clase de aparatejos, pero si mucho coraje a los empleados que no la dejan subir a los juegos peligrosos debido a su diminuta estatura y edad) sin importar los tiempos de espera en las largas filas.

En esos ocho días nos desconectamos casi totalmente del mundo, aunque nos llevamos nuestros celulares, acordamos que solo los encenderíamos una vez al día para recibir mensajes a los que sólo contestaríamos en caso de una emergencia. Mis hijos y yo, nos olvidamos por completo de series de televisión, videojuegos e internet; a decir verdad ni falta nos hizo, bastante entretenimiento teníamos durante el día, que a las diez de la noche caíamos todos rendidos a los brazos de Morfeo (creo que en los últimos ocho años, no había dormido tantísimo como en éstos benditos días).



El último día fué el más pesado, todos queríamos volver a casa hartos de sol, mariscos y pieles tostadísimas más que bronceadas; extrañábamos el fresquito de Suiza más que nunca y no nos decepcionamos al encontrarnos con un clima de 24°C a nuestra llegada. Mi amigo Luismi (el cura) nos hizo favor de recogernos en el aeropuerto y nada nos dió más gusto que verlo en la puerta de la sala de "arrivals", tanto, que Zara casi lo tira al piso cuando corrió a abrazarlo. Ahora, con las pilas bien re-cargadas, solo nos queda esperar el próximo período vacacional. No sabemos cuando será ni a donde nos llevará, tal vez a México ó simplemente sea el patio de nuestra casa, lo importante será estar como siempre: en familia.

Gracias por su paciencia y sus comentarios, feliz finde!


7 comentarios:

Nancy dijo...

Keru, feliz de que estés de regreso, que bonitas vacaciones, me alegra saber que las disfrutaste al igual que el resto de tu familia.

Suele suceder que las areas turísticas de los paises de habla hispana hablen puro inglés ya ves en Cancún pasa algo similar.

Por lo que leo se te desapareció por un rato tu niño vdd?, yo pasé una vez ese infierno en Plaza Sesamo, son los minutos mas angustiantes como tu dices, lo bueno es que todo salió bien y no pasó a mayores.

Te mando un grab abrazo de bienvenida, te extrañamos por aquí.

Nancy

Anónimo dijo...

Keru, bienvenida de tus vacaciones!!! que bueno que te la pasaste muy bien :D, me encanto el video tus hijos estan hermosos, me encanto Zara super coqueta.

Ya te extranaba!!

Saludos y que bueno que ya estas aqui.

Clau F

Dennile dijo...

Bienvenida !
Que bueno que tuvieron la oportunidad de recargar baterias, aunque a veces cuesta regresar a la rutina, siempre se siente que valio la pena todo el esfuerzo del trabajo, administrar una casa y la escuela durante el periodo y que hay que echarle ganas para ganarnos otras vacaciones.

Son una familia preciosa.

Gracias por tu comentario y por aquí estaremos saludando :)

Denn

Alexander Strauffon dijo...

Que bueno que tu ausencia fue solo temporal.

Anónimo dijo...

Fantasticas vacaciones!! Felicidades!! se lo merecen.
Gracias por compartir esos bellos momentos.

Bere dijo...

Que padre que te la pasaste de lujo amigocha!!!!, y mirala ahorita si has de andar bien bronceadota !!!, y una con color ataud . Abrazos y miles de saludos a tus peques!!!

Trisha Kross dijo...

Que bueno que se la pasaron bien y en familia! que eso es lo mas padre!

bienvendia de nuevo ((aunke que tengas varios dias de regeso y yo paneas me doy cuenta))

saludos y que tengas buen fin de semana