Contigo pan y cebolla

Con ésta frase la mayoría de nuestras abuelas y madres le dieron el sí a sus respectivos susodichos en señal de que su amor sería suficiente para soportar apreturas econónimas una vez realizado el matrimonio. Lo típico: el hombre como proveedor de los dineros y la mujercita pendiente de que en casa todo funcionara como relojito suizo. En éstos tiempos la cosa ha cambiado, vaya que si ha cambiado! sobre todo para la 'mujercita', que sigue en sus quehaceres domésticos más... un empleo adicional que les permita lo que antes con un solo sueldo bastaba. Eso es normal, la mujer de hoy no se conforma con pan y cebolla, ahora queremos cortinas compradas en McAllen y que nuestros hijos se eduquen con la mejor tecnología posible. Todo en pro de hacer 'muchachos' preparados y de bien, al final se lucha en pareja por un bien común y eso es lo que importa no?.

La cultura suiza es muy diferente de que ésta que conocemos, la latina en general, la mujer en Europa ha luchado tanto por un lugar equitativo en la sociedad al estereotipo masculino, que ésto se ha ido extendiendo a otros aspectos. Me comentaba una amiga mexicana también casada con un suizo, que su marido un día le pidió buscar un empleo 'las niñas ya están grandes, no te necesitan tanto y ya es hora de que contribuyas al gasto familiar', así de directo. Otra paisana después de los primeros dos años de llegar acá, comenzó a hacer manualidades para vender en la pasada navidad 'mi marido me dijo que tenía que trabjar en algo y como todavía no aprendo el alemán, solo se me ocurrió hacer ésto para ayudarlo económicamente'. También conozco a otras que sin haberse visto obligadas por el cónyuge a llevar dinero a la casa, trabajan por decisión propia y por tener una calidad de vida mejor, son pocas pero las hay también. Y habemos las que con el son de 'ver crecer a nuestros hijos' nos pasamos los días rascánonos la panza y extendiendo la mano, ja! es broma eh!.

Ya me salí del tema, hablaba de las parejas suizas y de cómo la igualdad de sexos se ha tomado tan a pecho. Me vino a la cabeza el tema porque hoy por la tarde cuando llevaba a Christof a su clase de Kung Fu, encontré a una de mis vecinas en el camino. Había nevado toda la noche y parte de la mañana, en ese momento llovía y la nieve acumulada se derretía dejando las calles con una especie de sopa gris además de un viento helado propio de los cero grados de temperatura que había. La pobre mujer caminaba en slalom entre los charcos y los pedazos de nieve, con el pantalón mojado casi hasta la rodilla. En su casa, el coche de su marido estaba estacionado en el garage porque durante la semana él utiliza el que le presta la empresa en la que trabaja. Me pareció injusto, los dos trabajan y no dudo que los gastos del hogar se los repartan a partes iguales pero, lo ideal no sería que ella utilizara el coche que está estacionado cinco días a la semana para ir a su trabajo?. Ya se que me estoy metiendo en algo que no me incumbe, pero no deja de parecerme injusto. Ahhh primer mundo!.



Saludos!