Regresé ayer de traer a mi maridis de la estación de tren, eran poco después de las seis de la tarde y él se había ofrecido a ir por Chris al Kung Fu. Cuando entramos a la casa, el subió las escaleras para ponerse algo más fresco antes de ir por el querubín y yo me encaminé escalera abajo para terminar el post anterior (en Suiza todas las casas tienen sótano, en el mío está un cuartito donde tenemos la compu y hace las veces de lugar para fumar). Desde niña, tengo la fea costumbre de caminar en la oscuridad, segura de saber con precisión de la cantidad de pasos que me llevan a todas partes sin necesidad de encender la luz. Aunque era temprano y la luz natural que entra por las ventanas de la sala iluminaba la primera parte de las escaleras al sótano (que tienen forma de J), el ir llegando a los últimos escalones y la falta de ventanas hace de aquello una auténtica boca de lobo.
Pero yo, que me conozco bien el caminito, bajé muy segura ... tal vez de más. Siempre me agarro del pasamanos porque sé que cuando se terminé ya estaré en suelo seguro, pero ayer no sé por qué no lo hice y tres escalones antes terminada la escalera comencé a caminar. Por supuesto que en vez de caminar, volé por los aires cual mariposa en pos de la flor. Primero caí cual ancha soy en mi rodilla izquierda pero al mismo tiempo metí las manos y tal vez eso haya impedido que me la quebrara, me imagino que la fuerza de mi peso me hizo desplazarme hacia adelante y mi cabeza se fué a estrellar contra la puerta cerrada del cuartito que les comento donde está la computadora. Fué tal el impacto, que la puerta se abrió botando la cerradura, al mismo tiempo en que gritaba a todo pulmón el nombre de mi marido.
Todo pasó en cuestión de segundos, mi maridis bajó como de rayo y me encontró ahí, tirada boca abajo cual res a punto de ser destazada con una rodilla ensangrentada, mi mano derecha torcida hasta donde era posible y mi cabeza coronada con pajaridos dando vueltas a su alrededor como en las caricaturas de antaño. En lugar de moverme, comencé a llorar como Magdalena y casi lo mató cuando me preguntó "¿que pasó? ¿te caíste?" ("No güey, nomás estaba probando la resistencia de los mosaicos!!!!"). Me quedé unos momentos ahí hasta que me pude enderezar y sentarme, ni siquiera intenté parame porque el dolor de la cabeza y la pierna no me dejaron, lloraba y le decía a mi marido "ya no voy a poder ir a Monterrey, ya no voy a poder ir mañana al gimnasio!". El pobre como pudo me consolaba diciendo que seguro dentro de tres días iba a estar mejor y me ayudó a levantarme para llevarme a mi recámara.
Una vez ahí subió un poco la cabecera de la cama, me puso un chorro de almohadas y una toalla con agua casi congelada en la rodilla lastimada, Zara vino a ver qué me pasaba y se asustó mucho cuando vió la sangre en mi pierna. Su papá le dió indicaciones para cuidarme, mientras se iba de volada por su hermano, ella muy obediente se sentó a mi lado en la cama y trataba de hablarme para tenerme entretenida.
"Mami, yo te puedo dar de comer, no te preocupes por la cena. Mira, yo no sé conocinar pero si te puedo hacer un sandwich de Nutella o de jamón con queso como te gustan".
Yo volví a llorar de ver a mi princesita muy en su papel de enfermera. La mandé de nuevo a su cuarto, le dije que no era necesario que estuviera conmigo todo el tiempo, que si la necesitaba yo le hablaba. Pero ella que es muy maternal, cada cinco minutos venía a preguntarme si quería algo y para vigilar que no me durmiera como se lo había indicado su papá. Mientras le llamé a mi mamá para contarle lo que me había pasado y que de pasada me diera otro tanto de shampu de cariño, no me defraudó. Cuando llegaron los hombres de la casa, mi hijo de inmediato preguntó a Zara en dónde estaba yo. "Está mal, se cayó de las escaleras, así que no la hagas enojar. Mejor ve a darle un besito! yo la estoy cuidando". Muy obediente llegó a donde estaba yo, me apapachó un rato y me deseó 'gute Besserung' (que te alivies pronto). Luego fué a decirme que no me levantara, para poder ir hoy a la piscina como se los había prometido ja!.
Más tarde mi maridis subió con una charola con la cena, pescado rebosado y arroz con tomate, pero el susto y el dolor me quitaron el hambre a pesar del menú tan bueno. Estuve acostada por más de dos horas con la toalla con agua fria y eso bastó para quitar un poco el dolor de la rodilla y no dejar que se inflamara tanto, pero ahora me doy cuenta que tengo el dedo meñique de la mano izquierda muy inflamado, igual que lugar de la cabeza donde me golpeé. Los músculos de los brazos también los tengo adoloridos, pero o quiero ir al doctor por el temor de que me mande a hacer radiografías y estudios ... las vacaciones están a solo dos semanas de distancia!
En fin, por lo pronto no puedo hacer ejercicio, voy a guardar el mayor reposo que pueda para estar "fit" para la vacación que con tanto tiempo hemos planeado. Y todo por no encender el maldito foco, bien decía mi abuela que "uno pone y Dios dispone".
Aufwiedersehen!
Pero yo, que me conozco bien el caminito, bajé muy segura ... tal vez de más. Siempre me agarro del pasamanos porque sé que cuando se terminé ya estaré en suelo seguro, pero ayer no sé por qué no lo hice y tres escalones antes terminada la escalera comencé a caminar. Por supuesto que en vez de caminar, volé por los aires cual mariposa en pos de la flor. Primero caí cual ancha soy en mi rodilla izquierda pero al mismo tiempo metí las manos y tal vez eso haya impedido que me la quebrara, me imagino que la fuerza de mi peso me hizo desplazarme hacia adelante y mi cabeza se fué a estrellar contra la puerta cerrada del cuartito que les comento donde está la computadora. Fué tal el impacto, que la puerta se abrió botando la cerradura, al mismo tiempo en que gritaba a todo pulmón el nombre de mi marido.
Todo pasó en cuestión de segundos, mi maridis bajó como de rayo y me encontró ahí, tirada boca abajo cual res a punto de ser destazada con una rodilla ensangrentada, mi mano derecha torcida hasta donde era posible y mi cabeza coronada con pajaridos dando vueltas a su alrededor como en las caricaturas de antaño. En lugar de moverme, comencé a llorar como Magdalena y casi lo mató cuando me preguntó "¿que pasó? ¿te caíste?" ("No güey, nomás estaba probando la resistencia de los mosaicos!!!!"). Me quedé unos momentos ahí hasta que me pude enderezar y sentarme, ni siquiera intenté parame porque el dolor de la cabeza y la pierna no me dejaron, lloraba y le decía a mi marido "ya no voy a poder ir a Monterrey, ya no voy a poder ir mañana al gimnasio!". El pobre como pudo me consolaba diciendo que seguro dentro de tres días iba a estar mejor y me ayudó a levantarme para llevarme a mi recámara.
Una vez ahí subió un poco la cabecera de la cama, me puso un chorro de almohadas y una toalla con agua casi congelada en la rodilla lastimada, Zara vino a ver qué me pasaba y se asustó mucho cuando vió la sangre en mi pierna. Su papá le dió indicaciones para cuidarme, mientras se iba de volada por su hermano, ella muy obediente se sentó a mi lado en la cama y trataba de hablarme para tenerme entretenida.
"Mami, yo te puedo dar de comer, no te preocupes por la cena. Mira, yo no sé conocinar pero si te puedo hacer un sandwich de Nutella o de jamón con queso como te gustan".
Yo volví a llorar de ver a mi princesita muy en su papel de enfermera. La mandé de nuevo a su cuarto, le dije que no era necesario que estuviera conmigo todo el tiempo, que si la necesitaba yo le hablaba. Pero ella que es muy maternal, cada cinco minutos venía a preguntarme si quería algo y para vigilar que no me durmiera como se lo había indicado su papá. Mientras le llamé a mi mamá para contarle lo que me había pasado y que de pasada me diera otro tanto de shampu de cariño, no me defraudó. Cuando llegaron los hombres de la casa, mi hijo de inmediato preguntó a Zara en dónde estaba yo. "Está mal, se cayó de las escaleras, así que no la hagas enojar. Mejor ve a darle un besito! yo la estoy cuidando". Muy obediente llegó a donde estaba yo, me apapachó un rato y me deseó 'gute Besserung' (que te alivies pronto). Luego fué a decirme que no me levantara, para poder ir hoy a la piscina como se los había prometido ja!.
Más tarde mi maridis subió con una charola con la cena, pescado rebosado y arroz con tomate, pero el susto y el dolor me quitaron el hambre a pesar del menú tan bueno. Estuve acostada por más de dos horas con la toalla con agua fria y eso bastó para quitar un poco el dolor de la rodilla y no dejar que se inflamara tanto, pero ahora me doy cuenta que tengo el dedo meñique de la mano izquierda muy inflamado, igual que lugar de la cabeza donde me golpeé. Los músculos de los brazos también los tengo adoloridos, pero o quiero ir al doctor por el temor de que me mande a hacer radiografías y estudios ... las vacaciones están a solo dos semanas de distancia!
En fin, por lo pronto no puedo hacer ejercicio, voy a guardar el mayor reposo que pueda para estar "fit" para la vacación que con tanto tiempo hemos planeado. Y todo por no encender el maldito foco, bien decía mi abuela que "uno pone y Dios dispone".
Aufwiedersehen!
Animos! te rempondras
ResponderBorrarAnimo Keru!
ResponderBorrarVas a ver que dentro de poco vas a estar bien, solo es cuestión de que reposes y te dejes apapachar unos días, a veces se nos complica esto del reposo, porque por naturaleza somos activas, pero piensa en tus vacaciones cuando te entre la desesperación.
Cuidate Mucho!
Saluditos
Keru puedo imaginar exactamente que fué lo que te pasó, yo me tropecé ahí una vez también lo bueno que iba agarrada del barandal.. :(
ResponderBorrarQue mala onda lo que te pasó, espero que hoy ya te sientas mejor, no te desanimes, descansa y cuidate mucho para que te repongas y todo salga como lo tienes planeado, mucho ánimo!! además con los cuidados de tus kerubines y de tu maridis, seguro pronto estaráras mejor.
Te mando un abrazote apapachante y un besote..
Get well soon :)
Nancy
Keru
ResponderBorrarEspero que te recuperes pronto. Ya veras que todo va a salir bien y estarás en México en menos de lo que te imaginas. Te mando un fuerte abrazo. Animo.
Keru:
ResponderBorrarOuch que mal que te sucedio esto fue exceso de confianza lo que provoco este accidente; espero te recuperes muy pronto, ten mucho cuidado no quiero una Kerubina rota eh!!! Te mando una rafaga de besos y abrazos.
"ya no voy a poder ir a Monterrey"
ResponderBorrarAy keru, qué nos pasa a los paisanos que antes de ir a México nos caímos? Yo pensé casi lo mismo con lo de mi pie. ... "No voy a ir a Méeeeeex"
La clave está en el resposo y bueno, si te pueden consentir pues qué mejor, no?
Keru, reponte pronto para viajar cómodamente.
Saludos de un esguinzado cajetoluco
Gracias chicos, por sus palabras de aliento, fué más el susto que otra cosa. Aunque sigo adolorida, la cosa va disminuyendo y hasta creo que para cuando tenga que viajar todo habrá vuelto a la normalidad. Gracias también por su cariño, ese no se compra con nada!
ResponderBorrarhttp://anticronicasnomarcianas.wordpress.com/
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