septiembre 07, 2006

Aguas con el gorila

Era domingo, y el zoológico estaba lleno de visitantes. Todos querían ver la nueva adquisición del parque: un enorme gorila traído de una remota región de África donde nunca el hombre ha dejado huella.

Entre los que acudieron a contemplarlo se hallaba un paralítico en su silla
de ruedas. De pronto se produjo una enorme conmoción: el gorila se había enfurecido;
mostraba dientes y garras en actitud de ataque; dándose tremendos golpes en
el pecho. La gente retrocedía asustada. El fiero animal empezó con sus membrudos brazos a doblar los barrotes de su jaula. Los rompió, y salió de ella.

Espantada, la gente echo a correr por todas partes. El pobre paralítico también se apresuraba en su silla de ruedas, pero se iba quedando atrás, casi al alcance del gorila, que corría tras de la muchedumbre.

Un guardia que acudía vio los apuros del desdichado paralítico y empezó a gritar, a fin de que la gente lo ayudara:
"- El paralítico! El paralítico!".

Y el paralítico apresuraba su paso con mas velocidad, cuando el guardia volvía a gritar : "- El paralítico! El paralítico!".

Se voltea éste y le grita con gran rencor al guardia:
"-Deja que el gorila escoja, hijo de tu pinche madre!!!"

1 comentario:

alba-dj dijo...

Jajajajaja. que barbara, me ataque de la risa,,,mi marido nomas me mira desde la cocina y me echa un ojo,,,no sabe de que me rio,,jejejej muy bueno,,muy bueno ;)

buenos dias alla,, buenas noches aca