Había muy pocas actuaciones con las que los peques podían aburrirse, todo era color, música, animales, malabarismo, trapecistas, payasos, motos a toda velocidad en una esfera de metal; en fin, actos de los que no se podían quitar los ojos de encima. Pero, eso era en Mon-te-rrey! Yo no sé si el circo en México siga siendo de esta forma, el que presencié ayer estaba lejos de ser todo aquello que yo había recordado al llegar a la entrada. Me explico:
Para empezar su nombre es "Circo Nacional Suizo Knie", según ellos es el circo oficial de este país, no porque pertenezca al Estado, es privado y con una larga tradición en estas tierras. Además se ha hecho famoso en los últimos años porque uno de sus propietarios formó parte de la colección de hombres de una princesita de pacotilla, perteneciente a una de las casa reales que más ha dado de qué hablar en los últimos meses, pero ahora por su recién estrenado monarca (antes la escandalosa era ella, y algunas décadas anteriores su hermana mayor).
En la entrada un enano con la cara maquillada como mimo y un jovencito con cara de latino VENDIAN los programas, en el baño un hombre vestido de domador COBRABA por pasar al inodoro!!!, al lado de la carpa había una especie de zoológico con muchos animales, por supuesto que para entrar también había una taquilla, a poco pensaban que era gratis? Estos es el primer mundo señores, no fregaderas.
Bueno, en cuanto al espectáculo ofrecido, es casi en su totalidad tremendamente aburrido para los niños. Es imposible de creer, pero no vimos UN solo payaso en toda la función. Los únicos animales que dieron show fueron una llamas que no hicieron otra cosa que darle vueltas a la arena, un caballo montado por una española que lo hacía bailar levantando las patas delanteras y los elefantes haciendo lo mismo que las llamas. Lo demás fueron una chinas que bailaban al mismo tiempo que los trompos que traían en las manos, unos argentinos que trepaban en un palo a ritmo de tango, unos rusos que sostenían un tubo sobre el que otro hacía marometas y caía de nuevo sobre el tubo y un grupo baile contemporáneo tipo "american cheerleaders". Eso sí, toda la múica fué en vivo con una orquesta tipo años 50's.
En este punto, mi hija dormía sobre mis piernas, y mi hijo jugaba con otros niños que conoció allí, corriendo por entre las sillas. Faltaban solo unos minutos para el final, cuando de pronto la orquesta dejó de tocar y una música estridentemente latina dió inicio a lo que, según nosotros, fué el mayor atractivo de la tarde: Un par de muchachos latinamericanos (si, uno de ellos era el que vendía los programas en la entrada) trepaban por un columpio metálico enorme suspendido por cuerdas desde el centro de la arena, tenía en sus extemos dos aros que ellos mismos hacían girar como ratones de laboratorio. Aquí todo mundo despertó del letargo de dos horas del intento de Cirque du Soleil "de petatiux", y todo fué aplaudir y gritar de emoción:
Esto si es circo, esto si es un espectáculo para niños, no en valde existe el tan socorrido slogan, COMO MEXICO NO HAY DOS, yo por lo pronto me quedo con mis recuerdos!
Hasta la próxima.
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