Como buena cuarentona, yo también crecí viendo ésta serie de televisión que ha hecho reír, y en ocasiones hasta llorar, a muchas generaciones mexicanas y de América Latina convirtiéndose en un ícono infantil de todos los tiempos. Tomó su título debido a que empezó transmitiéndose en el antiguo canal 8, antes de fusionarse con Telesistema Mexicano y pasar a ser lo que hoy conocemos como Canal 5 (XHGC) del consorcio Televisa (Televisión Vía Satélite).
Sus personajes eran, o lo siguen siendo, la delicia de los pequeñines en infinidad de situaciones cómicas. Algunos de sus clichés siguen vigentes hasta nuestros días; quién no ha repetido alguna vez alguna frase como "bueno pero no te enooojes", "eso, eso, eso, eso" o "fué sin querer queriendo"? Y si no es así, por lo menos permanece en la memoria de muchísima gente.
Con el paso del tiempo, conforme iba creciendo, reconozco que llegó a caerme mal, y no me explicaba como seguía presente en la programación televisiva durante tantos años. Algunos personajes desaparecieron, se convirtió en una serie unitaria y el nombre se acortó a El Chavo. La respuesta llegó muchos años después, hace unos meses, cuando por fin pude tener acceso a Galavisión, único medio mexicano que se trasmite en Europa.
Todas las noches, mis hijos se bañan antes de acostarse, el ritual era el mismo cada vez: la ducha, secarles el cabello y contarles una historia. Pero a raíz de la conexión de la parabólica, éste rito nocturno coincidió con la transmisión precisamente de El Chavo del 8. Siempre cambiaba de canal mientras se terminaba ésta serie a la que llegué a ser fóbica, pero una vez la casualidad de no encontrar el control remoto hizo que mis hijos se fijaran en lo que ahí sucedía. Desde entonces no hay noche en la que no me hagan preguntas sobre los personajes y las situaciones. Es una ternura escuchar a la tremenda Zara preguntarme por qué Don Ramón le da coscorrones al Chavo?, dónde están los papás del Chavo?, por qué la Chilindrina se pone el suétar torcido?, por qué Quico tiene esos chachetes tan grandotes?
Christof, que es muy paternalista con su hermanita, trata de despejarle sus dudas con respuestas sencillas o un simple "porque sí". Tal vez sea esta situación o el tiempo que pasé sin ver este programa el que me ha hecho verlo con otros ojos, tal vez sea que al compararlo con otras series aún de caricaturas que El Chavo siempre sale ganando. En un mundo infantil lleno de Yugi Oh, Transformers, Power Rangers ó hasta los "tiernos" Lilo y Stitch, compuesto en su mayoría por temáticas sanguinarias y aguerridas, el inocente Chavo siempre es un atractivo para los peques de la casa. Porque a pesar de tanta mercadotecnia y tecnología de punta a los niños les sigue interesando eso precisamente: historias de niños.
Gracias a Dios es viernes!!! Para mis querubines comienza otro período vacacional y en México "puente".
Sus personajes eran, o lo siguen siendo, la delicia de los pequeñines en infinidad de situaciones cómicas. Algunos de sus clichés siguen vigentes hasta nuestros días; quién no ha repetido alguna vez alguna frase como "bueno pero no te enooojes", "eso, eso, eso, eso" o "fué sin querer queriendo"? Y si no es así, por lo menos permanece en la memoria de muchísima gente.
Con el paso del tiempo, conforme iba creciendo, reconozco que llegó a caerme mal, y no me explicaba como seguía presente en la programación televisiva durante tantos años. Algunos personajes desaparecieron, se convirtió en una serie unitaria y el nombre se acortó a El Chavo. La respuesta llegó muchos años después, hace unos meses, cuando por fin pude tener acceso a Galavisión, único medio mexicano que se trasmite en Europa.
Todas las noches, mis hijos se bañan antes de acostarse, el ritual era el mismo cada vez: la ducha, secarles el cabello y contarles una historia. Pero a raíz de la conexión de la parabólica, éste rito nocturno coincidió con la transmisión precisamente de El Chavo del 8. Siempre cambiaba de canal mientras se terminaba ésta serie a la que llegué a ser fóbica, pero una vez la casualidad de no encontrar el control remoto hizo que mis hijos se fijaran en lo que ahí sucedía. Desde entonces no hay noche en la que no me hagan preguntas sobre los personajes y las situaciones. Es una ternura escuchar a la tremenda Zara preguntarme por qué Don Ramón le da coscorrones al Chavo?, dónde están los papás del Chavo?, por qué la Chilindrina se pone el suétar torcido?, por qué Quico tiene esos chachetes tan grandotes?
Christof, que es muy paternalista con su hermanita, trata de despejarle sus dudas con respuestas sencillas o un simple "porque sí". Tal vez sea esta situación o el tiempo que pasé sin ver este programa el que me ha hecho verlo con otros ojos, tal vez sea que al compararlo con otras series aún de caricaturas que El Chavo siempre sale ganando. En un mundo infantil lleno de Yugi Oh, Transformers, Power Rangers ó hasta los "tiernos" Lilo y Stitch, compuesto en su mayoría por temáticas sanguinarias y aguerridas, el inocente Chavo siempre es un atractivo para los peques de la casa. Porque a pesar de tanta mercadotecnia y tecnología de punta a los niños les sigue interesando eso precisamente: historias de niños.
Gracias a Dios es viernes!!! Para mis querubines comienza otro período vacacional y en México "puente".
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