Ayer tuvo Christof su excursión de primavera en la escuela, los llevaron a un zoológico que está a unas dos horas de camino en autobús por lo que estuvo todo el día fuera de casa. Cuando regresábamos de recorgerlo en la escuela me topé en la entrada de la calle a mi vecino, el esposo de la coreana que tantos corajes me ha hecho pasar, estaba repartiendo unas cajas de cartón entre los demás vecinos. Apenas llegamos a la casa, y cuando me disponía a vaciar la mochila de Chris en su cuarto para luego empezar a cocinar la cena, se oyó el timbre de la puerta. Zara bajó corriendo y abrió, de la misma forma subió y me dijo con ojos desorbitados que se trataba de mi vecina, si, la coreana.
La sangre se me fué al piso, bajé las escaleras despacio pensando en qué habré hecho mal ahora para que venga ésta vieja a echarme "la aburridora" de nuevo y en automático empecé a mentalizarme para aventarme un nuevo round. Cuando llegué a la puerta mis ojos no daban crédito a lo que estaban viendo: era mi vecina con una cara de borregoamediomorir, una sonrisilla nerviosa y una caja igual a la que había visto en manos de su marido momentos antes en la puerta de otro de los vecinos. Le pregunté con la poca amabilidad que me quedaba para ella, qué se le ofrecía y ella inmediatamente me soltó lo siguiente: "Vengo a preguntarte si me aceptas ésta caja con dulces de chocolate porque a mi marido le regalaron muchas y nosotros no podemos consumirlas todas, por eso se las estamos ofreciendo a todos". Era una caja con 24 bolsas que contienen pequeñas galletas estilo brownies de una marca muy conocida en Suiza y nada barata.
Los nervios me traicionaron y no entendí bien, por lo que pregunté "me la estás vendiendo?" y ella todavía más nerviosa que yo me explicó que no, que era un regalo. Volteé mas allá en dirección de su casa y ahí estaba su marido viéndonos y oyéndonos, ante mi mirada él asintió con la cabeza, yo con voz de estúpida y tratándome de hacer la graciosa les dije que cómo no, que mientras sea gratis, me traigan lo que sea. Ellos rieron de mi ocurrencia mientras yo tomaba del brazo a la coreana para darle un beso en la mejilla, ella entre risas me decía que no como avergonzada y yo no la solté hasta que se lo dí ... y bien tronado. Le di las gracias y al ella también me abrazó. Se despidió de mí y ya de espaldas camino a su casa me dijo "Ahh feliz cumpleaños!".
Es así como termina un pleito de casi dos años y doy gracias que haya sido ella la que dió ese paso, pudiendo haberlo hecho su marido como con el resto de los vecinos, me imagino que lo hizo ella con el fin de reconciliar la mala leche en la que estuvimos envueltas todo este tiempo. Ahhhh me siento super contenta, aunque no creo que volvamos a retomar la relación que llevábamos antes, por lo menos las fricciones quedaron sanadas con éste gesto de su parte.
Que bonito es lo bonito, que no?
La sangre se me fué al piso, bajé las escaleras despacio pensando en qué habré hecho mal ahora para que venga ésta vieja a echarme "la aburridora" de nuevo y en automático empecé a mentalizarme para aventarme un nuevo round. Cuando llegué a la puerta mis ojos no daban crédito a lo que estaban viendo: era mi vecina con una cara de borregoamediomorir, una sonrisilla nerviosa y una caja igual a la que había visto en manos de su marido momentos antes en la puerta de otro de los vecinos. Le pregunté con la poca amabilidad que me quedaba para ella, qué se le ofrecía y ella inmediatamente me soltó lo siguiente: "Vengo a preguntarte si me aceptas ésta caja con dulces de chocolate porque a mi marido le regalaron muchas y nosotros no podemos consumirlas todas, por eso se las estamos ofreciendo a todos". Era una caja con 24 bolsas que contienen pequeñas galletas estilo brownies de una marca muy conocida en Suiza y nada barata.
Los nervios me traicionaron y no entendí bien, por lo que pregunté "me la estás vendiendo?" y ella todavía más nerviosa que yo me explicó que no, que era un regalo. Volteé mas allá en dirección de su casa y ahí estaba su marido viéndonos y oyéndonos, ante mi mirada él asintió con la cabeza, yo con voz de estúpida y tratándome de hacer la graciosa les dije que cómo no, que mientras sea gratis, me traigan lo que sea. Ellos rieron de mi ocurrencia mientras yo tomaba del brazo a la coreana para darle un beso en la mejilla, ella entre risas me decía que no como avergonzada y yo no la solté hasta que se lo dí ... y bien tronado. Le di las gracias y al ella también me abrazó. Se despidió de mí y ya de espaldas camino a su casa me dijo "Ahh feliz cumpleaños!".
Es así como termina un pleito de casi dos años y doy gracias que haya sido ella la que dió ese paso, pudiendo haberlo hecho su marido como con el resto de los vecinos, me imagino que lo hizo ella con el fin de reconciliar la mala leche en la que estuvimos envueltas todo este tiempo. Ahhhh me siento super contenta, aunque no creo que volvamos a retomar la relación que llevábamos antes, por lo menos las fricciones quedaron sanadas con éste gesto de su parte.
Que bonito es lo bonito, que no?
que bueno keru!! oye aca en mi rancho cuando pasa algo así dicen " no se vaya a venir un aguacero"..
ResponderBorrarque bonito es lo bonito!! yy sorpresas te da la vida!! y ya porque si no me la paso puros dichos! ;)
Me alegro muchísimo Keru!! yo ya le tenía 'mala voluntad' a la koreana jajajaja.
ResponderBorrarNo hay nada que se compare a la tranquilidad que ofrece una buena relación con los vecinos :D
Saludos!
Igual va a terapia, o ... Dios existe.. jajajaja.. saludos..
ResponderBorrarpor cierto se de otras que deberian ir.. no manches de que hay morras alucinadas y ya treintonas que ni que nomas hay que ver a una de milan que se mal viaja en las nubes jajajaja..
ResponderBorraramigaaaaaaa!! ya no le voy a decir ojos de escaner jajajajaa, me alegro mucho Keru porque se que es muy estresante, es mejor tener al vecino de amigo que de enemigo por aquello de la salud mental, te mando muchos besotes!!
ResponderBorrar@ Jenny: Pues fíjate que tu boca fué de angel porque la verdad es que si cayó un aguacero de aquellos, ji ji!
ResponderBorrar@ Norma: Ay si, yo también estoy muy contenta y tranquila, ahora mis hijos pueden ir a jugar a su casa y ya no se oyen los gritos regañando solo a los míos. Bien dicen que nadie se puede resistir al amor, y ella no fué la excepción ya que yo nunda dejé de tratar bien y sus hijos. Por lo menos aprendió la lección la ojos de scanner esa! ji ji ji.
@ Anónimo: Seguro es lo segundo "Dios existe!".
@ Bere: Pues yo creo que no volveremos a ser amigas, pero por lo menos las fricciones ya desaparecieron, lo demás solo Dios lo sabe.
Keru: igual quisiera yo que pasara en mi caso. Hay una compañera de trabajo, que "casualmente" vive a media cuadra de mi casa. Pero nomás no nos llevamos, ya que aunque no le he hecho nada, no me puede ni ver, pero no sé por qué. Y a mi me gustaría tanto ser su amiga...pero por más que he tratado de caerle bien no me quiere. En fin, ojalá algun día se quitara su soberbia ya que yo ya he hecho mucho y no puedo hacer más.
ResponderBorrarQue bueno que en tu caso no vas a sentir esa mala vibra de los pleitos que alguna vez tuvieron.
Saludos desde México y un gran abrazo