To love, or not to love

No sé si porque siempre he sido una romántica cursi o por la forma en que me educaron, pero pienso que los matrimonios y las parejas nacen de un amor verdadero. Tampoco sé si en éstos tiempos modernos exista todavía alguien con este tipo de pensamiento, más bien si las parejas de hoy consideran el amor como un factor determinante en su decisión para unirse ó si ésta unión la contemplan para toda la vida. El caso es que por ahí leí un post muy ilustrativo sobre la fodonguez de la mujer después de haber "agarrado barco" o de haberse convertido en madre, en el mencionaban éste descuido femenino como justificante para que los maridos las abandonen o se den el lujo de "bufalear" (leáse desnudar con la vista) a otras mujeres en presencia de la propia. Si bien estoy de acuerdo en que debemos cuidar con esmero de nuestras personas, llámese hombre o mujer, el no hacerlo no implica que se convierta en un derecho a poner el cuerno o a faltarle el respeto a la pareja como en el caso que mencionaba el post. Aunque debo aclarar que fué escrito desde la visión de una persona soltera y sin pareja, aunque al final lleva algo de razón.

En mi opinión, creo que los fracasos matrimoniales se deben a otro tipo de factores como elegir a la pareja inadecuada, apresurarse en la toma de decisiones, falta de comunicación y/o ausencia de cariño suficiente; o a algún otro interés de por medio: dinero, influencias, aspecto físico, etc. Conozco a una pareja casada por mas de veinticinco años en la que el marido (muy adinerado, por cierto) le prohibió a su mujer desde el principio del matrimonio aumentar de peso, so pena de dejarla para siempre y sin un quinto en la bolsa. Tuvieron un hijo y el señor le prohibió también volver a embarazarse pues no le gustaba su aspecto con esos kilos de más que implica el traer al mundo una criatura. En su segundo embarazo, por accidente, estuvieron a punto de separarse, aunque al final han seguido juntos. Ahora, la pobre mujer vive pendiente de la báscula, visita cada año el hospital de cirugía estética para quitarse esos gramos de más que la abultan la pancita y regularmente se aplica inyecciones de Botox; hasta la fecha lleva más operaciones que años de casada. Será eso amor?.

Hoy leí una presentación de Power Point que bien podría aplicarse a mi teoría personal:

Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo, para curararse una herida en la mano. Tenía bastante prisa y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer. Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzehimer muy avanzado.

Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana. No, me dijo, ella no sabe ni quién soy; hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces le pregunté extrañado, ¿si ya no sabe quién es usted, por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?.

Me sonrió, y dándome una palmadita en la mano, me dijo: "Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella".

Tuve que contener las lágrimas y mientras salía pensé: "Esa es la clase de amor que quiero para mi vida; el verdadero amor no se reduce a lo físico ó romántico, el verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya nunca podrá ser”.

No sé si esta historia sea cierta, pero ejemplica claramente lo que sería un amor incondicional. Que fácil es amar lo que nos hace feliz, lo que nos gusta, lo que no invade nuestro espacio; pero lo realmente difícil es amar también aquello que no nos complace y que también va junto con lo primero.

Saludos!