La semana pasada que llevamos a Zara a la clase de ballet, Chris me pidió esperar en un parque con juegos lleno de niños que está enfrente del edificio del Studio de Danza, yo con "las naguas en la cabeza" pensé instintivamente decirle que no. Ya en el camino habíamos hablado de quedarnos toda la clase para ver los progresos de la hermana (normalmente la dejamos y luego volvemos por ella al terminar) y el había accedido, pero al pasar por el parque la tentación fué mucha. Lo pensé mejor y le di permiso, no sin antes recetarle una de mis letanías habituales cuando siento una situación de peligro: "no te vayas a otra parte", "no le agarres nada a nadie que te ofrezca algo", "no le creas a nadie que te diga que te va a llevar conmigo", "ten cuidado con los juegos, pon atención para que no tengas un accidente", "me esperas, solo yo o alguien que tu conozcas puede venir por tí, pero si te aburres o me necesitas ya sabes que nomás cruzas la calle y entras en el Studio, ok?". El niño con los ojos volteados por la "aburridora" de siempre me dijo "siiiii mamá!".
Durante la hora que duró la clase de Zara, estuve rezando con todas mis fuerzas, pidiéndole a Diosito que me lo cuidara y que no se le acercara nadie con malas intenciones. Ya ni sé si le puse atención a las piruetas de la beba, me la pasé nerviosa pero segura de que esos momentos son los que en un futuro harán de mi hijo una persona segura y responsable de sí mismo, amén de construír un puente de confianza entre nosotros que nadie será jamás capaz de destruír. Apenas salimos, casi corrí a la calle y mi hijo ya venía en camino muy sonriente, la sangre me volvió al cuerpo y me sentí oronda como un pavo real de ver que no le había pasado nada ... que podía confiar en él.
Apenas se acercó, me preguntó si podía ir a otro parque más lejos con R y L (amigas mías y paisanas) a las que se había encontrado con sus respectivos hijos, nomás dejarlo yo ahí. Llegué hasta donde estaban ellas sentadas tomando café y las saludé muy efusivamente, pensaba contarles la odisea del por qué mi querubín estaba solo pero una de ellas no me dejó abrir la boca: "Cómo es posible que dejes a tu hijo solo? Qué bárbara eres, será que yo no tengo corazón de hacerle algo así a mi hija, o tal vez será que yo si la quiero y la cuido mucho!". Zaz! en unos cuantos segundos pasé de ser la madre más orgullosa a una bruja sin piedad, madre desnaturalizada que no quiere ni cuida a sus hijos, capaz de exponerlos a los peligros más nefastos del planeta.
Por unos segundos me quedé muda, comencé a moderme por dentro la cavidad bucal como hago cuando me pongo nerviosa, y respiré hondo. Muy amablemente le expliqué mi rollo ese de la confianza/seguridad que yo intentaba infundir en mi hijo, pero fueron en vano mis palabras y recibí otro golpe: "Ay pues será el sereno, pero yo no soy capaz de hacerle eso a mi hija (un año menor que el mío)". Ya no dije nada, mi silenció pareció otorgarle la razón aunque la realidad sea muy distinta.
Sé que trabajo duro para educar a mis hijos, que muchas veces me asaltan dudas a cerca de la calidad de mi dedicación, resultado del empeño mismo en hacer de mis vástagos personas de bien y con valores. De lo que nunca dudo es de mi amor hacia ellos y desde esa ocasión me prometí hacer oídos sordos a las palabras de gente que, sin conocimiento, se aventura a hacer juicios imprecisos sobre las actitudes de otros pensando en tener la verdad absoluta en sus manos. Como costumbre tengo el respetar a los demás en éste mismo renglón y no ser yo jamás la que ponga en tela de duda algo que solo compete a los respectivos padres de cualquier criatura: su educación. Por que habrá gente así? ... pregunta para el infinito.
Durante la hora que duró la clase de Zara, estuve rezando con todas mis fuerzas, pidiéndole a Diosito que me lo cuidara y que no se le acercara nadie con malas intenciones. Ya ni sé si le puse atención a las piruetas de la beba, me la pasé nerviosa pero segura de que esos momentos son los que en un futuro harán de mi hijo una persona segura y responsable de sí mismo, amén de construír un puente de confianza entre nosotros que nadie será jamás capaz de destruír. Apenas salimos, casi corrí a la calle y mi hijo ya venía en camino muy sonriente, la sangre me volvió al cuerpo y me sentí oronda como un pavo real de ver que no le había pasado nada ... que podía confiar en él.
Apenas se acercó, me preguntó si podía ir a otro parque más lejos con R y L (amigas mías y paisanas) a las que se había encontrado con sus respectivos hijos, nomás dejarlo yo ahí. Llegué hasta donde estaban ellas sentadas tomando café y las saludé muy efusivamente, pensaba contarles la odisea del por qué mi querubín estaba solo pero una de ellas no me dejó abrir la boca: "Cómo es posible que dejes a tu hijo solo? Qué bárbara eres, será que yo no tengo corazón de hacerle algo así a mi hija, o tal vez será que yo si la quiero y la cuido mucho!". Zaz! en unos cuantos segundos pasé de ser la madre más orgullosa a una bruja sin piedad, madre desnaturalizada que no quiere ni cuida a sus hijos, capaz de exponerlos a los peligros más nefastos del planeta.
Por unos segundos me quedé muda, comencé a moderme por dentro la cavidad bucal como hago cuando me pongo nerviosa, y respiré hondo. Muy amablemente le expliqué mi rollo ese de la confianza/seguridad que yo intentaba infundir en mi hijo, pero fueron en vano mis palabras y recibí otro golpe: "Ay pues será el sereno, pero yo no soy capaz de hacerle eso a mi hija (un año menor que el mío)". Ya no dije nada, mi silenció pareció otorgarle la razón aunque la realidad sea muy distinta.
Sé que trabajo duro para educar a mis hijos, que muchas veces me asaltan dudas a cerca de la calidad de mi dedicación, resultado del empeño mismo en hacer de mis vástagos personas de bien y con valores. De lo que nunca dudo es de mi amor hacia ellos y desde esa ocasión me prometí hacer oídos sordos a las palabras de gente que, sin conocimiento, se aventura a hacer juicios imprecisos sobre las actitudes de otros pensando en tener la verdad absoluta en sus manos. Como costumbre tengo el respetar a los demás en éste mismo renglón y no ser yo jamás la que ponga en tela de duda algo que solo compete a los respectivos padres de cualquier criatura: su educación. Por que habrá gente así? ... pregunta para el infinito.
Los hijos a pesar de las madres, necesitan independencia. Ir midiendo el mundo que los rodea, conocerlo, sentirse parte. Eso, es educación emocional, tanto más importante que la educación formal. Yo salía solo desde pequeño al parque. Y considero que eso me dio ventajas para poder enfrentarme sólo, a lo desconocido (nuevos trabajos, ambientes, etc.). Así que no te preocupes por lo que digan, hiciste lo correcto (ni que lu hubieras dejado solo en el centro del DF). Saludos!
ResponderBorraray, pues porque a la gente le encanta meterse en donde no debe, y sobretodo, hacer sentir a los demás que ellos son mejores y sólo existe su verdad.
ResponderBorrarDeberas que me enoja la gente que se mete en lo que no debe, porque su comentario no fue constructivo, sino todo lo contrario.
Bueno.. respiremos mejor..
Muchos saluditos!
volvemos al punto de las personas arrogantes, las que se creen que son dueñas de la verdad.
ResponderBorrarAfortunadamente como padres, tenemos el derecho inanegable de educar a nuestros hijos a nuestro mejor entender, y si tu a tus niños, los haces crecer con confianza, y enseñando lo que es el cuidado de su propia persona, los convertiras en personas sin miedos ni traumas.
Yo tengo una prima hermana, que toda la vida, mi tía la tuvo encerrada, atemorizada de lo que "podria" pasar, y ve ahora, no da ningun paso sin nadie, para todo pide opinión, incapaz de ir a ningun lado sola, ni al super. en fin, te felicito por dar la confianza, y dartela tu misma. no dejes que la desconfianza de otros te afecte.
hola keru!!!
ResponderBorrary como yo soy el infinito ...te dire que esa señora" es una bomba
( como dice Carmen salinas pa' no insultar)
Tu le estas infundiendo seguridad a tu pequeño y estas haciendo lo correcto..no permitas que personas de mente tan cerrada te afecten...solo sacudetelas y ya ...;)
eres una excelente mami de eso no hay duda.
Keru
ResponderBorrarEs increíble cómo hay personas (sobretodo mamás) que pretender ir por el mundo educando a otros adultos como si tuvieran la única verdad. A mi me ha pasado lo mismo que tú muchas veces. Lo que yo creo es que tú le estás dando a tus peques 2 valores de vida: la confianza y la seguridad. Eso se consigue dándoles esa libertad que ellos necesitan para ir "ejercitandose" en este mundo.
Ya verás que en un futuro, tus peques no tendrán "miedo" de ir por la vida solos...tendrán la seguridad que su madre desde algún punto los estará siempre cuidando.
haz hecho muy bien! arriba Keru!
un beso
Ay Keru eso de que a una le esten diciendo como educar a los hijos es super odioso, a mi me gusta compartir lo que paso con mis hijas porque tal vez exista alguien que pasa lo mismo que yo y que me pueda echar la mano con lo que ella igual este viviendo, eso es padre "compartir", pero eso de que te restrieguen en la cara que no es correcto lo que uno hace es horrible, yo me he mordido la lengua mas de dos veces por intentar decir que alguien esta mal, pero quien soy yo para decirlo??, cada quien sabe lo que vive y lo que empuja a que la educación sea asi, eso es respetar como dices. A mi me gusta mucho escuchar a los demás porque aprendo un chorro y porque no también aprendo que definitivamente tales cosas no haría, ahhh también me rechoca cuando quienes no tienen hijos dicen como debe una educar.
ResponderBorrarEn mi caso me costo mucho trabajo soltar a mis hijas por miedos mios mios, pero no podia seguir asi e instalarles el chip de inseguridad a mis hijas, hable con ellas, les dije las cosas tal cual, y ellas respondieron de una manera padrisima, ahora sabemos que todas nos tenemos confianza.
A fin de cuentas como padres hacemos las cosas para nuestros hijos pensando que es lo mejor, asi que no te preocupes y nomas escucha y por dentro mientales su mouser.
Besos!
@ J.S. Zolliker: Oye, esas si son palabras mayores eh! Gusto en saludarte por acá.
ResponderBorrar@ Abigail: Es una buena persona, no creo que lo haya hecho a propósito, pero si me caló jondo sobre todo porque mi intención no era la que ella imaginaba. Saludos!
@ Lupita: Yo también pasé por eso, todavía me acuerdo que a mis 25 años me tardaba unos diez minutos afuera del banco para cambiar un cheque, dándome valor porque ... me daba vergüenza y miedo!. Pero gracias a Dios lo superé, es más creo que me pasé, ja ja ja ja.
@ Jenny: Ay! me chiveo todita, pero no soy eso que dices, aunque intento serlo. Gracias!
@ Ivi: Yo creo que ese tipo de situaciones nos hacen aprender, crecer como personas, tratando de evitar cometer esos errores con otros. Gracias por los ánimos y saludos.
@ Bere: Que bonito tu comentario, lo que más me gustó fué la última frase ja ja ja ja. Gracias Chiquis.