Cómo explicar?

La cosas con mi vecina la coreana, que tantos dolores de cabeza me dió, no pueden ir mejor desde aquel episodio de los chocolates que vino a regalarme en son de paz. No volvimos a ser las amigas que fuimos, pero el trato cordial y amable no se le niega a nadie después de su intención de conciliar las cosas.

"Buenos días Kerubina!"

"Buenos días OjosDeRegalito"

Y ya. En vano han sido sus intentos de volver a reanudar la confianza con la nos tratábamos, yo sigo firme en mi pintar mi raya, aunque eso me cueste mucho trabajo porque no me gusta ser seria con nadie. El otro día nos escuchó a Chris y a mi en el jardín pegando las estampas del Album Euro2008. Del otro lado de la cerca de trueno que divide nuestros terrenos, escuché algo de movimiento y en seguida me habló: "Kerubina, ven! Acércate a las plantas!", me encaminé hacia ahí y antes de estar suficientemente cerca ví como el chorro de agua que salía su manguera saltaba las plantas para intentar mojarme ... bromeando, claro. Yo corrí y no me dejé mojar, mientras soltaba una carcajada y le decía "Noooo, está bien fría!". Dos minutos después ya la tenía a mi lado preguntándome si me había molestado, le dije con mi mejor sonrisa que no, que me pareció gracioso y ahí terminó ese episodio.

Así como ese han ocurrido más en el kinder de los niños, afuera de nuestras respectivas casas, cuando nos encontramos en el super, etc. No es que le quiera dar una lección, mucho menos me estoy haciendo del rogar, la mera verdad es que tengo miedo. O más bien dicho, LE tengo miedo a ella. Es una persona tan inestable y voluble que si le vuelvo a soltar el hilo, tarde o temprano terminaremos mal y tal vez peor que la última vez. Para ser honesta, me gustaría muchísimo que volviéramos a ser amigas de nuevo... nos divertíamos tanto juntas con nuestros respectivos maridos y/o querubines y nos entendíamos a la perfección, que a veces extraño esas tardes de verano en casa. Pero puede más mi miedo de volver a pelear con ella, que prefiero dejar aquello en recuerdos nada más, aunque en la práctica parezca un desdén arrogante de mi parte (nada más lejos de la realidad).

Ayer ella y su marido instalaron una alberca enorme en su jardín, de esas plásticas que venden aquí cada verano y que sirven lo mismo para divertir a grandes que a chicos, es hermosa la condenada alberca y a mi con lo que me gusta el agua!. Hoy por la tarde hablé con Zara para explicarle el por qué no le daría permiso de ir para allá aún si la invitaban, me dijo muy tranquila que no me preocupara porque ella no quería, que desde ayer vió como la instalaron y que no le llamaba la atención. Yo en cambio le llené la suya, que es la tercera parte de la de los vecinos y parecía contenta. Luego de unos minutos la vi, por la ventana del cuarto de Christof, cuando se tiraba clavados en la mentada alberca de los vecinos, chin!. Apenas iba a camino de traerla, cuando me salió al encuentro y con su carita de angel me disparó un "¿puedo?, ¿me das permiso? OjosDeRegalito me invitó, yo no le dije nada ¿puedo, siiii?" con tremenda sonrisa y ojos llenos de ilusión. ¿Cómo explicarle mis complicados pensamientos a cerca de las relaciones interpersonales a mi criatura?. Christof sigue sin ser santo de su devoción, la invitación era solo para Zara y eso me complica más las decisiones.

Me quedé pensando mucho, ella apresuraba mi respuesta, no me quedó más remedio que guardar mis "arañas mentales" en el cajón más profundo de mi cerebro y mi orgullo lo puse exactamente debajo de mis zapatos. Le coloqué sus flotadores, respiré hondo ... muy hondo y la acompañé hasta el jardín de mi vecina con la cara enrojecida por la vergüenza, que no hace una por los hijos?.

"Hola OjosDeReaglito, ¿tu invitaste a Zara a la piscina?, ¿puede meterse a bañar con tus hijos?"

"Claro, yo le dije que te preguntara y también que te dijera que tu también puedes venir y nos tomamos un café como antes ¿te acuerdas?. Si quieres también nos metemos a bañarnos con los peques, que te parece?"

Tragué saliva varias veces, sonreí como pendeja y me mordí la cavidad bucal de nuevo. La oferta era tentadorsísima considerando mi pasión por el agua y el calor que desde hace una semana nos regala un verano maravilloso, pero tuve que pretextar la cosa más idiota que se me ocurrió para poder decir que no de una forma políticamente correcta. Desde aquí la escuchó gritar y reír con los niños en el agua, el ruido que ésta hace como de explosión cuando se tiran clavados y me imagino haciendo yo lo mismo. Pero la tranquilidad que me da saber que ya por lo menos las cosas son cordiales y no tenemos que voltear para otro lado cada que nos encontramos, me dejan un buen sabor de boca. La cosa es la forma de explicar todo ésto a mis hijos y que ellos lo entiendan, duro trabajo pero ahi voy pian pianito tratando de despojarme de tanto prejuicio.

Feliz finde!