Cuando yo nací, mi madre tuvo que hacer una pausa en su trabajo como administradora del negocio de mi padre para cuidar de mi durante mis primeros tres años de vida. Luego, mi hermana de dieciséis años se hizo cargo de mis necesidades (que ya no eran tantas con mi ingreso en el Jardín de Niños) bajo la supervisión telefónica constante de mi mamá hasta que cumplí seis años y entré a la primaria. Mi hermana ya con 19 años, se había aburrido de las responsabilidades hogareñas involuntarias y les planteó a mis padres su enorme deseo de ejercer su carrera secretarial en alguna empresa. Fué así como desde entonces estuve al cuidado de grandes mujeres que hacían las veces de nana/empelada doméstica, y con las que me encariñaba mucho porque todas ellas fueron personas amorosas que además de cuidados básicos, me daban afecto y otras cositas.
Recuerdo a la primera de ellas de nombre María Isabel, estaba casada y curiosamente cuando hablaba de su marido nunca se refería a él por su nombre sino como "El Señor Mata", eso me daba mucha risa. De ella lo que más viene a mi memoria es la canción "En un bosque de la China" que en esa época era muy popular en la voz una cantante local infantil llamada Lucy, me la cantaba todos los días cuando esperábamos el autobús del transporte escolar que me llevaba al colegio e hizo que yo la repitiera estrofa por estrofa tanas veces que terminó siendo casi casi como el himno nacional para mí. María Isabel no tuvo hijos, llevaba ya años casada y todo ese amor maternal contenido, lo volcaba en mí con toda su alma y su paciencia. Estuvo algunos años con nosotros y aún cuando ya no pudo seguir cuidándome, de vez en cuando nos visitaba y llevaba regalitos "para la querubina de la casa" como me decía también mi mamá. De ella me quedó el gusto por el "cante".
Luego de unos años al "Señor Mata" lo cambiaron de trabajo a un lugar más distante por lo que María Isabel ya no pudo seguir con nosotros, fué cuando llegó Adelita a casa: una morena de fuego con unos pechos enormes y muy sexosa, más que cuidarme se pasaba el día peinándose y probándose la ropa de mis hermanas o de mi mamá. Ponía a los hombres de la casa a sudar porque cuando le hablaban se acercaba mucho a ellos poníendoles su tremenda pechuga casi entre los dientes, mis hermanas les hacían burla a mis hermanos y a mi papá imitando sus movimientos sensualoides. De ella solo recuerdo las regañizas que me ponía porque la interrumpía cuando, tirada en el sofá de la sala conmigo por un lado, veía por las tardes sus telenovelas favoritas (La Gata, La Cruz de Marisa Cruces, etc). He ahí la razón de mi afición por las "teleniverlas".
Tiempo después la sustituyó Cande (Candelaria), una mujer oriunda de San Luis Potosí, grandota, delgada, de tipo indígena con un hermoso/negrísimo cabello negro y perdidamente enamorada de uno de mis hermanos. Al menos eso decían mis hermanas porque solo la ropa de él estaba impecablemente blanca, almidonada y perfectamente planchada; amén de sus ojitos destelleantes y sus enormes sonrisas cuando lo atendía ó el susodicho llegaba a casa. Ella era algo bipolar (como dice Bere), por un lado tenía un corazón enorme y era muy cariñosa, pero por otro se volvía un sargento "mal pagado" a la hora de hacerme recoger mis juguetes o cuando me ensuciaba la ropa. Era muy cuidadosa con los quehaceres, si el piso no quedaba reluciente, lo limpiaba las veces que fueran necesarias hasta verlo resplandecer y las comidas ... ay Dios! manjeres suculentos como ningunos. Por ella adquirí mi obsesión por el orden y la limpieza.
Cande enfermó de tuberuculosis, por prescripción médica tuvieron que aislarla en un hospital lejos de Monterrey y pasó mucho tiempo hasta que sanó por completo, pero ya no pudo regresar a trabajar con nosotros. Fué entonces cuando Mary hizo su aparición en la familia, una jovencita nacida en el municipio de Zaragoza, N.L. que debido a su orfandad tuvo que dejar su pueblo, la escuela y buscar un empleo en "la ciudad" para hacerse cargo de sus hermanos menores. Mary era una muchacha delgadita, no muy agraciada físicamente pero con alma alegre y muy ... bailadora. Por las tardes, cuando después de la comida mis papás y mis hermanos volvían a sus trabajos, me llevaba a su casa para estar con sus hermanos y llevarles la comida (mi mamá le había dado instrucciones de cocinar de más con ese fin). Lo que mi mamá no sabía, es que ella no esperaba a la hora de la salida, algo que a mi también me beneficiaba porque después de dar de comer a su familia nos llevaba a todos juntos a jugar al Parque España.
Mary tenía una pasión: el baile y las cumbias. Era fiel admiradora de Rigo Tovar y Xavier Pazos (alguien se acuerda de él?), recuerdo que en una navidad les regaló a mis hermanos un Long Play de Rigo Tovar con el que luego amenizábamos las fiestas en casa. El secreto fué que, ella no tenía tocadiscos en su casa y en la nuestra solo había la música en inglés de mis hermanos, los melosos discos románticos de mis hermanas y las rancheras de Vicente Fernandez y Jose Alfredo Jimenez de mis papás, así que el disco de Rigo era ella quien lo tocaba toooodos los días cuando estábamos solas y se pasaba horas enteras enseñándome a bailar cumbias. Un vez se presentó un "mano a mano" de Rigo Tovar y Xavier Pazos en el foro al aire libre de la feria del Hogar del Parque España, creo que yo tendría unos ocho o nueve años y ya me había contagiado del gusto por las cumbias de Mary, le pedí permiso a mis papás de ir con ella al "concierto" que sería a pleno mediodía de un sábado. Fué mi primer concierto y todavía lo recuerdo como si hubiera sido ayer, mi corazón estallaba de la emoción no por ver a los grandes de la música tropical, sino de presenciar "in situ" todos los preparativos para el magno evento: cables, bocinas, micrófonos, músicos ... en vivo y a todo color!. Durante el tiempo que Mary trabajó en casa, terminó sus estudios por las noches hasta terminar un secretariado, se fué cuando consiguió trabajo como cajera en la Conasupo que estaba cerca de donde ella vivía. De mi época de Mary quedó mi memoria llena toooodas las letras de las canciones de Rigo Tovar y sabor original de bailar cumbias.
Después de Mary, ya yo tenía edad para quedarme sola en casa cuando el resto de mi familia hacía su vida entre el negocio familiar, los empleos de algunos de mis hermanos y la universidad del otro. Pasaron más personas que ayudaban a mantener en forma la casa paterna, pero ninguna volvió a convivir conmigo ni a dejar tanta huella como las anteriores.
Ay! ya me puse sentimental, no pude evitar unas lagrimitas al recordar todas esas mujeres que formaron parte de mi vida en mis primeros años, tengo tanto qué agradecerles y no hay forma de hacerlo porque jamás volví a saber de ellas. Bendito su trabajo y el de muchas mujeres que se dedican a esa labor doméstica en las casas ajenas, porque además tienen que repertirlo en la propia. Un fuertísimo abrazo y mi más sincero agradecimiento a todas, en donde quiera que ésten.
Abur!
Recuerdo a la primera de ellas de nombre María Isabel, estaba casada y curiosamente cuando hablaba de su marido nunca se refería a él por su nombre sino como "El Señor Mata", eso me daba mucha risa. De ella lo que más viene a mi memoria es la canción "En un bosque de la China" que en esa época era muy popular en la voz una cantante local infantil llamada Lucy, me la cantaba todos los días cuando esperábamos el autobús del transporte escolar que me llevaba al colegio e hizo que yo la repitiera estrofa por estrofa tanas veces que terminó siendo casi casi como el himno nacional para mí. María Isabel no tuvo hijos, llevaba ya años casada y todo ese amor maternal contenido, lo volcaba en mí con toda su alma y su paciencia. Estuvo algunos años con nosotros y aún cuando ya no pudo seguir cuidándome, de vez en cuando nos visitaba y llevaba regalitos "para la querubina de la casa" como me decía también mi mamá. De ella me quedó el gusto por el "cante".
Luego de unos años al "Señor Mata" lo cambiaron de trabajo a un lugar más distante por lo que María Isabel ya no pudo seguir con nosotros, fué cuando llegó Adelita a casa: una morena de fuego con unos pechos enormes y muy sexosa, más que cuidarme se pasaba el día peinándose y probándose la ropa de mis hermanas o de mi mamá. Ponía a los hombres de la casa a sudar porque cuando le hablaban se acercaba mucho a ellos poníendoles su tremenda pechuga casi entre los dientes, mis hermanas les hacían burla a mis hermanos y a mi papá imitando sus movimientos sensualoides. De ella solo recuerdo las regañizas que me ponía porque la interrumpía cuando, tirada en el sofá de la sala conmigo por un lado, veía por las tardes sus telenovelas favoritas (La Gata, La Cruz de Marisa Cruces, etc). He ahí la razón de mi afición por las "teleniverlas".
Tiempo después la sustituyó Cande (Candelaria), una mujer oriunda de San Luis Potosí, grandota, delgada, de tipo indígena con un hermoso/negrísimo cabello negro y perdidamente enamorada de uno de mis hermanos. Al menos eso decían mis hermanas porque solo la ropa de él estaba impecablemente blanca, almidonada y perfectamente planchada; amén de sus ojitos destelleantes y sus enormes sonrisas cuando lo atendía ó el susodicho llegaba a casa. Ella era algo bipolar (como dice Bere), por un lado tenía un corazón enorme y era muy cariñosa, pero por otro se volvía un sargento "mal pagado" a la hora de hacerme recoger mis juguetes o cuando me ensuciaba la ropa. Era muy cuidadosa con los quehaceres, si el piso no quedaba reluciente, lo limpiaba las veces que fueran necesarias hasta verlo resplandecer y las comidas ... ay Dios! manjeres suculentos como ningunos. Por ella adquirí mi obsesión por el orden y la limpieza.
Cande enfermó de tuberuculosis, por prescripción médica tuvieron que aislarla en un hospital lejos de Monterrey y pasó mucho tiempo hasta que sanó por completo, pero ya no pudo regresar a trabajar con nosotros. Fué entonces cuando Mary hizo su aparición en la familia, una jovencita nacida en el municipio de Zaragoza, N.L. que debido a su orfandad tuvo que dejar su pueblo, la escuela y buscar un empleo en "la ciudad" para hacerse cargo de sus hermanos menores. Mary era una muchacha delgadita, no muy agraciada físicamente pero con alma alegre y muy ... bailadora. Por las tardes, cuando después de la comida mis papás y mis hermanos volvían a sus trabajos, me llevaba a su casa para estar con sus hermanos y llevarles la comida (mi mamá le había dado instrucciones de cocinar de más con ese fin). Lo que mi mamá no sabía, es que ella no esperaba a la hora de la salida, algo que a mi también me beneficiaba porque después de dar de comer a su familia nos llevaba a todos juntos a jugar al Parque España.
Mary tenía una pasión: el baile y las cumbias. Era fiel admiradora de Rigo Tovar y Xavier Pazos (alguien se acuerda de él?), recuerdo que en una navidad les regaló a mis hermanos un Long Play de Rigo Tovar con el que luego amenizábamos las fiestas en casa. El secreto fué que, ella no tenía tocadiscos en su casa y en la nuestra solo había la música en inglés de mis hermanos, los melosos discos románticos de mis hermanas y las rancheras de Vicente Fernandez y Jose Alfredo Jimenez de mis papás, así que el disco de Rigo era ella quien lo tocaba toooodos los días cuando estábamos solas y se pasaba horas enteras enseñándome a bailar cumbias. Un vez se presentó un "mano a mano" de Rigo Tovar y Xavier Pazos en el foro al aire libre de la feria del Hogar del Parque España, creo que yo tendría unos ocho o nueve años y ya me había contagiado del gusto por las cumbias de Mary, le pedí permiso a mis papás de ir con ella al "concierto" que sería a pleno mediodía de un sábado. Fué mi primer concierto y todavía lo recuerdo como si hubiera sido ayer, mi corazón estallaba de la emoción no por ver a los grandes de la música tropical, sino de presenciar "in situ" todos los preparativos para el magno evento: cables, bocinas, micrófonos, músicos ... en vivo y a todo color!. Durante el tiempo que Mary trabajó en casa, terminó sus estudios por las noches hasta terminar un secretariado, se fué cuando consiguió trabajo como cajera en la Conasupo que estaba cerca de donde ella vivía. De mi época de Mary quedó mi memoria llena toooodas las letras de las canciones de Rigo Tovar y sabor original de bailar cumbias.
Después de Mary, ya yo tenía edad para quedarme sola en casa cuando el resto de mi familia hacía su vida entre el negocio familiar, los empleos de algunos de mis hermanos y la universidad del otro. Pasaron más personas que ayudaban a mantener en forma la casa paterna, pero ninguna volvió a convivir conmigo ni a dejar tanta huella como las anteriores.
Ay! ya me puse sentimental, no pude evitar unas lagrimitas al recordar todas esas mujeres que formaron parte de mi vida en mis primeros años, tengo tanto qué agradecerles y no hay forma de hacerlo porque jamás volví a saber de ellas. Bendito su trabajo y el de muchas mujeres que se dedican a esa labor doméstica en las casas ajenas, porque además tienen que repertirlo en la propia. Un fuertísimo abrazo y mi más sincero agradecimiento a todas, en donde quiera que ésten.
Abur!
que lindos recuerdos tienes! volviste a dejar mi pechito lleno de ternura!.gracias por permitirme conocerte :)
ResponderBorrarcuidate mucho y un brinquito de Rigo!!!uuuuh
Keru que bonitos recuerdos tienes de todas esas señoras, y la verdad es que dejaron parte de su vida y de su forma de ser en ti, bien mencionas sus influencias en lo que hoy eres, claro que se les llega a tener mucho cariño cuando llegan a estar un tiempo considerable en casa, y más si eres chiquito y cumple las funciones de una mamá.
ResponderBorrarEn mi casa nunca hubo una muchacha de planta, salvo cuando mi mamá tuvo a mis hermanos y venían a ayudarle alguna muchacha pero sólo por un período corto de tiempo.. pero me imagino elcariño que sentías por ellas, pues igualmente le tengo mucho aprecio a Olga a quien cariñosamente llamamos Ollis y es quien me ayuda con los quehaceres de la casa desde hace ya un buen de años..
Saludos Keru, muy bonitos recuerdos.
Besos
Nancy
Ayy Keru que bonitos recuerdos, que bonito post lo narraste taaan padre!!, es como si estuviera viendo una pelicula.
ResponderBorrarY un , dos, tres...Cuando buceaba por el fondo del oceano , me enamore de una bellisima sirena..jajajaja. Amigaaaaaaaa me URGE que ya vengas pa echarnos el bailongo y yo también me se sus canciones RIGO ES AMOR!! jajaja.
Ahora lo entiendo todo..jeje
ResponderBorrarsaludos mi estimada
Justo ayer me acordé de Lupita la niña que nos cuidaba cuando mis papás trabajan :D
ResponderBorrarDefinitivamente todas las personas tocan nuestras vidas.
Un saludo
Gracias por sus comentarios chicos, no me culpen por ser naquita, pero en mi coche escucho de vez en cuando ese CD de Rigo que me compré la última vez que estuve en Monterrey :-P
ResponderBorrarSaludos!
Hermoso... fíjate que yo estoy ahora rememorando muchas de las músicas de mi infancia...
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