diciembre 12, 2006

Las maravillas del láser

Desde hace seis años, comenzaron a salirme tres molestos tumorcillos blandos alrededor del cuello (conocidos comunmente como verrugas), que al rozar con la ropa, collares ó gargantillas dolían un poco; además de uno pequeño muy cerca de mi ojo derecho. Una persona me recomendó con un doctor dedicado en parte a la cirugía estética, luego me enteré que este señor es el mero mero de toda la región en cuanto al uso del láser con fines médicos y no lo pensé dos veces antes de hacer la cita para hoy.

En un principio, la consulta era para saber si se podrían remover éstas molestas y antiestéticas "bolitas de piel", para fijar una cita posterior y sobre todo para saber de "a cómo" iba a ser el chistecito. Pero ya estando allí, después de dos minutos de haberme sentado, el doc me examina con un scanner tipo lupa electrónica conectada a un monitor. En seguida me dice "dos cosas: te las puedo quitar en este momento y por el costo no te preocupes, lo paga el seguro".

Tres minutos más tarde y después de haberme tapado los ojos con unas vendas, estaba el galeno inyectándome algo de anestesia en cada lugar de mi cuello donde estaba cada una de las bolitas (menos en el ojo), de pronto escucho algo así como el ruido del esmeril de los dentistas yyyyrrrrrrrrrr!!!!!!!!!! y después un fuerte olor a chicharrón prensado recién hecho de la Carnicería Ramos. Todo iba bien con el dichoso láser, cero dolor (ya la persona que me recomendó éste obseso de la estética me había advertido su gusto por hacer este tipo de cosas) hasta que de pronto dice "ahh mira, acá hay otra muy pequeñita" al tiempo de quemarla instantáneamente así sin anestesia. Siguió con la del ojo, que tampoco había anestesiado, y fueron éstas dos últimas las que me hicieron amar a Dios en tierra de indios, jijoesú como duele eso!

Todo el show duró poco menos de 20 minutos, no tuve que pagar ni un sólo franco y lo mejor es hace un rato me quité las gasas y la verdad no se ve nada; pero nada de nada, quedé como nueva. Aunque me advirtió que tal vez volverían a salir, ahora ya no me preocupo, ya me sé el caminito. Si no le pido a Dios que me dé, sino que me ponga donde hay!

La compulsión del dia:

Abur!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola Querubina!! oye que historia eso de los bochos... y como le fue a tu hermano??

Y que cres en mi trabajo ya no puedo leer a nadie de blogspot.com jajaja ahora estoy en mi casa navegando por nesecidad.

¡Paz y buena vibra!

kerubin@ dijo...

Elvis: Para seguir con el chal, pues el pobre de mi hermano, se pasó toda la noche sentado en la orilla de su cama pensando qué le diría al dueño de la empresa, cómo me dolió verlo asi sobre todo porque a mí no me dijo absolutamente nada!. Al día siguiente, cuando se presentó a trabajar fué directo a la oficina del boss y se le contó todo tal cual.

La respuesta del bendito señor fué "no te preocupes Inge, ten las llaves del otro coche, y por favor ya no se las sueltes a tu hermanita!".

Para el resto de curiosos: ésta historia comienza en los comentarios de éste post http://lulabeth.wordpress.com/2006/12/12/los-vochitos/

Saludos!